20.- Tulips

336 22 0
                                    

Leone Abbacchio x Bruno Bucciarati

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Leone Abbacchio x Bruno Bucciarati

El equipo de Bucciarati estaba reunido como cada día, para una reunión a la hora del desayuno, donde se planificarían las actividades del día.

—Señor Bucciarati —dijo el mánager del restaurante con un ramo de tulipanes—. Nuevamente le han enviado flores.

Bruno miró el bonito ramo y lo tomó entre sus brazos.

—¿De nuevo? Todos los días te llega un ramo, ¿no? —dijo Narancia levantando sus cejas—. Me pregunto quién será esa admiradora o admirador secreto que tienes.

—Es difícil de averiguar, literalmente todos en esta zona adoran a Bucciarati —añadió Mista.

—¿Sabes? Los tulipanes, en el lenguaje de las flores, tienen un significado muy intenso en cuanto a temas románticos. Dependiendo de su color es lo que representan —explicó Giorno.

—Callen a la enciclopedia con patas, por favor —mencionó Abbacchio.

—Me sorprende que Abbacchio no esté perdiendo la cabeza, siempre se pone como loco cuando alguien se acerca mucho a Bucciarati —comentó Fugo—. Se le notan mucho los celos.

—No son celos... —respondió Abbacchio—. Además, ¿qué me importa? Me preocupaba antes porque podía ser un enemigo, pero ahora sé que no es así.

—Me intriga el significado de estas flores —dijo Bruno acariciando con delicadeza los pétalos de una de las flores—. ¿Podrías contarme más, Giorno?

—Los ramos siempre tienen tulipanes rojos y tulipanes rosas; ambos tienen significados similares. Los rojos son directamente una declaración de amor, los rosas, además de declarar amor, también demuestran apego y atención.

—¡Woaaah! —escandalizó Narancia—. Eso significa que es alguien que conoce mucho a Bucciarati, ¿no? Si esa es la declaración que está haciendo, debe conocerlo mucho.

—Debería ser alguien cercano —añadió Fugo—. Puede ser incluso alguien conocido.

—¡Es cierto! Deberíamos averiguar quién fue —dijo Mista emocionado.

—Hey, hey... Estamos asumiendo que esa persona sabe lo que las flores significan —calmó Abbacchio—. Tal vez solo le gustan los tulipanes y ya. Estamos perdiendo tiempo, tenemos que decidir las labores del día de hoy.

—Alguien está muy a la defensiva hoy —insinuó Mista.

—Abbacchio tiene razón. Continuemos con la reunión.

Cada quien fue designado a sus tareas en parejas, más que nada a hacer patrullaje y vigilancia. Bruno le pidió a Abbacchio que le ayudara con una misión privada.

Primero fueron hasta la residencia de Bucciarati y dejaron las flores en un florero.

—He estado buscando consejos de jardinería para ver si puedo plantarlas, para que no mueran tan pronto —dijo el pelinegro.

—No deberías darle tanta importancia. Es solo un admirador, puede que sea alguien repugnante...

—Lo averiguaremos.

—¿Qué?

—La investigación es ir hasta la florería y preguntar. Posiblemente no nos digan su nombre, pero puede que nos digan a qué hora pasa cada día a pedir las flores, o a pagarlas.

—B-Bucciarati... ¿No estás dándole mucha importancia al asunto?

—Claro que no. Son los sinceros sentimientos de una persona. Merece al menos una conversación conmigo, tal vez pueda saber qué es lo que tanto le gusta de mí, qué impacto causé en su vida o algo.

—Si no conseguimos la información, me quedaré haciendo guardia en la florería hasta que la persona aparezca. No voy a desistir con esto, Abbacchio. Ahora vamos.

Bruno se dispuso a salir y Abbacchio apretó sus puños mordiendo su labio inferior.

—Y-yo...

—¿Mn? ¿Dijiste algo, Abbacchio?

—Y-yo soy quien envía las flores. Y sí, sí sé lo que significan, por eso las envié...

Leone estaba con su cabeza agacha y las mejillas encendidas en un rojo cereza. Ya no había vuelta atrás, ya lo había dicho. Ahora solo esperaba que esa amabilidad que tanto caracterizaba a Bruno se hiciera presente y que no lo pateara lejos de su grupo, ni se burlara de él.

—Te costó decirlo, ¿eh, Abbacchio? Tuve que ponerte contra la pared para que lo confesaras.

—¿Uh?

—Ya sabía que eras tú, pero pensé que era un preámbulo a una confesión, no que sería una tradición que me llenaría de flores.

—¿Cómo...? ¿Cómo supiste?

—Nunca desechas tus recibos, Abbacchio. Sé que pones todo lo que sea papel en una caja y lo envías a reciclar. Además de que los recibos los guardas para escribir en tu cuaderno de registro de gastos. Encontré un recibo de esa florería y resultó ser la misma de donde vienen los ramos de flores. Fue solo cosa de asegurarme de que los precios calzaran y listo. Misterio resuelto.

Abbacchio se sintió avergonzado de haber sido descubierto tan fácilmente y rascó su cabeza nervioso.

—Entonces... ¿Cuándo me darás mi confesión como corresponde, Leone Abbacchio?

El peliblanco frunció sus labios y suspiró resignado. Se rehizo y enderezó la espalda, caminando decidido hasta Bruno.

—Bruno Bucciarati... Estoy enamorado de ti... ¿Quieres salir conmigo?

Bruno sonrió y se acercó más, hasta poner sus manos en la cintura del más alto y mirarlo a los ojos.

—Sí, mi querido admirador, saldré contigo.

—Me hiciste sonar como un acosador, Bruno.

—Lo mereces, por no confesarte como se debe —respondió con una risita y parándose de puntitas para dejar un besito suave sobre los labios contrarios—. Ahora, vamos por esa cita.

Abbacchio, aturdido aún por el beso, se vio arrastrado por un emocionado Bruno, quien ya empezaba a relatar un plan para una cita perfecta.

Flufftober (JoJo's Edition)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora