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Hermes Costello x Jolyne Kujo
Jolyne llevaba unos meses como pareja de su mánager de la cafetería, Hermes. Hoy, finalmente y después de que su hermano le insistiera demasiado, llevaría a la morena a casa para que conociera a sus padres.
Había pedido y suplicado, sobre todo a su hermano, que se comportara como un humano normal, pero ni siquiera había nacido de manera normal, no podía exigirle mucho.
Completamente nerviosa, abrió la puerta de su casa y anunció su llegada, sintió unos pasos aproximarse y una cabellera roja se plantó frente a ellas.
—Bienvenida Jolyne, bienvenida Hermes. ¿Cómo estuvo su día? —preguntó Kakyoin.
Jolyne sintió un alivio enorme cuando el mayor no se lanzó a abrazarla. No le molestaba que lo hiciera, de hecho le gustaba, pero no frente a su novia. Hermes respondió encantada y ambas entraron a la sala, donde Jotaro estaba leyendo un libro y Jouta revisaba su teléfono.
—¡Hermana, Hermes! —exclamó poniéndose de pie—. ¿Cómo han estado? Lamento no haberlas ido a buscar, estábamos de compras con nuestros padres y apenas llegamos hace unos minutos.
—No te preocupes, Jouta. La noche estaba genial para caminar, ¿verdad, Joly?
—Así es... Bueno, ahora puedo presentarlos formalmente, este es mi papá Jotaro y el pelirrojo es mi papá Noriaki. A Jouta lo conoces y tenemos una tortuga que se llama como un amigo de mis padres.
—La cena está casi lista, ¿me ayudan con la mesa? —preguntó Kakyoin.
—Claro —dijo Jouta, Jotaro solo se puso de pie.
Jolyne guió a Hermes hacia el comedor y empezaron todos a ordenar la mesa mientras Jotaro ayudaba en la cocina a servir los platos. Pronto estaba todo listo y tomaron posición en la mesa.
Hermes se quedó esperando para saber si había alguna especie de ritual o algo que la familia hiciera antes de comer, pero solo utilizaron la expresión "Itadakimasu" como cualquier japonés. Por lo menos eso sí sabía pronunciarlo.
—Cuéntanos sobre ti, Hermes. Jolyne no nos habla mucho de ti porque Jouta la molesta —dijo Kakyoin.
—Es mi deber como hermano mayor, lo siento.
—Uhm, bueno... Me llamo Hermes Costello, tengo veintitrés años. Soy mitad mexicana y mitad estadounidense.
Contó muchas cosas académicas y laborales sobre sí misma, hasta que Noriaki soltó una risita y la detuvo.
—Corazón, esto no es una entrevista de trabajo. No viniste aquí para ver si te contratamos para estar con nuestra hija. Relájate, nadie aquí va a mirarte ni hablarte mal. Si queríamos conocerte es únicamente porque eres la pareja y la persona que hace feliz a nuestra Joly, y queremos que empieces a familiarizarte con nosotros, con nuestra casa y todo esto, porque eventualmente serás parte de la familia.
Hermes se relajó y sonrió, mirando a Jolyne más tranquila y luego a los padres de la muchacha.
—Muchas gracias, de verdad aprecio que sean tan abiertos y relajados con nuestra relación.
—Uh... Jouta es hijo biológico de Noriaki y mío —mencionó Jotaro—. Dos chicas siendo novias no tiene ni una pizca de rareza en nuestras vidas.
—¿Eh? ¿C-cómo...?
—Eso es historia para otra visita —respondió Jolyne rápido—. Sigamos comiendo, solo sigamos comiendo.
El pelirrojo apretó los labios sin saber si reírse o regañar a Jotaro, así que solo siguió comiendo. Jouta lo regañaría después posiblemente.
