Capitulo 3.

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Desperté en cuánto la habitación comenzó a iluminarse por la luz que atraviesa entre las cortinas color blanco

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Desperté en cuánto la habitación comenzó a iluminarse por la luz que atraviesa entre las cortinas color blanco. Me levanté de la posición en la que me encontraba y me senté a la orilla de la cama.

Giré mi vista hacia la mesa de noche que se encontraba pegada a la cama, y tomé mi celular que estaba depositado encima de aquel mueble. Verifiqué la hora y al ver que eran pasadas de las Díez de la mañana. Me levanté.

Ayer al quedarse dormido Yoongi, yo aun me quedé pensativo. No tenía la más mínima idea de cómo ver ahora a los ojos a Jungkook y a Jimin. Me aterra que descubran mis sentimientos hacia Jungkook y haya algún conflicto. Es imposible evitarlos después de todo no tengo porque hacer eso, no es nada grave. Sin embargo sé que me sentiría demasiado incomodo.

Escuché ruido que provenía de afuera de la habitación, por lo que me levanté y comencé acomodar lo más que pude la habitación. No podía dejarla desordenada después de que Yoongi amablemente me lo ofreció.

Me cambié dejando la pijama doblada de nuevo en el closet que se encontraba ahí, y salí para dirigirme al baño que estaba al fondo del pasillo. Me lavé mi cara y peine mis cabellos rebeldes para después ir hacia donde el ruido provenía.

-¡Buenos días!- me saludó Yoongi con una gran sonrisa. Hasta parece cómo si ayer no le hubieran roto el corazón.

-Buen día Hyung, ¿durmió bien?- pregunté mientras me acercaba a donde él se encontraba preparando comida.

-Muy bien, con solo tocar mi cama caí rendido- reí ante su contestación por lo que solamente asentí -Siéntate hice desayuno espero te guste- comenzó a depositar dos platos llenos de comida, en verdad que olía delicioso.

-Muchas gracias Hyung, ¿le ayudo en algo?- dije tratando de buscar en que podia ayudarle. Ya hizo demasiado con solo dejar que me quedara en su casa.

Negó -No te preocupes Tae, ya terminé- apagó la estufa y después dejó los trastos sucios en el lavavajillas. Me indicó que me sentara, a lo que sin chistar hice caso.

-Preparé chocolate caliente, ha echo demasiado frio. Además se que no te agrada mucho el café- comentó mientras veía como servía las tazas de aquella bebida que olía exquisito.

-¿Cómo sabe eso Hyung?- pregunté sorprendido, ya que eran muy pocos lo que lo sabían.

-Bueno, te escuché decirselo a Jungkook el día en que salimos a comer ha aquella cafeteria nueva- se sonrojó mientras me explicaba. Ahora entiendo.

-Es muy atento Hyung, Jungkook ni siquiera recuerda mis gustos. Todos los días prepara café para los dos, y para no hacerlo sentir mal, lo tomo- expliqué un poco cabizbajo.

-Debe de gustarte mucho para fingir y no dañarlo- comenzó a comer mientras hablaba al mismo tiempo.

-No hable con la boca llena Hyung, puede ahogarse- dije mientras cortaba en pedazo de aquellos hotcakes que Yoongi había preparado -Pero respondiendo a lo anterior. Si, me gustaba mucho, inclusive pude haber echo muchas cosas por él si me lo pedía-

-¿Gustaba? ¿Tan rápido lo olvidaste?- preguntó sin dejar de comer, veía como metía un gran bocado y después tomaba un trago del chocolate. Puedo suponer que le encanta demasiado comer. Reí ante lo tierno que se veía con sus mejillas llenas.

-Bueno, no lo he superado, pero acepté que él no estará conmigo. Debo continuar con mi vida y no estar aferrado a alguien que no me corresponde-

-Tienes razón, pronto me iré de aquí. Por lo que espero también superarlo- dijo con tono triste pero decidido.

-Ya verá que si Hyung...Cambiando de tema- hablé luego de terminar de comer un bocado del desayuno.

-¿si?- preguntó Yoongi, mirandome a los ojos, pero lo desvío rápidamente sonrojado. ¿Por qué no le gustará tener contacto visual? Esa es una gran duda para mi.

-¿A que hora sale tu vuelo Hyung?- vi cómo tomaba su celular y buscaba algo en específico -Sale exactamente a las cuatro de la tarde-

-Ya veo, ¿gusta que lo acompañe?- vi cómo dejaba de tomar de aquel chocolate, para después pensar lo que dije.

-No quiero molestarte Tae, aparte el Aeropuerto no está muy lejos de aquí- avergonzado agachó la mirada mientras veía sus mejillas volverse rojas de nuevo.

-Por eso mismo Hyung, déjeme acompañarlo. No tengo problema alguno- dije ansioso, esperando a que acepte.

-Bien, solo por esta vez- le sonreí alegremente.

Luego de la conversación decidimos por terminar el desayuno en silencio. En cuanto terminamos, me ofrecí en lavar todo lo que se utilizó en el desayuno. Obviamente Yoongi se negó, pero no le hice caso y los lavé. Mientras Yoongi aprovechó para darse un baño.

Vi la hora en el reloj que se encontraba arriba del refrigerador. Eran cerca de las once y media. Me daría tiempo de ir al departamento y bañarme para regresar e ir a dejar a Yoonie.

En cuanto terminé de lavar el último plato, me sequé las manos, y me fui a sentar al sofa;tenía que esperar a que Yoonie saliera y le avisara que iría a mi departamento.

Esperé cerca de cinco minutos hasta que finalmente se escuchó la puerta de su habitación siendo abierta. Me levanté para hablarle, pero quedé sin palabras al verlo.

Siempre se ha dicho que no hay necesidad de sentir atracción hacia una persona para verlo bonito. Yoongi era muy lindo. Tenía una piel limpia, no tenía ni una sola imperfección, desde lejos se podía notar que era suave y ese rubor rosado lo hacía lucir mucho más su cara.

Vestía un pantalón blanco, junto con una playera con cuello de tortuga color beige. Tenis blancos y en sus brazos sostenía una chamarra, un gorro azul y una bufanda amarilla.

-Te ves lindo Hyung- confesé un poco tímido. Pero la verdad es que se merecía ese cumplido mi Hyung.

Vi cómo se sonrojaba por tercera ves en el día -M-Muchas gracias Tae- rió avergonzado.

-Hyung iré a mi casa para darme un baño y así venir por usted- le dije mientras Yoongi depositaba sus cosas en el sofá individual.

-Oh, claro que sí Tae. Abrigate bien hace demasiado frío- asentí ante lo dicho y con un "ya regreso" salí del departamento para dirigirme al mio. Rezando a todo ser poderoso que no me encuentre con la pareja.

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Inesperado/ Taegi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora