Capitulo|17| PARTE 2

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Atenea*

Los ojos de James se encontraron con los mios, un par de segundo lo mire pensando que era lo que yo quería que el hiciera…

— dejalos —me miró arqueando una ceja—

— bueno has cambiado un poco el curso de mis planes pero esta bien

Enterro su cabeza en mi sexo, abriendo levemente mis pliegues dandole acceso completo para que su lengua comienze a moverse sobre mi sexo, uno de sus dedos estimula con un poco de prisa mi clitoris de manera en que intento cerrar las piernas pero el hecho de que James este entre mis piernas me lo dificulta, su lengua es remplazada por sus dedos que comienzan a embestirme haciendo que lleve mi cabeza hacia atrás moridendo mi labio buscando una manera de callar los gemidos que producen sus embestidas, su lengua sobre mi clitoris. De un momento a otro no me conozco, soy una persona totalmente diferente que se encuentra gimiendo tan alto que su garganta seguramente le va doler mas tarde, el como su lengua recorre cada lugar de mi sexo, el como sus dedos no dejan de embestir y la facilidad con la que estos se deslizan dentro de mi me hacen arquear la espalda dandole mas acceso del que ya tiene a mi sexo.

Aleja un poco su mano de mi sexo para mirar uno de los anillos que tiene en su mano…

— no te muevas ya regreso —dicho eso salio de la habitación dejándome demasiado exitada, mojada, paso las manos por mi cabello tratando de quitarlo de mi cara, hay leves gotas de sudor sobre mi frente, dios estoy haciendo esto con un hombre, lo estoy haciendo de día con mucha luz en la habitación—

James*

El verla ahí tan indefensa, tan mía, me excitaba a niveles que no había experimentado, ella me veía queriendo penetrar mi alma.

Me levanto, antes de salir volteo a observarla, sus gestos de confusión me hacen soltar una sonrisa perversa, y rompe el contacto pero se que sus mejillas están rojas ahora mismo, salgo de la habitación hacía la cocina, me acercó a la heladera y saco un par de cubos de hielo, los vacío en una copa, el imaginarme a mi entre sus piernas, hace que mi entrepierna palpite, me encaminó hasta la habitación al verme con la copa, su gesto es de confusión es evidente, le regaló una sonrisa que le dice que todo está bien, me acercó hasta el escritorio, dejando esto de lado.

— Estas lista?. —Me acercó más a ella rozando mi nariz con su cuello, huele delicioso, oigo su suspiro y quiero tirarme sobre ella y hacerla mía ya.
La tomó de la cintura y le susurró excitado

-Vamos preciosa abre esas bonitas piernas para mí.

Lo hacé, me sorprende lo rápido que lo hace está vez, se que también está excitada, lo puedo sentir, mi pantalón se siente incómodo

— Ahora vamos a disfrutar ésto los dos, y verás lo que es estar en las estrellas preciosa, recuerdas cuando te dije que traería al cielo aún sin haber salido de este infierno. —Me alejó un poco de ella, puedo ver el rubor de su rostro, trato de ir lento, pero al carajo, mi mano va hacía el vaso con los hielos tomó uno y lo atrapó con mis dientes, me acercó a ella, a su boca y pasó un poco de este, pero no lo dejo tanto pues quiero verla estremecerse, bajo por su cuello dejando un rastro de agua helada sobre ella, puedo sentir sus pezones sobre mi torso desnudo —gruño—, bajo mas y me detengo en sus pechos, de una medida perfecta, todo en ella es tan perfecto, siento el agua recorrer mi mandíbula, mi pantalón y boxer estan a nada de explotar y sacar mi erección, me encargó primero de uno de sus pechos, la veo —gruñir—  y alcanzó a escuchar un leve gemido, lo que me hace -jadear-, mi atención está en su pecho derecho, mientras con mi mano estímulo su otra pecho, va gimiendo más alto, me toma de mi cabello y me jala, entiendo lo que quiere, y lo hago me acercó a darle la atención a su otro pecho, ahora si sus gemidos son más altos, son como melodías angelicales para mí. El hielo se va terminando, haciendo que deje sus pechos y baje por su abdomen plano, mis labios siguen fríos y lo se por que gime y se estremece más, sabe lo que quiero, lo sabe por que se deja caer la espalda contra el escritorio, abriendo sus piernas y se que me está dando acceso para hacerle lo que he querido desdé hace mucho tiempo.

Me alejó de ella, se que para éste momento ya sabe lo que haré pues no se ha quejado, bajo mi mirada y —Mierda—  está tan húmeda, su dulce abertura brilla bajo mis ojos, mi pene palpita queriendo ser liberado, pero no lo haré hoy, quiero que ella disfrute más ésto, alargó mi mano y da en la copa con los hilos, pero se me ocurre algo mejor, dejando mi mano un poco más de tiempo dentro de la copa, la sacó cuando siento mis dedos fríos.

— Oh preciosa estás tan húmeda. —Acerco mi cara hacía su abertura, dando un pequeño beso en su monte de venus, la oigo —gemir— y me alejó de ella. Veo que va a levantar su cabeza pero antes de que lo haga, acercó mis dedos hacía ella, tocando su punto exacto para oírla gritar, sigo tocando y mis dedos se van empapando de sus fluidos, me oigo —gruñir— y antes de darme tiempo de hacer otra cosa, agarró mi mano tomando otro hielo, lo pongo en mi boca como la primera vez, y acercó el hielo hasta ella, el hielo toca sus labios, ella solo gime alto, quiero probarla de nuevo, sentir su sabor, dejó caer el hielo, y cómo animal hambriento me dejó ir, mis labios tocan y saborear su dulce néctar, paso mi lengua fría por toda su dulce abertura, juego con ella, dando un enfoqué en su punto exacto, la siento tomar mis cabello con ambas manos y acercarme más a ella, oírla gemir me hace mover más lento mi lengua, al parecer no le gustó, pues oigo como gime frustrada, sonrió aun sobre su dulce vagina, mi sonrisa se hace más grande cuando sus muslos aprietan mi cara contra su vagina, esa es mi señal se que se va a correr en cualquier momento, beso, chupó y muerdo todo de ella, mi lengua toma todos su jugos, la sentí tensarse, es su momento y me alejó una mínima de centímetros sólo para decirle.

— Correte bonita, vamos correte sobre mi boca.

La siento tensar sus muslos contra mi cabeza, toma de mi cabello y se deja ir, la oigo gritar y gemir  —jamás me había excitado tanto los gemidos de alguien—  se corre sobre mi boca, la veo estremecerse sobre el escritorio, no deja de correrse,  —delicioso—  paso de nuevo mi lengua tomando de su néctar, la oigo gemir, y siento que va deshaciendo su agarre sobre mi cabellos y sus muslos ya no aprietan mi cabeza, baja poco a poco sus piernas de mis hombros, escucho su respiración agitada, alzó mi cabeza y ahí está, sus ojos chocando con los míos, están preciosos tienen un brillo excitante, le regaló una sonrisa coqueta acompañándolo de un leve jadeo de su parte al ver cómo mi lengua sabores su sabor que aún sigue sobre mis labios.

Que mierda estoy haciendo, en este momento solo puedo pensar en lo bien que se sintió, me importa un carajo lo demás quiero volver hacer esto, miles de veces con ella...

VENCIENDO EL PASADO✔️|2.0|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora