VENCIENDO EL PASADO✔️|2.0|

Capitulo |25|

Atenea*

Después de ver a James, dijo que nos llevaría al aeropuerto por lo que no puse objeción ya que me parece bien que no tenga que dejar mi auto en el aeropuerto y decirle a Lidia que si pasa por él, al llegar al aeropuerto la rutina fue cansada pero por fin nos entrábamos de camino a Madrid. Adam me ofreció uno de sus audífonos para escuchar música junto a él por lo que recargue mi cabeza en la ventana del avión colocando me en auricular inalámbrico en mi oído, las botas de río Roma inundaron mis oídos, me dispuse a dormir un rato, necesito un descanso de toda la mierda que me espera en Madrid, me emociona ver de nuevo a mi hermana Ainhoa.

Unas horas de vuelo después nos encontrábamos aterrizando en Madrid, joder una presión en mi pecho se hizo presente, no había regresado aquí desde lo de Sebastián solía ver a mi familia en Alemania o en Italia ya que aveces papá pasaba demasiado tiempo en Italia por su trabajo, Adam solía siempre estar con mi papá, le llamaba tanto la atención lo que papá hacía, me gustaba tanto hacerlo y papá estaba encantado ya que ninguno de sus hijos se concentro en la música, ni siquiera Eros que tiene a Samira quien canta muy hermoso, ellos decidieron hacer una vida aparte de la música. Ainhoa al contrario de todo no le gusta dibujar a pesar de tener el don de mi madre para hacerlo ella odia hacerlo le estresa tanto hacerlo, el camino por los pasillos del aeropuerto se vuelve eterno cuando no veo amo tío, enserio tengo más de dos años sin saber nada de mi tío, el era la única persona que sospechaba lo que me había pasado pero de igual manera jamás me dijo nada fuera de las cosas que su esposa siendo psicóloga decía que eran las correctas,mis ojos viajaron por todo el pasillo del aeropuerto y no encuentro ese par de ojos negro y cabellera rubia, Adam está de misma forma ansioso por ver a la tía Mariana ya que suele siempre querer estar con ella por sus pulseras o jugar con el pequeño Dan que ya no es tan pequeño, es el hijo menor de mi tío Eliot, todos decimos que fue el producto de su casi divorcio, lo bueno que al final todo se resolvió, mis ojos por fin encontraron esa cabellera rubia y ojos negros, me apresure abrazarlo, los abrazos de mi tío era tan reconfortantes, me hacía sentir en casa, era la única persona a la que jamás le negaría un abrazo, tío Eliot y su amor por los cafés era lo mejor que le había pasado a mi vida, mi tío había casi dado su vida por mi, era la persona que más me entendía en el mundo, tío Eliot vivió la misma mierda que yo cuando era un niño por lo que me entiende...

— mi linda pequeña —dijo mientras me abrazaba, el olor tan peculiar a granos de café que siempre emanaba de tío Eliot era lo que más lo caracterizaba—

— ¿Cómo estás tío?

— dime cómo estás tú?, ¿Cómo sobre llevabas todo?

— que de toda la mierda que me paso en los últimos días y meses —sus ojos buscaron los míos, tío Eliot siempre ha dicho que los ojos son las ventanas del corazón y creo que tiene razón—

— llevemos a Adam con Mariana ya que esa mujer parece amar más a tu hijo que a mí —tio Eliot siempre ha sabido de mi deseo de ser mamá, sabe también que me arrebataron ese sueño por lo que siempre dice que Adam es mi hijo, nunca lo he corregido me gusta escuchar eso, Adam tampoco lo corrige al contrario cuando veo a sus amigos siempre me presenta como su madre—

— no es mi culpa ser tan encantador —dijo Adam sonriendo—

Un rato después de llegar como dijo tio Eliot Adam me abandonó para ir tras tía Mariana, no le culpo es una mujer hermosa que tiene dos hijos preciosos y tan diferentes, mi tío Eliot me observa desde el sofá, sostiene una taza de café se que quiere que llame a mis padres pero es que no puedo hacerlo, no aun...

— ¿Quieres una taza de café?, Será una plática larga —di un leve asentimiento mientras veía como tío Eliot iba a la cocina para traer otra taza de café, nos encaminamos a su oficina donde solía analizar todas las cosas sobre el hospital donde trabaja—