11: Jungkook

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Juagaba con mis pies mientras Jimin chateaba con su novio y reía bobamente. Estoy feliz por él y su bonita relación, pero de verdad me encantaría tener quizá un poco de atención como agradecimiento por haberme quedado a las diez de la noche acompañándolo para que nadie se lo robe.

Debí irme y dejar que Hobi hyung lo acompañe.

— ¿Jungkook? — lo miré esperando que continuara — ¿Qué harás esta noche?

— Nada, ya teminé mis trabajos, así que supongo que dormir lo que no he dormido en días — me estiré un poco cansado de sólo pensar en todos los proyectos que tenía.

— Entonces no tienes planes.

— Nop — ladee la cabeza analizando sus palabras —. ¿Por qué?

— Nada...

Fruncí el ceño.

Aveces no entiendo a Jimin, suele hacer preguntas extrañas que no llevan a ningún sitio o termina formando una discusión consigo mismo durante horas y no entiendo el porque o el contexto.

Le voy a preguntar seriamente a Yoongi como lo soporta, de verdad.

Rodé los ojos cuando nuevamente empezó a ignorarme y pude volverlo a hacer cuando mi teléfono timbro con un nuevo mensaje de mi hermana.

— Tienes que estar bromeando — le dije a mi celular como si mi hermana pudiera escucharme o algo así, esto, por su puesto,  llamó la atención de Jimin

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— Tienes que estar bromeando — le dije a mi celular como si mi hermana pudiera escucharme o algo así, esto, por su puesto,  llamó la atención de Jimin.

— ¿Qué sucede?

— Me tengo que ir solo a casa. Been se atrasó en su reunión — bufé y cuando vi a Jimin este apresaba su labio con sus dientes.

¿Estaba intentado sonreír acaso?

Rodé, una vez más, los ojos y apagué mi celular, buscando entre mis cosas la tarjeta de crédito que mi hermana me dió para tener mi mesada ahí.

Un segundo.

— No, no, no, no.

— ¿Y ahora?

— No tengo mi carnet de la biblioteca — esto no podría ser peor —. ¡Ay no! Tampoco está mi identificación. Jimin, no puede ser, Yeobeen va a matarme.

— No te alteres.

— ¿Cómo no? Se va a enojar, ella siempre me dice que sea ordenado con mis cosas porque podría perderlas. Tendré que pagar mi carnet nuevamente y también por una nueva identificación.

— Jungkook.

— Oh, esto es malo — me desesperé —. Esto es malo, muy malo.

— Jungkook.

Registre mi bolso nuevamente, quizá estaba escondidos ahí dentro, entre mis libros y cuadernos, tengo un desorden dentro de mi bolso, igual que en mi cabeza.

— ¿Buscas esto? — como si de un angel de la guarda se tratara, alguien extendió ambas tarjetas frente a mis ojos.

Quise ver a mi salvador y casi me trago mi propia lengua al ver quien era. Yoongi reía con malicia y frente a él estaba Kim Taehyung, el amor de mi vida, sujetando mi identificación y mi carnet de la biblioteca, con su carita tímida y unas gafas con el lente marrón, las misma que llevaba hoy a la universidad.

Me quedé helado, definitivamente no me esperaba verlo ahí y menos que me viera teniendo un ataque de nervios por perder ambas tarjetas que él casualmente tenía.

— Debes tomarlas... — me susurró Jimin, picando mis costillas con su dedito.

— Oh sí. Eh... gracias, gracias — tome con delicadeza mi identificación y mi carnet.

Taehyung me sonrió y se alejó un poco, poniéndose ahora detras de un sonriente Yoongi, quien supongo había insitado a esa cosita timida a darme mis pertenecías y a salir a esta hora sólo para molestarme.

— Oigan — Jimin se levantó de su lugar —, ¿no quieren acompañarme a dejar a Jungkook a su casa? Su hermana no puede venir por él.

— ¡¿Eh?!

— Claro, Jiminnie — accedió de inmediato Yoongi —. ¿Qué dices Tae?

Él asintió sonriendo, aun viendose tímido y Yoongi rodeo sus hombros dandole una sacudida amistosa.

—  Vamos entonces — Jimin se levantó, tomando la mano de Yoongi y enlazando sus dedos.

No sé como sentirme al respecto. Incómodo, emocionado, paniqueado, feliz. Quizá todas las anteriores.

Pero si estoy seguro de algo es que, compartir charlas cortas con Taehyung mientras caminamos a mi casa y Jimin junto a Yoongi nos insitan a hacer más conversación, es algo que nunca podría imaginarme hacer sin ayuda y que definitivamente estoy disfrutando mucho.

Taehyung es tan lindo, un poco tímido y calladito, pero es tierno. Por eso me gusta, porque se ve tan delicado y bonito como un angelito o algo así.

Sólo algo me intriga. Son las diez de la noche y él lleva sus lentes de sol, aun que estos no sean oscuros, siguen siendo lentes que cubren su vista y no me permiten ver sus ojos.

Me intriga demasiado, pero no tengo el valor de preguntar, con sólo pensar en que podría incómodarlo, prefriero tragarme la duda.

— Aquí es — anunció Jimin, deteniéndose junto a Yoongi.

Taehyung tambien se detuvo y los tres me miraron esperando que entrara.

— Gracias... gracias por acompañarme chicos.

— No es nada — sonrió Jimin.

Saqué mis llaves de mi bolsillo y antes de darme la vuelta, miré a Taehyung.

— Ehm... y gracias a ti por traerme mis cosas — solté una risa tímida.

— No es nada, siento mucho el malentendido — dijo suavecito y luego me sonrió levemente.

Eso se sintió muy bien.

Entré a mi casa al fin de cuentas, con una sonrisa imborrable y mi corazón latiendo rápidamente como un loco.

Nunca le había hablado, se sintió increíble poder hacerlo, al menos un poco.

Saqué mi teléfono y le avise a mi hermana que estaba en casa, para correr escaleras arriba y tirarme a mi cama aun con una sonrisa en mi rostro.

Fue la mejor noche de mi vida. Suena exagerado y todo, pero nunca estuve tan feliz, él realmente me gusta mucho, sí.

L I L I

Sunglasses ↬ Kookv AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora