LA HISTORIA SIN FIN

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¿Te has tenido miedo a ti mismo alguna vez?

A veces le tememos a cosas que nos parecen ridículas como insectos, fantasmas, hasta que en algunos casos el temor llega más lejos temiendo a personas, e incluso sus propios sueños y vida.

Pero ¿te has temido a ti mismo? Saber que existe algo en ti que es capaz de incluso matar y vivir con ello día a día es una tortura, no sabes si un día despertaras siendo otro, sentir esas voces en el oído mientras quieres dormir y esa voz se intensifica más y más, hasta un punto donde solo quieres morir y acabar con esa voz.

Hoy más que nunca recordé esa época y el terror recorrió todo mi cuerpo.

-Ah!!

Desperté sujetando mi cara con mis dos manos y estaba sudado. Miré a los lados y encontré tanto ropa, como cosas tiradas y desordenado.

- ¿Qué demonios paso aquí?

Busqué a mi gato y cuando quise tocarlo se erizo.

-Willson ¿Qué pasa?, soy yo

Al reconocerme se acercó y dejo que lo tocara, jamás había hecho eso, es muy raro, me vio como un enemigo para él.

-No temas pequeño, soy el de siempre, deja me lavo la cara y te doy de comer pequeño.

Me dirijo al baño, en el lavabo veo marcas en mis ojos como ojeras y abro la llave del lavabo.

-Ah!! No puedo creerlo, mi cara es horrible esta mañana.

Me enjuago la cara y me miro al espejo.

-Siempre has sido horrible, ¿no lo recuerdas?

- ¿Qué?, ¿de dónde vino eso?

Miré a los lados buscando la voz y no encontré nada.

-Aquí mira, estoy en ti, más bien, frente a ti.

Miré al espejo, pero solo estaba yo y los movimientos eran los míos, pero, aunque no sentía nada, en el espejo podía ver como unas manos heridas y moradas tocaban mi cuello por detrás y cerré los ojos.

-Vamos, ábrelos, ¿No quieres verme?, soy yo.

Un frio recorría mi espalda, pero no quería abrirlos, esta voz es la mía, pero era demasiado fría y un grado de sarcasmo, mis manos temblaban.

-No puedes escapar de mí, mientras tu vivas yo seguiré existiendo, aunque si quieres acabar con esto, solo dame la llave para salir y te llevare a un sueño eterno.

-¡¡No te hare caso, déjame en paz!!

Di un golpe en el lavabo con el puño y mi teléfono empezó a sonar.

-Ah!

Abrí los ojos y ya no había nada, miré a mi alrededor y decidí contestar mi teléfono.

Era una llamada que no me esperaba y conteste.

-Ho-hola?

-Tardando en contestar como siempre.

-Si lo que quieres es bromear entonces colgare.

Estaba a punto de colgar la llamada, ya que se trataba de mi primo, una persona que siempre buscaba humillar a cualquier persona, como no tenía amigos sus bromas iban hacia la familia, pero lo que dijo no me permitió colgar.

-La abuela.

- ¿Qué pasa con ella?

-Esta grave tuvo un gran ataque al corazón por una mala noticia, acaba de ser trasladada al hospital, aunque nadie quería ella pidió que se te avisara.

Historias de un ayerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora