No había nada en especial de este mundo para mí.
Solo mentiras y engaños, una realidad donde solo había sufrimiento a diario.
Siempre lo vi como algo que no acabaría, pues, aunque me mantuviera en la corriente del mar, aunque me lanzara al precipicio, me torturara, el mundo siempre me regresaba a la vida, o eso creía. Pero dentro de todo ello siempre había felicidad en mis sueños. En ellos siempre aparecía una hermosa mujer, que en medio de la lluvia me llevaba a otro lugar como una hermosa ciudad, donde solo había niños riendo, flores, aves y todo era amor y felicidad.
Sin darme cuenta me fui enamorando de ella, de esa linda chica de grandes caderas, que su cabello era rizado, unas hermosas mejillas y unos hermosos labios rojos, así mismo ella tenía unas grandes piernas que se movían con encanto al caminar.
Para mí era la chica perfecta.
Pero todo esto se terminaba al despertar, pues esta bella mujer solo estaba en mis sueños.
Así pasaban mis días, deseando que el horrible día acabara para soñar con mi niña. Pero después de un tiempo, dejé de soñarla. ¿Por qué? Me lo preguntaba a diario. Pues mis días nuevamente eran grises, hasta que ella apareció.
Mientras caminaba sin rumbo la miré. Al otro lado de la calle estaba ella, usando un hermoso vestido de flores, donde podía ver sus hermosas piernas, pero estaba muy sorprendido, pues ella era exactamente igual a mi sueño. Con miedo me acerqué a mirarla y ella me miró de la misma manera. Lo sabíamos. Ambos nos habíamos soñado.
Así fue como una hermosa historia empezó. No era como en mi sueño, ella era mucho mejor. Tan hermosa, divertida, tierna, ronroneaba como un pequeño gato. El tiempo pasaba y yo más me enamoraba de ella, era perfecta, se lo gritaba al viento. Yo la miraba caminar, dormir, comer y reír.
—Eres increíble — Se lo decía a cada segundo que podía.
Ella sonrojada me decía: Te gusta sonrojarme y me miras mucho.
Ella tapaba su cara con las mangas de su sudadera.
—No puedo evitarlo, eres hermosa. —
—ya basta—
Si miraba hacia atrás, podía ver los recuerdos de esos malos días y ahora ya no era necesario soñarla, pues ahora estaba frente a mí.
Después de tantos días de dolor, tristeza y angustia al fin podía sentir felicidad, amor y tranquilidad, era hermoso mirar el cielo sintiendo ese hermoso sentimiento. Pasaban los días y yo sentía que la conocía cada vez más. Me daba cuenta que su corazón era el de una pequeña niña, con sueños, esperanzas y de un momento a otro solo me miró con una mirada triste.
—No soy perfecta hay cosas que no sabes de mí, de mi historia, de cómo quedé atrapada aquí. —
Tomé su mano y la miré a los ojos dándole toda mi confianza. Sabía que el momento había llegado. Ella con lágrimas me contaba su pasado, todo lo que tuvo que pasar, esas marcas en su cuerpo, manchas y cicatrices que ella odiaba ver. Tomé su muñeca y besé una de sus marcas.
—No tienes que odiarte, porque yo amo cada parte de ti, de pies a cabeza, esas lindas marcas en ti forman todo tu ser, de la niña que me enamoró. —
Llorando me abrazó.
—Tenía mucho miedo, amor. Siempre te veía en sueños y mantuve siempre la esperanza de encontrarte. —
Los dos estábamos caminando a nuestro inevitable encuentro. Yo, queriendo tenerla en mi realidad y ella deseando encontrar en mí la paz para descansar al fin. Tanto dolor, tanto sufrimiento al fin habían terminado.
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Historias de un ayer
Mystery / Thriller¿Crees haber vivido todo? crecemos en ambientes distintos, con opiniones y creencias distintas, todo esto influye en la forma de vivir, aquí te redacto la historia de los jóvenes que unieron sus corazones en busca de la paz, ¿la encontraran?