Your eyes tell|| Namjin (Omegaverse)

Epílogo.

Despertó en el suelo, se rió con torpeza levantándose, sintiendo la suavidad de la alfombra bajo sus pies.

Estiró los huesos, suspirando, sintiendo el crujir de sus huesos.

Había tenido un sueño extraño, uno donde un par de orbes redondos y brillantes lo miraban. Él había tenido una sensación de familiaridad ridículamente abrazadora.

Quería saber de qué se trataba, y por qué sentía que conocía aquel par de ojos aún cuando no había visto nada igual en su vida.

—Buenos días bobo, luces espantoso—Le saludó bromeando un azabache en cuanto abrió la puerta—Correspondencia a la orden, es Yue

Heesung tomó la nota entre sus manos, con calma, admirando la bonita caligrafía que enmarcaba su nombre, sintió unas enormes ganas de chillar de pura felicidad.

No había nada en el mundo que lo emocionara más que las cartas mañaneras de los viernes que recibía puntual a las ocho de la mañana de mano de Riki.

—Gracias Riki—Le dijo antes de girarse a cerrar la puerta, dejando resbalar su espalda hasta topar con el suelo frío de la habitación.

Abrió con suma torpeza la carta, intentando no rasgar en su totalidad el sobre. Estaba enamorado por completo de las letras que yacian sobre el papel de tintes antiguos que ahora descansaba entre sus manos, paseó la yema de sus dedos para después aspirar el olor suave a lavanda que quedaba impregnado en el papel.

Se mordió los labios con nervios, paseando los ojos sobre las líneas que ahora le pertenecían a él, a nadie más.

Después de todo escribir una carta rogando por conocerlo había traído consigo cosas buenas.

Príncipe heredero, ¿Tengo prohibido amarte? Por qué mi corazón brinca de alegría, de felicidad cuando la idea de que te conozco incluso desde antes de escribir  para ti surca por mi mente.
¿Es que acaso tu alma y la mía han firmado un contrato de por vida?

Espero que sí, sería tan afortunado de haberte conocido y amado desde antes.

Mi hermoso cariño. Pienso en ti noche y día, el pesar del tiempo se hace ameno cuando pienso en tu maravillosa sonrisa o en tu adictiva elocuencia.

Eres un regalo del cielo. La prueba viviente de que los milagros existen.

Veámonos la mañana que recibas esta carta, el día que las flores de lila caen sobre la colina.

Sabre que eres tú, te reconocería hasta el fin del mundo, por el sonido de tus pies al caminar o por la forma en la que respiras.

Con amor.

Yue.

Heesung apretó la carta contra su pecho, rápidamente se preparó para su cita. Mentiría si decía que no estaba emocionado, su pecho vibraba de arriba a abajo, de emoción, de puros nercios.

Se vistió varias veces, sin quedar convencido en lo absoluto terminó vistiendo más casual de lo que quería; Pero ya no tenía tiempo para preocuparse por eso, ahora mismo, lo que más le importaba era llegar a la colina.

Aún enrollando sobre su cuello la bufanda roja que había recibido días atrás sin ninguna nota emprendió un rápido caminó intentando apartar las distracciones que osaran a interrumpir su travesia.. Se las ingenio para despegarse a Jay y Riki de su costado para correr hacia la colina mencionada en sus cartas.