Carta Especial #2. Parte 1

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Los domingos solo me hacen pensar en domingos, Falta una eternidad para el proximo domingo, los días más esperados y las personas más esperadas se parecen un montón, se hacen desear y se van en un pestañeo... que desgracia.

Sin embargo, lo único que se puede hacer al respecto es aprovechar al máximo y eso haré, eliminaré los pensamientos ansiosos sobre las largas horas de los días previos al domingo y recordaré que hoy es uno de ellos, ¡A celebrar!

—¿Comerás ahora o en un rato?

—En unos minutos voy—le contesto a mi madre mientras bajo los pies de la cama y estiro mis brazos con pereza

Aprovechar el domingo decía yo pero ¿qué se supone que haga un domingo?, es claro que bajar a comerme el almuerzo de desayuno a las 2 pm y ver series hasta que me traicionen los ojos. Intento despojarme de la pereza lo que parece imposible, siento el frío del suelo cuando empiezo a caminar descalza torpemente debido al sueño lo cual me pone los pelos de punta, a nadie le gusta esa sensación cuando se está adormilado. Definitivamente este no es mi concepto de celebración los domingos pero me basta con comer un poco y sentarme a distraerme por el resto del día.

—Cariño Casey llamó, dice que vendrá por ti en una hora— levanta sus hombros desconociendo la razón del por que lo hará

—Bien, al menos saldremos a pasear un rato —estiro mis brazos y me apoyo en su hombro— parece un lindo domingo

Mi madre asiente y me acerca el plato con lo que sería mi apetecible desayualmuerzo, vemos televisión mientras comemos, charlamos un poco y gastamos parte del tiempo restante hasta la llegada de Cass.

—¿Has hablado con papá estos días?

—Sí, el trabajo parece no darle descanso pero tal vez venga el próximo fin de semana —hace una cara un poco triste pero luego ríe y me acerca la cuchara en su mano —pero mira el lado bueno, hasta su llegada podemos comer helado, y tal vez otros dulces que en su presencia nos arrebataría para evitar un subidón de azúcar

—Eso es cierto —recibo el helado que me ofrece mientras ambas reímos recordando lo minucioso que es papá

Me devuelvo a mi cuarto de baño, tomo una ducha refrescante para un día ligeramente caluroso y me pongo un vestido, después de terminar de arreglarme un poco desconociendo aún a donde rayos me llevará Casey, aplico un poco de perfume en mi cuello y salgo en busca de mi teléfono que debió quedarse en el sofá.

—¡Contestaa!!— mi madre agita su mano y susurra algo alterada —Es Cass quien llama

—Hola tú

—¡DANNAEEE!—chilla

—¡Auch!! ¿Por qué los gritos?

—Estoy esperando por ti desde hace diez minutos ¿ok?

Cuelgo lo más rápido posible, me despido con un ademán y un beso para luego salir corriendo al auto. Al subir en el lo primero que me encuentro es a Cass con una cara difícil de descifrar, podría ser pensativa como bien podría ser de drama.

—Arranca...— paso mi mano al frente de su cara buscando su atención

—Si si, eso —acelera y activa el gps que parece direccionarnos a un mirador —algunas veces te extraño y como sé lo mucho que te gustan las estrellas iremos a un mirador

Achino mis ojos, es (probablemente) una de las cosas más lindas que han hecho por mi pero algo más le sucede a esta chica yo la conozco muy bien...

—Casey ya dime que pasa por tu cabezota

—Primero dime gracias— se ríe y cruza los brazos mientras paramos en un semáforo

—Gracias gracias, ahora dilo

—Ok...— voltea a mirarme con suprema confidencialidad— ¿recuerdas que me contaste que extrañamente habías encontrado una vieja carta de tu madre en aquel juego que te di?

—Claro que lo recuerdo fue apenas hace como dos semanas —digo sin entender muy bien a que se refiere

—Bueno pues creo que me acaba de suceder algo así —dice casi paranoica y arranca nuevamente con la luz verde

—¿De que hablas? Explícate Cas

—Estaba caminando por el parque esta mañana buscando un sitio para desayunar y un chico se me acercó y me dice: "disculpa vi que se te cayó esto por el parque" me entrega una hoja y luego se va

—Ok entiendo ¿pero que tiene de extraño?— presto más atención para saber que es lo que tanto le inquieta del asunto

—Que claramente lo que había escrito en ella no es mío ni mucho menos la hoja, nunca se me cayó nada y no se quien era ese chicho —hace una pausa como si lo que está diciendo fuera estupido —tengo una extraña sensación de que lo que está escrito ahí me encontró a mi y creo que sé lo que debo hacer con el

Ahora parece más clara la situación, me es inevitable emocionarme porque estos temas de conexiones inesperadas o el destino y sus cosas o como lo quieras llamar son tan curiosas que muero por saber de que se trata este encuentro fortuito para con mi mejor amiga.

—Ya lee lo que dice, se ve a kilómetros que estás aguantándote para preguntar —suelta una risita y saca un par de hojas de su bolsillo — ahí está

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Quiero que sepas que te amo más de
lo que se debe amar a una persona
-Orlando Estevez

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