Capítulo: 2

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Narradora:


Decir que Naruto-Kun se sorprendió por la propuesta de su esposa, amiga y alumna fue poco, tenía que procesar todo lo que le habían dicho y propuesto.

Tal vez piensen que es algo muy precipitado por parte de Sarada, digo, entiendo que no puedes decidir algo así de la noche a la mañana, pero ella ya no podía más, ese hombre que decía ser su padre nunca estuvo para ella, ni ayudó a colaborar en la casa.

Cuando ella tenía 5 años recordó recibir algunos sobres con dinero suficiente para alcanzar la semana, pero eso era todo, digamos que fue al menos tres veces, luego nada.

Sakura por otro lado, ella desde hace unos años veía a su joven compañero de equipo de otra forma, no solo había crecido físicamente, sino también maduró mucho, quizás no mucho, jeje, pero entienden el punto.

Al verlo tan alegre ayudando a otros y pasar tiempo con sus hijos con el par de los años se volvió su felicidad, sin embargo ella estaba casada, y tenía que cuidar de su única hija.

Ahora ya no había nada que la atara a ese hombre, salvo su hija claro, pero ya había dejado en claro que no quería saber nada de él.

Al final, Naruto Uzumaki y Sakura Haruno; nuevamente; se habían comprometido bajo la Ley de restauración de clanes.

Solo quedaba un asunto que discutir, el que hacer con el apellido Uchiha de Sarada.

–Sarada– Llamó el Hokage invitándola a pasar a su oficina– Hablemos de tu apellido–

Sarada hizo una mueca de desilusión – ¿No quiere que sea parte de los Uzumaki?– Bajando la cabeza.

–No, no, no es eso– Se apresuró a decir– Quiero saber si realmente estás de acuerdo con el proceso y la decisión – Corrigió.

–Claro que si, es lo que más quiero– Aseguró decidida.

–Ya tienes 12 años Sarada-Chan, es por eso que me aseguro de saber si realmente quieres esto, no puedes arrepentirte después – Sentenció serio.

–No me arrepentiré jamás, lo prometo– Suplicó.

El rubio, al ver la expresión decidida de la joven, y de lo desesperada que estaba, relajó su ceño y le dedicó una sonrisa tranquilizadora.

–Entonces, bienvenida al legado Uzumaki, Sarada-Chan – Dijo firmando el último papel requerido para terminar con los trámites.

Sarada lloró, por fin había conseguido lo que más quería, a Naruto de padre, estaba segura de que nunca se arrepentiría de la decisión que tomó.

Sin más se lanzo a los brazos de su oficialmente padre y lo abrazó con fuerza, sin importar que lance unos documentos al piso en el proceso.

–Ya, tranquila Sarada-Chan, ahora si oficialmente somos familia– Tranquilizó secando las lágrimas de su nueva hija.

Semanas después, konoha celebró la unión del Hokage con su segunda esposa, Hinata estaba feliz por eso, porque aún en la fiesta no fue dejada de lado por parte de su esposo y amiga, sin importar las malas lenguas que quieran lastimarla.

Sarada Uzumaki, No UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora