Hace 4 años atrás (Semanas después de la charla de Sarda y Hinata)
Allí se encontraban ellas, Hinata, Sakura y Sarada, las tres frente a la oficina Hokage, nerviosas y ansiosas.
Solo tenían a ese pedazo de madera que las separaba de su destino, Uzumaki Naruto.
Sarada respiro hondo y exhalo, solo para después tocar la puerta con decisión.
–Pase– Se escuchó del otro lado de la puerta.
Pasaron como se les indicó, admiraron una escena realmente lamentable:
Uzumaki Naruto, el ninja más hiperactivo de su generación quien siempre mostraba una sonrisa ante todo.....hechado tras su escritorio con notables ojeras y rodeado de documentos, mientras que Shikamaru trataba de ayudarlo con lo que podía.
Esa luz, esa llama en su mirada.......se apagó....
Hinata se sintió fatal, las noches en que ella se dormía en la sala para esperar a Naruto a que vuelva del trabajo culpandolo al menos en sus pensamientos, se sintió una terrible esposa, inútil.....
Sakura no lo podía creer tampoco, ese chico quien siempre estaba lleno de alegría y energía se había convertido en un hombre cansado y trabajador, que no disfruta ni siquiera el haber cumplido su mayor sueño.
Sarada era otro caso.....por un breve momento pensó en no ser Hokage, no le agradaba para nada la vida que llevaba su padre de cariño, luego se centró en su objetivo, ella iba a cambiar todo lo que está viendo ahora.
–Naruto Oto-San– Llamó la menor, el nombrado levantó la mirada de los papeles y su mirada reflejaba cansancio.
Sonrió un poco, sorprendido de la visita, era la primera vez que lo visitaban en horas de trabajo, le gustó la sensación de eso.
–Chicas, ¿A qué se debe su visita?– Por un momento las mujeres pudieron ver una sonrisa verdadera.
Hinata sintió un pinchazo, ¿Tan descuidado tenía a su esposo? Con solo una visita parecía estar feliz, ¿En cuántas cosas más había fallado?
–¿P-podemos hablar un momento a solas Naruto-kun?– Preguntó la oji-perla nerviosa.
Naruto miró a Shikamaru, este entendió de inmediato.
–De acuerdo, se cuándo no me quieren– Dijo antes de retirarse.
A todos les cayó una gota de sudor en la frente.
–Pasen, sientanse cómodas– Invitó el mayor a sentarse en el sofá de la oficina.
–Naruto.....¿Cómo vas con el consejo por lo de.....una segunda esposa?– Preguntó la pelirrosa.
El rubio suspiró en frustración– Por un día quisiera que esos ancianos me dejaran de presentar a sus hijas, sobrinas etc– Respondió, no le gustaba el tema de conversación.
–Tengo la solución al problema Naruto Oto-San– Habló la menor, este la miró interesado– P-puede tomar a mi madre como esposa– Malditos genes Uchiha, si en algo son expertos es en ser directos.
Al contrario se le heló la sangre, esperaba que fuera una broma de mal chiste, esperaba ver una mínima mueca en sus rostros como si estuvieran aguantando la risa.
Al verlas nerviosas a las tres, supo que no era broma, se enderezó y frunció el seño.
–Gracias por la vista, pero tengo trabajo que hacer, que tengan linda tarde– Fue tan cortante que hasta ni las miró.
Las mujeres se tensaron al oírlo tan demandante, Hinata y Sarada obedecieron, Sakura se quedó ahí.
Nadie sabe de qué hablaron, solo que duró al menor tres horas esa plática, en la que lágrimas, gritos y discusiones fueron pasando.
Cuando Sakura salió de la oficina parecía verse mejor, se le veía esperanza.
Cuando Naruto llegó a casa en la noche, fue a ver a su linda hija durmiendo en su cuarto, le besó la frente y fue al cuarto matrimonial, dónde pensó encontrarse con su esposa dormida, grande fue su sorpresa al verla despierta.
–Hablemos Naruto-kun– Usó una voz tan dulce y calmante tal y como su esposo adoraba.
Fue hasta ella y se puso de rodillas mientras ocultaba su rostro en el vientre de su mujer, rodeado con sus brazos la cintura de la misma, mientras que está le daba mimos en el cabello.
–Ni quiero Hina, no quiero por temor a cambiarte u olvidarte en el proceso– Soltó el esposo.
Su esposa sonrió a medias, si ella era el problema del porque no puede ser feliz, entonces lo dejaría libre.
–Si soy yo quien te detiene no te preocupes, piensa en ti mismo por una vez Naruto-kun– Habló serena mientras seguía con los mimos.
Su esposo tomó sus manos deteniendo lo que hacía, levantó la mirada dejando ver el rostro empapado de lágrimas.
–Precisamente estoy viendo por mi felicidad– Expresó y besó las manos de su esposa con dulzura.
La misma se sonrojó a un rojo que no alcanzaba desde hace años.
–¿Cómo ser feliz sin la mujer que tengo de esposa hoy?– Siguió subiendo dejando un camino de besos en sus manos y brazos– La mujer que siempre me apoyó, aunque sea detrás de un árbol, estuvo ahí, confío en mi, me salvó la vida en la guerra, me dió dos hermosos hijos, algo revoltosos pero mis amados hijos, no me falta en la vida ni Hime– Terminó el camino de besos por los hombros, el cuello y la cara.
–Te equivocas– Mencionó– A pesar de tener todo, te falta ella....¿No es así?– Ella también quería llorar, pero no podía, hoy, la fuerte y su pilar sería ella.
El contrario calló unos segundos– No puedo vivir sin ambas, ambas son parte importante de mi, sin embargo, temo olvidar a una por la otra–
Hinata sonrió, besó dulcemente a su amado esposo y al cabo de unos segundos se separó.
–Mientras nos ames por igual, no tengo problema con compartirte con ella–
Su esposo la miró con adoración, Jesús, amaba a esa mujer con locura.
Tres días después, se dió el anuncio de que el Hokage había escogido a su segunda esposa.
Continuará.....
A que no esperaban que actualizará dos veces verdad? 7 ³ 7
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Sarada Uzumaki, No Uchiha
FanfictionIgnorada, olvidada y abandonada por su padre, querida, apreciada y valorada por su sensei. Sarada Uchiha creció sin su padre presente, pero con la esperanza de conocerlo un día, sin embargo, él prefirió a Boruto antes que a ella, por lo que, en busc...