Capítulo: 4

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Narradora:

Decir que Boruto estaba nervioso era poco, hacía tanto tiempo que no la veía y tras la discusión que tuvo con su padre antes de irse no pudo ni siquiera despedirse de sus seres queridos.

Ingresó al comedor con timidez y nerviosismo, allí vio a las mujeres de su vida, su madre y hermana, quienes al verlo en ese lugar dieron un Respingo de sorpresa quedando en Shock.

–Estoy en casa– Artículo con timidez pasando una mano tras su cuello.

–¡¡Onii-Chan!!– Himawari fue la primera en reaccionar y corrió a los brazos de su hermano para estrechar lo con fuerza.

– Hola Hima – Saludó correspondiendo al abrazo.

–Onii-Chan– Empezó a soltar algunas lágrimas, lo soltó y le pegó con su puño con fuerza.

–¡Auch! – Se quejó sobando la zona del golpe.

–¡Boruto Baka, no vuelvas a irte sin siquiera despedirte o juro que la próxima no la cuentas!– amenazó con el puño en alto.

«Pasar tiempo con Sakura-Sama debió dejarle algunas mañas»

Pensó asustado mientras asentía con rapidez.

–Mi hijo....– Interrumpió Hinata acercándose a el rubio para luego abrazarlo con fuerza y llorar desconsoladamente.

–Ya mamá..... Ya estoy en casa– Trató de consolarla mientras la abrazaba y lágrimas salían lentamente.

Minutos antes en la entrada.....

–Si Boruto está aquí.....¿Él también está de regreso?– Preguntó Sarada viendo por donde se había ido el rubio hace rato.

–Me temo que si, pero no será hasta mañana que él objete sobre lo que pasó, y hasta tal vez trate de tomar tu custodia por ser parte del legado Uchiha – Mencionó serio el Hokage.

–No soy más una Uchiha, soy y seré Uzumaki hasta que muera– Sentenció la de lentes cruzada de brazos seria.

–Pero por tu sangre corre sangre Uchiha, por más que lo niegues y lo detestes, es así – Expresó tratando de hacerla entrar en razón.

–Tengo miedo Oto-San, ese hombre puede arruinar toda la felicidad que hemos creado estos cuatro años en solo segundos– Comentó con los ojos llorosos.

Naruto la rodeo con sus fuertes brazos en un intento de consolarla, al rato su llanto cesó en el momento que la puerta se abrió dejando pasar a una mujer de cabellera rosada cargando con algunas bolsas.

–Naruto- Kun, estás aquí – Exclamó alegre cerrando la puerta tras ella.

–Sakura-Chan, deja te ayudo con eso– Pidió Naruto tomando algunas bolsas que ella traía y depositar un corto beso y entrar a la casa.

Devuelta al comedor...

–¡¡Oka-San!!– El rubio de cuatro años y la peli-rosa de tres años corrieron para recibir a su madre.

–¿Cuidaron bien de Arashi? – Preguntó tras darle un beso en la mejilla a cada uno.

–¡Señora, si señora!– Contestaron ambos en tono militar.

Sarada Uzumaki, No UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora