Reina de hielo

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¿Quién eres? ¿De dónde eres? ¿Por qué apareciste? Eran preguntas que recurrentemente vagaban por la mente de la reina del castillo de hielo, cada noche soñaba con una persona, que delicadamente posaba una de sus manos en la cintura de ella y la otra tomaba sutilmente su mano y bailaban al ritmo de la música, cada vez sentía un sentimiento nuevo uno que ella no manejaba algo contrarío al viento frío que pasaba por el castillo día y noche, día tras día una sensación que llamo calidez.

Cada vez que las manos de su persona desconocida se posaban en su frío cuerpo sentía una cálida brisa, una sensación tan viva que la llenaba de gozo, pero al momento de despertar se sentía nuevamente fría poco a poco el sueño se fue volviendo más borroso y poco vivo y las ilusiones de la reina del castillo de hielo fueron cayendo.

Una noche volvió a tener ese sueño ¿Quién demonios eres tú? La otra persona no respondió, solo se limitó a acercarse y tomar sus caderas delicadamente generando esta vez una sensación de ardor, su toque era fuego en su piel, en cada movimiento que hacían encajaban perfectamente como si hubieran hechos uno para el otro, desde las puntas de sus pies hasta las puntas de sus cabellos, la música sonando de fondo generaban una sincronía impresionante, la noche sentí envidia de ellos, de como la opacaban.

" Soy quien genera el calor en tu alma tan fría como el hielo - susurro cerca de su oído - soy el que te contara los secretos del mundo y el que hará crecer una flor en el frío invierno de tu corazón, esa persona soy yo su majestad."

La reina de hielo se sintió tan amada que pudo sentir la calidez desde que se despertaba hasta cuando sus ojos se cerraban del sueño, ella se había enamorado de su persona desconocida y cada vez sus sueños eran más largos y realistas, sin querer estaba creando una realidad sobre las nubes que la adsorbía cada día más.

Los meses fueron pasando cada vez el castillo de hielo se fue derritiendo por la calidez del alma de su reina hasta que llego un punto en donde solo se podía observar las escaleras de hielo y la cama de la reina en donde ya hacia su cuerpo sumergido completamente en su mundo ficticio.

Los ojos de la reina de hielo se cerraron completamente pasando años en donde el amor cálido de su persona desconocida hizo que el hielo alrededor de ella se evaporara así dando paso a generar un bosque en donde cuenta la leyenda que si lo exploras podrías encontrar en un tronco de árbol la silueta de la reina dormida todavía en la realidad que ella misma creo en su mente y cuando cae la noche puedes escuchar la sinfonía de la canción de los dos amantes.

Nota de autor: todavía escucho aquella sinfonía a veces en mis sueños, no sé quién eres, pero desde que te soñé pienso que algún día no muy lejano pueda encontrarte.

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