Tú, yo y Tú

10 2 0
                                    

Cerca del circo más cercano al pueblo siempre había un exquisito olor a algodón de azúcar que provenía de esas coloridas y luminosas carpas. Tú, yo y tú, éramos tres nubes de algodones de azúcar que volábamos tan alto como nuestros sueños querían, reíamos tanto como nuestros estómagos nos permitían, nos consolábamos tanto como podíamos.

Éramos unas pequeñas nubes que rebotaban por el cielo creando caminos donde no podías pisar, pero si volar ¿Quizás ese fue nuestro error? Cada día nos acercábamos a comer un algodón de azúcar y compartimos en cada mordida una ilusión, intentamos crear caminos donde no podíamos pisar, pero nos conformábamos con eso, ¿cree yo el camino donde nos hundimos?.

Tú, yo y tú generaron mil y un escenarios donde podíamos comer algodones de azúcar, desde la fría antártica hasta encima de la muralla china, ¿Exista la palabra imposibilidad? Claro que si, pero no en esta nube de algodón.

Cuando llego el frío invierno y la lluvia se asomó corrimos a comprarnos nuestro algodón de azúcar como acordamos hacerlo hasta el día en que ni siquiera recordamos nuestros nombres siempre Tú, yo y tú, pero ese día las coloridas y luminosas carpas ya no eran tan coloridas y el circo ya no era tan atractivo, pero nuestro algodón de azúcar estaba esperando por nosotras.

Cuando nos sentamos en el borde de la acera nos dimos cuenta de que habíamos volado por todo el cielo con nuestro algodón de azúcar ¿Era hora de pisar la tierra? Ya las mordidas no tenían la ilusión que sentíamos, primero fue  quien camino por la tierra, despacio he insegura, nos afirmó el camino para que y yo camináramos junto a nuestro algodón de azúcar, pero fue la lluvia quien llego primero y así nuestra nube se disolvió fundiéndose con el agua de las reales nubes que estaban en el cielo.

Caímos en picada libre sin un paracaídas, nos miramos y solo intentamos agarrar nuestras manos, pero no alcanzamos,  pudo crear un camino de tierra con algodones de azúcar a su alrededor, pero huiste muy lejos con una nueva nube de algodón mientras que yo nunca más volví a probar un algodón de azúcar en mi vida.


Nota de autor: he intentado comer algodón de azúcar muchas veces, pero simplemente no puedo ¿Fui yo quien hizo que camináramos sobre un piso imaginario? Dime, ¿fui yo la causante? las esperaré lo suficiente para poder comer uno nuevamente tú, yo y tú

Cuentos cortos para noches largasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora