Capítulo 8

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― Entregarle eso a Elina es darle permiso para que asesine a Saar ― opino Freyr.

― ¡Cállate Freyr! ― Gritaron al mismo tiempo Anil, Lei e Ilan.

Él levanto ambas manos en señal de rendición.

― No creo que pueda hacerlo ― dije asustada al ver que Daren me entregaba las flechas y el arco de entrenamiento.

― No seas miedosa, es fácil de usar ― murmuro.

Estábamos nuevamente en el lugar de entrenamiento en el bosque. Después de más de una semana con el mismo entrenamiento Helios decidió que sería buena idea que todos aprendiéramos a utilizar el arco, lo cual es absurdo cuando ni él sabía utilizarlo.

Nadie sabía hacerlo por excepción de Daren. Helios lo dejo a cargo del entrenamiento de esa semana, llevaba cuatro días intentando que aprendiéramos a usarlo y Lei y yo éramos las únicas que aún no aprendíamos a manejar el arco.

Busque una posición donde pudiera hacer el tiro cómodamente mientras que a cierta distancia estaba Saar recostado temerosamente en un árbol, el objetivo era darle a la manzana que estaba sobre su cabeza. Bastante concentrada clave mi mirada en él y fije mi objetivo.

― ¿Ya tienes la vista en el objetivo? ― pregunto Daren, asentí no muy segura ― Bien, estira el brazo con el que sostienes la flecha, respira profundo y lanza.

Me tomo unos segundos seguir sus indicaciones, pero lo hice con poca seguridad lance la flecha e inmediatamente baje mi mirada al césped, un silencio acaparo el lugar así que preocupada mire el resultado de mi tiro, trate de esconder mi felicidad al notar que si le había dado a la manzana y no a la cabeza de Saar. Voltee a ver a Daren quien me miraba con una media sonrisa.

― ¡Lo logré!, ¡Por fin lo hice! ― daba pequeños saltitos emocionada.

Daren se acercó y me tomo por los hombros agitándome juguetonamente.

― ¡Felicidades! Por fin podremos irnos a casa.

Le di mala cara, pero eso no dejo que mi sonrisa desapareciera. Él me soltó y entre todos recogimos todas las cosas que utilizamos y las subimos al auto luego lo hicimos nosotros también, Freyr era el que manejaba, todos estábamos bastante cansados tanto que Ilan y Lei se durmieron de camino a la mansión, este entrenamiento fue de los más largos Daren fue muy estricto con su regla de '' Solo nos iremos si todos logran por lo menos una anotación''

Cuando llegamos a la mansión ya estaba anocheciendo, Ilan entro casi arrastrándose mientras que Saar decidió llevarse a Lei en brazos hasta el sofá de la sala.

― ¿Tienen hambre? ― pregunto Anil mientras encendía la luz de la cocina con el resto de nosotros detrás de ella siguiéndola.

― Hasta la pregunta ofende ― Alego Ilan sentándose en el taburete somnoliento.

Anil se dispuso a sacar todo lo que necesitaría para cocinar, mientras nos hizo una señal con la mano para que nos fuéramos del lugar. Claro odiaba que estuviéramos en la cocina mientras ella cocinaba.

―No podemos ir a la sala ― Nos detuvo Saar.

― ¿Por qué? Yo quiero ver televisión ― Alego Freyr.

― Porque Lei está durmiendo ahí.

― No es algo que me interese, pero gracias por avisar.

Freyr se alejó de nosotros para dirigirse a la sala, Saar fue tras el rápidamente.

― Iré con ellos o comenzarán a agarrarse del cabello ― Aviso Daren siguiéndolos por el pasillo.

Y era cierto a Freyr le encantaba fastidiar a Saar con Lei y Daren siempre salía en defensa de ellos, ya era una rutina que ellos se pelaran por la mínima cosa.

El Misterio De Los OchoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora