Tras subir hasta el quinto piso de mi edificio, llego a la puerta de mi casa.
Antes de abrir, ya huelo el dulce e inconfundible olor de la tarta de manzana casera de mi madre.-Hola mamá. -Digo al abrir la puerta.
-Hola hija, justo ahora estaba sacando del horno un pastel de manzana. Y ya tienes la comida en la mesa. He hecho pollo y patatas con verduras al horno. ¿Como te ha ido la escuela? ¿Has hecho ya amigos? ¿No habrás venido hasta aquí tu sola, no? Mañana te llevo en coche o andando, no me parece bien que vayas sola, esta ciudad es muy grande y hay mucha gente. -Dice apresuradamente pero con un tono neutro, al final casi exigente, como siempre intentando sonar más autoritaria que lo que realmente suena con su voz aguda y floja.
-La escuela me ha ido bien. Mejor de lo que esperaba. He conocido a mucha gente y he comenzado a hablar con un grupo, son muy simpáticos. He venido con un chico que se llama Mathew que resulta que vive en los pisos de al lado, y forma parte de ese grupo de amigos y amigas. -Digo, algo molesta por la ráfaga de preguntas que ha soltado mi madre nada más entrar a casa, molestia que crece al ver como cambia su expresión y se vuelve más seria al mencionar la palabra "chico", pero intento que no se me note.
-Así que has vuelto con un chico.
¿Enserio eso es lo único que ha oído?
Por favor, que no hable de lo que creo que va a hablar, hasta ahora mi día había ido genial. Además, Matt parece un buen chico pero ni siquiera me atrae. Es que no tendría ni porqué justificar el hecho de hacer también amigos chicos, es totalmente normal.
-Sí, y eso no significa nada. -Me adelanto. -Me ha caído bien y es vecino nuestro, y parece buen chico, para nada mala influencia. Al igual que sus amigos y amigas. Se llaman Molly, Nathalie, Rachel, Carlos y Melisa, además de Matthew. Y hemos tomado el camino hacia casa juntos, menos Carlos y Rachel, que viven más lejos, Ynos hemos ido separando para seguir nuestro camino hasta que solo hemos quedado Matthew y yo. Son buenos chicos y chicas, por lo que hemos hablado parecen responsables y no me han dejado de lado en ningún momento, si no todo lo contrario, y han estado atentos en clase, parecen centrarse en sus estudios, ni mucho menos son mala influencia como ya he dicho, esos también he visto quienes son y ni mucho menos se juntan con ellos, más bien todo lo contrario. -Odio ser tan categórica con las personas, pero mi madre lo es, y por lo tanto si quiero que no los vea con malos ojos tengo que serlo yo también.
Sobretodo teniendo en cuenta que me han dado muy buena impresión. Espero no equivocarme, por favor.
Omito aún así a Dave, que aunque ha sido de los que mejor impresión me ha causado, no encaja mucho en esa descripción. Y creo que es obvio que también debo omitir a John. Además, técnicamente tampoco he hablado tanto con él.
La mirada verde y fija de mi madre me devuelve a la mesa en la que me acabo de sentar después de dejar la mochila. Veo que está de brazos cruzados, y a pesar de estar de pie al otro extremo de la mesa, al ser más baja que yo no tengo que levantar apenas la vista.
-¿Que estás pensando?
-En nada. Bueno, sinceramente en que estaba teniendo un buen día.
Hasta ahora. No siempre está de este humor, ¿porqué tenía que elegir hoy para estarlo?
Es mi primer día de clase.
Vale, tanto mi padre como mi madre odian la ciudad, y desde que hemos venido no están especialmente alegres, pero al menos deberían de ver que yo sí que estoy bien aquí. De hecho, necesitaba un cambio de aires.
Por no mencionar que por fin podré empezar a actuar en algún musical, aunque sea uno del instituto, eso es una de las cosas que más me emociona. Aunque sepa que a ellos no.-Espero que no sea por el tal Matthew.
-¡Te he dicho que es un compañero! Me ha caído bien, ya está. Como mucha otra gente. No me gusta, si es eso a lo que te refieres. Y acabo de conocerlo ahora mismo.
-También decías que no te gustaba Mark.
Sabía que lo iba a mencionar tarde o temprano. Estoy harta de oír ese nombre. ¿Porqué no puede dejar de mencionar al maldito Mark por una vez? ¿Si sabe lo que pasó, porqué lo sigue mencionando?
-Por favor, deja de hablar de Mark. -Digo secamente.
Y me dispongo a comer.
Justo entonces oigo los ladridos de Max, que parece que se acaba de despertar para venir al recate. En unos segundos ya está dando saltitos alrededor de mi silla. Lo acaricio y él me saluda con un lametón mientras mi madre rellena sus galletas. Entonces se dispone a hacerle mil preguntas absurdas, como si acabara de llegar a casa de nuevo después de un viaje de cinco años.
Por lo menos la tarta de manzana está tan buena como siempre, y me devuelve una pequeña sonrisa que hace que me acuerde de que tengo que llamar a Molly.
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Fearless
Teen FictionNueva York, septiembre de 2009. Olivia, acostumbrada a la vida en la granja de su antiguo pueblo, descubrirá un mundo totalmente nuevo y pondrá patas arriba el que era el suyo hasta ahora en la ciudad de los rascacielos, donde tendrá que empezar el...