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Bueno, ¿y que quieres que haga? Jimin se ha vuelto un excelente amigo y Bogum es una persona grandiosa. A Yoongi lo conozco porque trabaja en el laboratorio de fotografía y es un chico sensacional. Así estoy bien, no ocupo tener tantas personas en una vida que pronto dejare. No voy a quedarme a vivir en Venecia por siempre.-Dije.

—Ya se lo se, Taehyung. Lo que trato de decir es que disfruta el tiempo que estés aquí.

—Eso lo hago, créeme.

—Pero...

—¡Tu pizza esta lista!.-Cante al oír el pitido del horno.—Me voy a dormir, te quiero, buenas noches.-Me fui a paso apresurado a mi habitación.

Me sentí culpable, porque la verdad era que no me entusiasmaba tanto la idea de pasar el día con Seulgi, al menos no si lo veía de la perspectiva de que no vería a Jungkook, o mejor dicho, de que no estaría yo solo con el.
...

Me revolqué entre las sabanas de mi cama hasta que la apenas cálida luz del sol me llego a los ojos.

—Genio.-Los golpea en la puerta no fueron tan intensos, pero si molestos.

—Ya estoy despierto.-Farfulle.

Sali de mi habitación y mire a Seulgi sonriéndome. Me sentí mal de nuevo.

—¿Cuáles son los planes de hoy?.-Pregunte, totalmente desganado.

—Conseguir un atiendo elegante.

—¿Elegante?¿Que celebramos?.-Inquirí, confundido.

—El próximo domingo es el cumpleaños del señor Vittore, y ya sabes, como sin todas esas personas.-Puso los ojos en blanco. Gastan hasta el ultimo centavo para darle lujo al ambiente.—
¿El señor Vittore?.-Trate de pronunciar el apellido con el acento que había utilizado.

—Si, el dueño del Hospital.

—Oh..¿y...?

—Estamos invitados.-Sonrió ampliamente.

—¿Invitados?.-Quería saber a quienes se refería.

—Si, tu, yo y Jungkook. Quien por cierto ya debería estar aquí.-Divago, mirando el reloj de su muñeca.

—¿Jungkook?¿Nos acompañara?.-Hice un mohín.

—Claro, ¿y luego quien me dirá que me veo linda con los vestidos?-.Bromeo.

—Pero Jungkook...sabes que no le gusta eso.-Intente encontrar una excusa creíble para que Jungkook no fuera, yo no debía siquiera estar cerca de él.

—Pero es mi Jungkook.-Dijo y me dolió.—Él esta dispuesto a acompañarnos.

Entonces el timbre sonó. El corazón me latió ansioso, presuroso y... angustiado. Seulgi, corrió animosa hasta la puerta, mientras que yo me quede parado allí, con ganas de correr en dirección opuesta. Después de la pequeña discusión que tuvimos ayer no sabia que sentir. Pero entonces Seulgi abrió la puerta y la luz apareció en mis ojos, allí estaba él, tan deslumbrante como siempre, usando una camisa color azul, desabotonada, y un jeans de color negro, ajustado a sus despampanantes piernas. Hizo que el mundo se me volteara en un segundo cuando me miro.

MANUAL DE LO PROHIBIDO(KooV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora