Nota 5

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Querido Nam,

Hace poco te cambiaste de Ciudad y decidí ir a visitarte unos días. Al llegar estabas trabajando en algunos asuntos en tu computadora teniendo tu atención absoluta a lo cual yo solo me dedique a mirar un programa de cocina que se transmitía por la televisión.

Al terminar me preguntaste qué quería cenar y terminamos pidiendo comida mexicana por delivery. Me enseñaste como usar tu refrigerador tan avanzado en tecnología y sus funciones me dejaron asombrado, parecía una mujer de tercera edad aprendiendo a usar un aparato electrónico, fue algo gracioso.

En el proceso estuviste realmente cerca de mi debido al reducido espacio de la cocina, admito que me derretí de nervios. Vimos una serie y compartimos un cómodo silencio, te mencioné que camino a tu casa ví un restaurante de comida rápida que anunciaba una promoción en unos días así que te propuse ir y aceptaste sin dudarlo, desde ese momento ansiaba que llegara el día acordado.

Me di una bofetada mental al darme cuenta que había olvidado llevar un suéter en aquel viaje, a decir verdad fue muy estúpido de mi parte ya que sabía las condiciones climáticas en las cuales estaría. Esa ocasión me prestaste tu suéter y entonces creí que no fue tan desfavorable el pequeño descuido que tuve.

En uno de los tantos temas triviales que tuvimos, terminamos comparando las dimensiones de nuestra manos, para sorpresa de nadie mi mano se veía más pequeña y delicada en contraste a la tuya; me atreví a colocar mi mano encima de la tuya para una mejor comparación ( o un contacto más directo, como sea) y pude sentir por segundos lo suave que era la misma, lo bien que se sentía con la mía y solo pude imaginar lo bien que encajarían nuestras manos.

Me gustaría decir que fue una buena velada para ambos pero olvidé mencionar el pequeño detalle de que Lisa siempre estuvo acompañándonos, diciendo que también estaba de acuerdo con la cena, sentada a tu lado al ver la serie o siendo ella quien sugiriera comparar las dimensiones de nuestras manos. Porque así fue siempre, ella siempre estuvo ahí.

Te habías mudado a aquella ciudad por tu trabajo y para estar más cerca de ella, sin darte cuenta te alejaste un poco más de mí.

Con amor, un olvidado Jin.

"Todo lo que he escrito, quiero que tú lo leas" -NAMJIN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora