@ClaudiaS6122
If I Were a Boy
¿Cómo pude ser tan estúpida?
¿Cómo es posible que no me di cuenta de todas y cada una de sus mentiras? De qué cuando me besaba, él ya había sido besado por alguien más el mismo día. De qué cada vez que me decía que me amaba, era todo una vil y despiadada mentira, y yo fui tan idiota como para creerle. De qué cuando me hacía el amor, en realidad ya no sentía amor, si no puro deseo, sólo para complacerse a sí mismo.
Y lo odiaba por eso, al igual que me odiaba a mi misma por haberle creído todo lo que me decía.
Joseph y yo habíamos estado juntos ya hace cuatro años, nos conocimos en una fiesta de mi fraternidad en la universidad. Esa noche fue mágica, él y yo bailamos toda la noche, me invitó a salir y desde ahí, creo que me enamoré de él.
Pero ahora ya no estoy tan segura de eso.
Él y yo siempre fuimos muy cercanos, nuestra relación podría decirse que era envidiable, hasta yo me lo creía. Siempre íbamos a todos los lugares juntos, de vez en cuando nos regalábamos cosas mutuamente sin razón para hacerlo, nos apoyábamos el uno al otro en todo lo que hacíamos, hasta nos decíamos lindos sobrenombre. Por eso supongo que todo este embrollo me tomó desprevenida, porque nunca creí que él me haría esto.
Las lágrimas seguían bajando por mis mejillas cada vez que pensaba en todos esos increíbles recuerdos, desde cuando me pidió que fuéramos pareja hasta cuando lo único que hacíamos era ver películas en nuestro cómodo sillón los sábados por la noche. Sentía como se me oprimía el pecho por pensar que todo eso no sería más que recuerdos desde ahora en adelante.
Joseph me había pedido que viviéramos juntos hace año y medio, cuando los dos habíamos terminado nuestros estudios y habíamos conseguido un empleo fijo. Yo iba a ser maestra en un preescolar, ya que no tenía mucha experiencia. Joseph iba a ser aprendiz de arquitectura con su tío, así que pensamos que era una muy buena idea.
Yo al principio estaba aterrada, de dejar a mi familia para irme a vivir con un hombre, además mis padres no estaban tan contentos de mi decisión. Yo era una niña mimada; me lavaban, planchaban, cocinaban, cuidaban, literalmente me hacían todo. Por eso fue algo difícil adaptarme en nuestra nueva casa, pero hice que todo funcionara después de un largo tiempo.
“Aspen, no siempre vamos a estar aquí para ti, por eso tienes que aprender a cuidarte tu sola” me dijo mi padre una vez, ojalá que le hubiera hecho caso desde un principio y no hasta que fue necesario.
Ahora lo que me apetecía era volver a mi hogar, con mi familia, volver a ver a mi hermana y a mi querido sobrino. Pero tenía que terminar algo aquí primero.
Fui a la habitación que compartía con Joseph y tomé mi maleta, comencé a sacar todo el contenido de mis armarios para ponerlos en la maleta, después vi algunas fotos de Joseph y yo que tenía en un álbum. Sin pensármelo mucho porque sabía que me iba a arrepentir, lo llevé hacia la chimenea que estaba encendida y lo arrojé ahí. Vi como se quemaba lentamente el papel, ahora me sentía como el papel, el dolor me consumía por dentro.
Aún no creía que Joseph me había engañado con una de mis mejores amigas, pero me sentía una idiota por no darme cuenta. Todas las noches que no llegaba a dormir, todas las veces que lo llamaba y no contestaba, porque decía que su teléfono estaba descompuesto y no se escuchaba, todas las veces que salía a "viajes de trabajo" y no me llamaba en días, fui tan estúpida como para engañarme a mi misma diciéndome que él nunca me haría eso.
Ahora podía ver con claridad.
Hace unas horas, fui a visitar a Joseph a su trabajo porque creí que sería buena idea darle una sorpresa. Vaya sorpresa me llevé yo cuando me encontré a mi amiga Leila besándolo tan apasionadamente en la oficina de mi novio. Yo me fui corriendo de ahí, porque sabía perfectamente bien que Joseph estaba tan entretenido con Leila como para darse cuenta de que yo estaba parada en el marco de la puerta de su oficina, observándolo todo.
Y aquí estoy, quemando las fotos de nosotros dos en nuestra chimenea, llorando por todos esos recuerdos. Quería dejar de existir.
Odiaba este mundo. Odiaba que el serle infiel a tu pareja fuera algo común estos días, que todos los hombres lo hacían, y como eran hombres, nada les reprochábamos por que los amábamos.
Mientras que si nosotras les éramos infieles nos llamaban perras, putas, cualquieras y demás. Porque ellos no nos escuchan, no saben cuánto sufrimos y si lo saben, lo ignoran y siguen haciendo lo mismo.
Si yo fuera un hombre, supongo que sería igual, porque sabría que mi novia me estaría esperando todas las noches, apagaría mi teléfono para que creyeran que estoy durmiendo sólo, me pondría a mi mismo primero que todo. Pero tal vez sería un mejor hombre, porque sabría lo que sentiría amar a una mujer, la escucharía, porque sabría el dolor de saber que no lo hacen.
Sabía que Joseph iba regresar creyendo que yo lo iba a esperar, pero se iba a equivocar. Porque él no me escuchaba, no le importa lo mucho que duele, hasta hoy, que me perderá.
Porque no lo esperaré nunca más, no me iba a ver la cara de idiota jamás, se va a arrepentir de no haberme escuchado, de no haberme amado como yo lo amaba a él, porque él era mi todo. Mi mundo, mis estrellas, mi galaxia entera.
Ya no más. No más Joseph en mi vida aunque sienta esa opresión en el pecho y el nudo en mi garganta.
Ya no más.
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The great Music Contest «Concurso»
De Todo¿Estabas esperando una oportunidad como esta para poder demostrar tu talento? ¡Pues aquí está y ya puedes aprovecharla! Puedes mostrar lo bien que escribes, y la gran imaginación que tienes en cortos relatos que serán puntuados y publicados. Te enca...