@Lucia_Fray
Stay With Me
¿Qué sabes tú del amor? Poco y nada. No te importa en lo más mínimo aquello. Solo piensas que no es necesario saberlo, ya que lo único que deseas, es tener a alguien con quien hablar. Alguien con quien reírse; alguien con quien divertirse; alguien… capaz de llenar el vacío que sientes en tu día a día, a pesar de que no eres bueno con eso de “una aventura de una noche”.
Con resignación, das un largo trago a tu vaso. La rutina te cansa. El despertarte justo en el momento en que tu compañera temporal de cama se marcha, sin la oportunidad de intercambiar de teléfonos, o quedar otra vez, o simplemente decirse los nombres… te desespera y entristece bastante.
El alcohol pasaba por tu garganta. Una y otra vez. Repites, terminas, vuelves a repetir el trago, y el proceso continúa. El líquido quema en tu garganta, aumentando tanto tu placer como tu excitación.
Ya está hecho el primer paso. Ahora falta completar el segundo.
Con la vista dando vueltas, examinas el pequeño bar en el que te encuentras. Hay varias mujeres, pero pocas atractivas. Entonces encuentras a la indicada. El cabello rubio cae por su ancha y desnuda espalda como tentáculos de pulpo color oro. El vestido rojo que lleva da demasiado poco a la imaginación, y se nota que está en las mismas condiciones que tú.
Te relames los labios con una traviesa sonrisa, mientras te bajas del taburete de madera para luego comenzar a caminar hasta la solitaria mesa habitada solamente por ella.
Sin embargo, no llegas a conseguir nada, puesto que caes al piso, desmayado.
***
Al abrir los ojos, tu vista se opaca debido a una brillante luz blanca. Te tapas los ojos con el brazo, mientras que con el otro te apoyas sobre tu codo. Es ahora cuando escuchas una suave y linda risa al lado tuyo. Al sacar tu brazo de tus ojos, la ves.
La chica de la bata blanca que se encuentra frente tuyo te está mirando. Con su lacio cabello castaño recogido en una cola de caballo baja, y unos bellos ojos marrones que te observan sonrientes. Por las blancas ropas que trae, te das cuenta de que es una enfermera, por lo que estás en un hospital. ¿Por qué te encuentras ahí? No lo recuerdas y tampoco te importa, porque de un momento a otro toda tu atención recae sobre la mujer que se encuentra frente a ti.
—Por fin despiertas —te dice, sonriendo aliviada. Al verla sonreír, algo se prende en tu interior. Sientes algo, y no sabes qué es. —Te trajeron de un bar diciendo que estabas borracho.
Parpadeas, porque no quieres incomodarla, mucho menos asustarla. Tragas saliva, sintiéndote algo estúpido debido las pintas que traes y llevas una mano a tu cabello, revolviéndolo para luego mirar hacia ella. Sentada a tu lado sobre una silla, sigue sonriendo para ti.
— ¿Estás bien? —te pregunta y tú asientes. De repente un agudo dolor de cabeza te llega, y no haces nada salvo quejarte en voz alta.
Debido a eso, tu codo se dobla y te vuelves a tumbar en la camilla de hospital. Tienes los ojos cerrados, por lo que no puedes ver la expresión preocupada de la enfermera.
—Tendré que ir a buscar al médico —la escuchas decir y es cuando te invade la soledad mezclada con el dolor.
A tientas buscas su mano. Al sentirla pequeña y suave en la tuya, la tomas, no queriendo soltarla. Por más que sea una locura hacer eso con una desconocida.
Abres los ojos que se encuentran con los de ella. Te mira desconcertada y sorprendida, pero también logras ver aquel diminuto atisbo de ternura que no hace más que aumentar tu soledad.
Oye… —comienzas a hablar con voz ronca, por culpa de no haber hablado desde hace rato—. Tú… podrías… —no te salen las palabras y cuando vuelves a hablar, la súplica se hace notoria—: Por favor, quédate conmigo.
Ella no puede hacer más que quedarse en silencio mirándote.
Y sonreír.
ESTÁS LEYENDO
The great Music Contest «Concurso»
Acak¿Estabas esperando una oportunidad como esta para poder demostrar tu talento? ¡Pues aquí está y ya puedes aprovecharla! Puedes mostrar lo bien que escribes, y la gran imaginación que tienes en cortos relatos que serán puntuados y publicados. Te enca...