Se congeló saliendo de su habitación cuando escuchó que la puerta se abría. Las maletas cayeron de sus manos cuando vio a el protagonista de sus memorias entrar al departamento.
Ambas miradas parecían cristales, cristales llenos de tristeza.
"Malditas llaves de Torres", pensó Zemo - ¿Qué demonios haces aquí? - espetó transformando su dolor en rabia.
- Vine a hablar. ¿No es a lo que viniste tú también? - cerró la puerta y se acercó, solo unos metros, a distancia suficiente.
- No James, yo vine a celebrar la boda de mi amigo y a terminar la universidad. Que sigas con Romanoff me dejó muy claro que no hay nada de qué hablar.
- Lo de Natasha se terminó y tú lo sabes. Esto es sobre nosotros, aún hay tiempo.
El teléfono de Zemo se encendió y al abrirlo se reflejó un "Cómo estás? Yo aún no he podido dormir" proveniente de Karla. Helmut volvió su vista al pelinegro - No, no lo hay. Esa noche fue un error.
Dolió, debía aceptarlo. James debía continuar aunque esas palabras le pesaran profundamente - No es cierto. Dijiste que me amabas y eso no puedes deshacerlo.
- ¡Los tiempos cambian, James! Yo he cambiado y mi situación también; yo..., yo ya no estoy disponible.
No se dieron cuenta, pero ambos estaban llorando. Mencionar la noche de septiembre en la que Helmut se había marchado los hacía sufrir...
<< Desde su primer beso las cosas entre ellos, que hasta ahora habían pasado con calma, corrieron.
Zemo sentía que no podía ser más feliz. Ya no solo pasaban las mañanas y tardes juntos, a veces también se quedaban en cualquiera de las casas a pasar la noche.
Sin embargo, fuera de la vista embelesada de Helmut, se podría decir que no todo marchaba tan maravillosamente. Y es que se comportaban un poco extraño. El castaño no sabía si se debía a que era la primera vez que se enamoraba, pero aceptaba cada idea loca que Barnes le planteaba para continuar la "relación": primero le habían pedido a Tony que no contara nada sobre lo que vio en la terraza, lo cual no importó mucho porque a éste estaba tan ebrio que se le olvidó ; luego estaba el hecho de que, precisamente no contaban nada de lo que tenían y dejaban que los demás se hicieran sus ideas sobre esa "tensión" que existía; y, por último, sí, se encontraban y se besaban, se tocaban, e incluso se hicieron una mamada una que otra vez... pero no habían tenido sexo.
Y no es que fuese en lo único que pensara cuando estaba con James, pero, por todos los cielos, sí pensaba en ello de vez en cuando... lo hacía. Una noche, Jo había salido a casa de las Carter para ver una película con Sam y Sharon, a la que se sumaron Steve y Peggy. "Esta es la noche", pensó Helmut, había planificado que se diera después de la cena.
Terminó de lavar los platos y se dirigió a un preocupado Bucky que tenía la vista perdida en su teléfono. Zemo se sentó a su lado y lo bloqueó sin consentimiento del ojiazul (tal vez esa noche su curiosidad lo hubiese salvado si observaba con quién mantenía conversación en un estado tan serio). Antes de que James pudiera reclamar algo la boca de Helmut lo interceptó.
Lo besó intensamente, paseando su lengua por la boca del mayor. Se fue empotrando en sus piernas y luego se sumergió en su cuello. El pelinegro jadeaba y lo sostenía fuertemente de la cadera, comenzó a besar su cuello y se embriagó en el aroma de éste.
En el apartamento sólo se escuchaban los tropezones que daban para llegar a la habitación de Zemo. Bucky se sentía poseído por una fuerza sobrehumana cuando lo cargó y luego lo dejó en la cama. Estaba mal, sabía que estaba mal. Pero no podía detenerse. Supo que la cosa iba en serio cuando las manos del castaño intentaron desabrochar su cinturón. Fue como una bofetada recordar a la pelirroja con que se texteaba hace un momento.
- Espera, Zemo - susurró, deteniendo las manos de su confundido compañero.
- ¿Qué sucede?
- Yo... - se odiaba en ese momento - ..., yo no puedo hacer esto.
Se sentó en el borde de la cama, desilusionado. Zemo lo imitó, con una expresión de preocupación en su rostro.
- ¿Hice algo mal? Podemos intentarlo otro día si prefieres, yo podría... - hablaba rápido y nervioso. Se había quebrado en un instante.
James tomó sus manos sintiéndose una mierda - No, dios, no hiciste nada malo - lo veía casi llorando por lo que iba a contar -... ¿Cómo podrías?, si eres perfecto.
Esas palabras hicieron que el castaño rodara los ojos (fue un reflejo, así reaccionaba a las palabras cursis). Sonrió de lado, tomando la mejilla de Barnes y tratando de bajar la presión del ambiente - ¿Entonces qué sucede?
James bajó la mirada. ¿Tenía que decirlo? ¿Por qué no podía disfrutar por un momento sin que los asuntos de casa regresaran a él? ¡Ah, su moral! Desdichados aquellos que cuentan con una pizca de decencia en este mundo.
Tomó aire y valor antes de dirigirse al chico en frente suyo que aguardaba por una respuesta - Hay alguien más...
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Dos pasos [WinterBaron]
Fiksi PenggemarAU Universitario. Drama juvenil. Romance. Helmut y James viven un año cargado de encrucijadas emocionales , que giran en torno a los problemas familiares de Zemo y a la única pregunta que salvará su futuro: "¿Cuál paso dar ahora?" Los Personajes p...