Dos pasos [WinterBaron]

Se comienza por el Final - Parte II

"¡¿Alguien más?!", Zemo estaba en shock. "¿Cómo que alguien más?", apretaba las manos de Bucky en una indescriptible mueca de sorpresa, miedo e ira. ¿Estaba molesto, ansioso, triste o nervioso? - No soy celoso - comentó la broma más idiota que su cerebro ingenió para evitar ahorcar a Barnes.

- Zemo... - James estaba serio, quería explicarse.

- Hago chistes estúpidos cuando estoy nervioso - dijo, soltando las manos de Barnes y levantándose hacia la cocina - ¿Cómo que alguien más? - soltó, en lo que el pelinegro lo seguía.

- Es complicado.

- ¡Pues hazlo simple! - bufó mientras destapaba una cerveza.

- Su nombre es Natasha, nos conocemos desde antes del accidente, ella siempre ha estado a mi lado...

- ¿Estás diciéndome que has tenido novia durante todo este tiempo?

- Ella no es mi novia.

- ¡¿Entonces qué demonios pasa?!

- Ella técnicamente no es mi novia - tomó aire para explicar rápido antes de que Helmut lo interrumpiera, otra vez -. Nos conocimos cuando nuestros padres trabajan en Minnesota, odié ese lugar hasta que la conocí. Nuestra conexión fue inmediata y nos hicimos amigos, mejores amigos. Nos veíamos durante viajes, o hacíamos que nos inscribieran en los mismos campamentos. En secundaria lo intentamos y nos hicimos novios. Desde allí hemos "estado juntos", pero no he sido el único en su vida. Cuando me contó sobre el tal Bruce con el que salía no lo podía creer, íbamos a terminar pero entonces ocurrió el accidente... - hizo una dolorosa pausa. A todo esto Zemo lo veía inexpresivo, no sabía qué pensar o decir. Sus ilusiones con James se derrumbaban lentamente, y él sólo pensaba en consolarlo por esa terrible historia. - No sabes cuánto me culpo por esto, ni todas las veces que pensé en seguir. Pero es demasiado jodido soltar a alguien que puso todo de sí para protegerte... Ella todavía sigue con Bruce..., y yo sigo con ella.

- Eso ocurrió hace mucho. ¿Por qué no la dejas? - Helmut logró reaccionar, había bajado la guardia.

- Esto no es sencillo para mí. Creo que aún la amo, creo que...

- Largo - Bucky volteó a verlo con la oración a medio terminar.

- Helmut, yo...

- ¡Dije largo! - el cambio de actitud desconcertó a James. Pero no pidió explicaciones, ambos eran muy torpes para darlas. Tomó sus cosas y se fue dejando escapar un "Espero que puedas perdonarme".

El sokoviano estaba destrozado. Le importaba una mierda que Barnes estuviera con alguien siempre y cuando pudiera salir de esa persona. Pero este no era el caso. Helmut sabía lo que sentía por ese chico, y no iba a recibir menos que eso.

Cuando Joaquín llegó no lo soportó más y se echó a llorar. Jo sólo lo consolaba, sin preguntar nada, supuso que había ocurrido algo con su familia, después de todo, sólo faltaban dieciocho días para terminar el semestre y tener que despedirse de su amigo.

El resto de la semana evitó a James, le hizo un cerco extraordinario que el pelinegro no encontraba cómo vencer para tratar de hablar con el castaño.

Estaba tan concentrado en terminar los trámites legales de su maestría, que incluso olvidó por una semana que tenía amigos de los cuales encargarse antes de partir. Cuando llegara a Sokovia sería todo: adiós a su universidad, adiós a su hermoso departamento en Manhattan, adiós a su pequeña familia, adiós a James...

Se espabiló de sorpresa al recordar al de ojos azules, y mayor fue esta sorpresa cuando el susodicho le envió un mensaje en ese instante (ya no sabía cuántos había recibido a esas alturas). No planeaba contestar, no hasta que se dio cuenta de en qué día estaba. Y, lo cierto es que por más que intentara odiar a aquel chico..., lo amaba. Se decidió por responder; Barnes lo invitaba a una cena, pero él decidió que sólo hablarían para terminar con esa situación de una vez por todas.

Zemo observaba a Bucky llegar a su casa a la noche siguiente; reuniéndose después de la despedida que organizaron los amigos del castaño en Coney Island. Todo el día intentando mantener el mejor humor, reservándose la frustración y ansiedad que seguro explotarían a esa hora. Un nervioso James daba rienda suelta a sus sentimientos

Más allá de todas sus expectativas, Bucky supo manejarse y explicar su situación. Zemo prestó atención y ya no se sintió molesto, sólo triste y cansado. Le partía el corazón ver a James tan culpable, tan arrepentido.

- ¿Por qué no me lo dijiste antes?

- Tenía miedo. Y no creí que te importara.

- ¿Cómo no iba a importarme? ¡Estabas saliendo con alguien!

- Sí, pero tengo entendido que normalmente no tienes problemas con ello.

"Touché", mordió su mejilla con molestia - Ajá, admito que mi código moral no siempre es inmaculado - soltó en tono ácido -, pero eso no te daba derecho a ocultarme la verdad.

- Zemo lo lamento. Esto es horrible..., me siento horrible, pero no quiero dejarte ir.

- ¡Ja! ¿Y qué piensas hacer? ¿Que tu querida Nat, su novio, tú y yo vivamos felices, todos juntos, por siempre? - reía, sarcástico.

Barnes no lo pensaba con claridad. No podía hacerlo bajo la presión de que Zemo se iría en la mañana, de que casi era media hora y en cualquier momento desaparecería de su vida - Eso no me interesa ahora. Sólo quiero saber que estarás conmigo.

- No puedo estar con alguien que piensa en otra persona - dijo Helmut serio, levantándose para hacerlo salir de allí. ¿De verdad así se despediría del único chico de que amaba?. Pensó una vez más en que James realmente había cambiado muchas cosas.

- ¿Por qué no, Zemo? - Se acercó a él, tomó su brazo para detenerlo (conocía sus intenciones) - ¿Por qué conmigo sería diferente a otras conquistas? - lo quería escuchar.

Helmut se volteó molesto - ¡Porque tú no eres una "conquista", James! - bufó, encarándolo - ¡A ti te amo! - lo dijo, estaba hecho.

James ya no pudo resistirlo, lo atrajo hacia sí y lo besó con deseo. Zemo estuvo a punto de flaquear por ese atrevimiento, pero se separó - ¡¿Qué demonios estás haciendo?!

- ¡Dijiste que me amas!

- ¡¿Y eso qué tiene que ver?!

- ¡Que mañana te vas a "Narnia" y te perderé sabrá dios por cuánto tiempo!

"¡Maldita sea, hoy es el último día!".

Ahora fue Zemo quien besó a Barnes. "Al demonio", pensó mientras le subía encima del más alto. Siguieron a la habitación del sokoviano, y al entrar la ropa voló. Helmut se negó a su mirada, no se permitiría sentir culpa. Prefirió besar su cuello y su pecho. Dejar que las manos del otro recorrieran su cuerpo, y luego lo voltearan boca arriba. Decidió que sería mejor cerrar los ojos mientras James lo penetraba. Y se conformó con abrazarlo en silencio cuando terminaron. Estaban agitados, pero poco a poco se quedaron dormidos.