Árboles altos y siniestros se erguían como gigantes sobre Merlín. Estaba oscuro y una fría briza hizo que se estremeciera. Giró en círculo, esperando ver a su madre o su nuevo amigo Arturo, pero estaba solo. Con los dedos apretando y aflojando el dobladillo de su túnica, Merlín gritó débilmente: - ¿Mamá? -
-Emrys. - El nombre pasó silbando por sus oídos como un pañuelo de seda que pasa por su cabeza.
Merlín se estremeció y se volvió hacia la voz. - ¿Hola? -
Rayos de luz, pálidos y suaves como la luz de la luna, atravesaban los frondosos árboles que tenían delante, como dedos que lo llamaban. Merlín echó a correr, medio sollozando de alivio. - ¡Mamá! -
En lugar de su madre, un hombre extraño, alto, de rostro severo y vestido con túnicas pálidas de druida. Él sonrió a modo de saludo. La luz provenía de un orbe que se cernía sobre su palma ahuecada. - Hola, Emrys . –
Merlín se detuvo tan rápido que cayó de bruces. No le agradaba esta nueva persona. Algo no estaba bien en él de una manera que hizo que los pelos de su nuca se erizaran. Además, ni siquiera sabía el nombre de Merlín.
- Soy Merlín - Corrigió, tratando de disimular el temblor de miedo en su voz con una mirada.
El hombre lo miró sin mutarse. - Ese es el nombre que te dio tu madre. Pero eres alguien especial, alguien con una magia como ninguna otra. Tienes otro nombre, tu verdadero nombre: Emrys. -
Merlín negó con la cabeza, arrastrándose hacia atrás sin apartar los ojos del hombre aterrador. Su magia se levantó en respuesta al terror que atravesaba sus venas. Se suponía que nadie debía conocer su secreto. Juntó las manos como le había enseñado su madre, con tanta fuerza que le dolían los nudillos. Algo especial que solo mamá y yo sabemos .
- No tengas miedo, Emrys - Dijo el hombre con voz amable. Se acercó y se hundió en cuclillas frente a Merlín. Sopesó el orbe una vez. - Como puedes ver, yo también tengo magia. Pero el tuyo es realmente un regalo raro, pequeño. Algo para exhibir con orgullo, no para ocultarse con vergüenza. -
- Prohibido - Insistió Merlín. - Mamá dice que es un secreto porque la gente con magia muere si la gente sin magia lo sabe -
- ¿No estás cansado de esconderte? -
Merlín se mordió el labio, sintiéndose un poco culpable mientras asentía.
El hombre endurece su otra mano. - Ven conmigo, Emrys. Puedo enseñarte todo sobre la magia. Y un día serás el brujo más poderoso que el mundo haya visto. Puedes hacerlo seguro para personas como nosotros. -
La idea de aprender sobre magia, sin más miedo, hacia palidecer el temor de Merlín y reemplazarlo por curiosidad. - ¿En serio? -
El hombre acercó la mano y asintió. - ¿No te gustaría eso? ¿Poder usar la magia abiertamente? -
Merlín asintió con la cabeza, los ojos muy abiertos. No podía imaginarse un mundo sin su Secreto. Sería como un mundo sin mamá, sin lluvia, ni flores silvestres. - ¿Cómo? -
- Ven conmigo. Cuando estés completamente listo, Emrys, podrás luchar contra el rey de Camelot y poner fin a su matanza de los de nuestra especie. -
La idea de luchar contra un rey, incluso uno malo, no sonaba agradable. - ¿Tengo que hacerlo? No quiero pelear. Solo quiero usar mi magia. -
- ¿Quieres ser libre, no? - Presionó el hombre, algo de la suavidad desapareciendo de su voz. - Para liberarnos, debemos destruir a los Pendragón y restaurar la magia que la familia con tanto esfuerzo ha suprimido sobre la tierra. -

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Nueva Perspectiva
Fanfiction- Por favor, no luches Emrys. Proto todo terminará - ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- - Eso fue fácil, demasiado fácil - Arturo miró a su oponente con...