"Eres mi cielo y mi infierno" 🧛❤🧛♂️

Capítulo 30 "Castigo"

Nota: lleven agüita fría 😎🔥🔞

Con las luces bajas, el ambiente se fue relajando, de fondo se podía sentir la respiración agitada de Win, la lamida en la oreja había hecho que su entrepierna reaccionara, una mezcla entre excitación e ira lo invadía, quería sentir su piel junto a la de Vachirawit, por dios que quería, pero aún tenía rabia contenida por lo de First, no, no iba a ceder tan fácil, su jefe debía aprender una lección.

El Conde lo fue acorralando contra las ventanas de la habitación donde supuestamente tenían espectadores, eso hizo que las mejillas de Win ardieran, de solo pensar que lo verían, así expuesto, desnudo y excitado lo encendió más. Lo que no sabía era que el Conde jamás dejaría que nadie posara sus libidinosos ojos sobre su amado, eso jamás, antes, él lo secaría y despedazaría.

Vachirawit posó ambos brazos a los lados de la cabeza de Win recargando su cuerpo contra el de su amado, juntó sus frentes e inhaló ese aroma que tanto amaba, sentir su cuerpo y cómo vibraba hizo endurecer su hombría. Inhaló profundo antes de meter su rostro en el cuello de Win, su lengua lamió suave, disfrutando al máximo de aquel placer que sólo él podía darle, ese que por más de 4 siglos ha buscado. Trató de contenerse antes de hundirse por completo en el cuerpo de su amado, intentó regular su respiración y calmar su ira. Verlo en el escenario y su imagen bailando vino a su mente, abrió sus ojos y el color rojo apareció.

Vachirawit: ¿Por qué insistes en exponerte frente a todos? ¿Te gusta que te castigue?

Win: Lo hago porque quiero y puedo. Tú no eres nada mío para impedirlo y no, tus castigos me tienen sin cuidado. Ve a castigar a First mejor o a otro amante que de seguro debes tener por ahí – dijo sacando toda la ira y el cinismo que lo caracterizaba cada vez que hablaba con el Conde.

Vachirawit: Eres mío, ya te lo dije ¡Maldita sea! ¿De qué amantes me hablas?

Win: De esos que te andan persiguiendo... debes saber que... - un beso lo calló.

Fue violento y desesperado, hambriento e intenso, el Conde llevó todo el peso de su cuerpo sobre Win, tomó su rostro con sus manos para hacer más profundo ese beso, Win casi no respiraba, pero respondió de la misma manera, ansioso, lleno de ira y frustración, ambos se deseaban más que a nada, más que a nadie, pero había demasiados temas no hablados. Al separarse el Conde sintió su corazón latir fuertemente, sus ojos rojos miraban fijo los ojos de Win, el deseo se apoderó de ambos, casi hipnotizado Win gimió en los labios del Conde, sus mejillas ardieron y su cuerpo tembló.

Vachirawit: Ya que te gusta tanto bailar, ve ahí y baila para mí, recuerda que tenemos público cielo – dijo sonriendo de soslayo.

Win se mordió el labio, pensó que era una buena oportunidad para desquitarse del Conde, fue hasta la barra de fierro y comenzó a bailar, su trasero redondo, apretado se pegaba a ese fierro mostrando la pequeña zunga negra, su cuerpo aún cubierto de aceite hacía resaltar su hermosa musculatura, el Conde se sentó a observarlo en la silla del amor, su miembro completamente erguido presionaba por ser liberado de ese pantalón, se contuvo y disfrutó de ese show, que ahora era exclusivo para él.

La respiración de Win se hizo agitada, lamió aquel fierro de manera descarada como si de un falo se tratara, Vachirawit tragó duro, cruzó sus piernas y apretó sus puños, la contención estaba a punto de salirse de control, Win se tocaba de forma indecente provocando al Conde, cuando ya ambos no soportaron sus erecciones, Vachirawit se levantó, caminó hasta él y lo tomó de la cintura, en brazos lo llevó hasta la silla del amor donde él estaba hasta hace un momento, tomó las esposas y ató sus manos tras la espalda, de esa forma Win no podía hacerle nada. Lo tendió sobre la silla cabeza hacia abajo, le separó las piernas y bajó la zunga negra, acarició esas nalgas y dejó caer un golpe sobre una de ellas. Win arqueó la espalda y gritó, los dedos marcados en su piel quemaban.