Capítulo 4 "La sospecha y oscuridad"

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🚫NOTA: contiene escenas de violencia, sangre, muerte y sexo.

Al llegar la noche y, tras días de no alimentarse Vachirawit salió a cazar, una densa niebla cubrió prácticamente Londres, curioso, si bien era normal esa densa neblina, en esta ocasión algo se sentía en el ambiente, algo que daba escalofríos; varios cuerpos se encontraron a orillas del Támesis en las cercanías de Woolwich, la policía investigaba el origen de aquella bestial matanza, medios desprovistos de sus ropajes, una quincena de cuerpos esparcidos, al parecer todos ellos campesinos y prostitutas. Lo único que la policía pudo hallar en esos cuerpos fueron dos marcas en sus cuellos, no había otra señal de agresión y lo más espeluznante, no había sangre en el lugar; todo indicaba que sería un enigma para la policía.

Saint: Veo que te alimentaste bien, supongo que fuiste cuidadoso o nos tendremos que marchar nuevamente- dijo bebiendo su Scotch.

Vachirawit: Sí, luego te daré de cenar, puedes ir a prepararte si quieres, te noto pálido querido- dijo tomándolo del mentón y con mirada de desprecio. Nada era igual desde su llegada a Londres, las visitas a los aposentos y aquél cuarto se habían distanciado, Saint extrañaba aquellas noches ardientes en los brazos del Conde, aún sabiendo el acuerdo tácito que existía entre ambos, lo cual, de sólo pensarlo, apretaba su corazón carente de sentimientos.

Saint obedeció, pensó para sí mismo que tenerlo poco era mejor que no tenerlo nunca, dejó su copa en la mesita del salón y se dirigió a la habitación del deseo, vistió su camisola y ató sus manos a la cama, una corriente se sintió en su espalda al sentir los pasos del Conde, ellos eran los únicos que utilizaban esa habitación, la del Conde, nadie tenía permitida la entrada. Saint yacía de rodillas mirando la cama, atado de una mano, el Conde ató las dos y las aseguró, sacó el látigo y empezó a recorrer aquel cuerpo, primero lento como acariciando, pasó su lengua por el cuello de su amante y lo mordisqueó, éste al sentirlo después de varios días gimió de placer, amaba ser sometido por su amo, este juego sexual en el que habían entrado era algo tan personal, nadie más lo hacía con su Amo.

Rasgó la espalda de esa camisola, un latigazo fue dado, marcando esa zona, el sumiso arquea la espalda sintiendo el cuero herir sus muñecas.

Vachirawit: Veo que lo disfrutas- dijo en el oído de su amante.

Saint: Si, amo- dijo en un gemido de placer.

Sus caderas fueron levantadas, exponiendo su entrada, la que cada vez impresionaba menos al Conde, tomó aire para luego comenzar a rasgar por completo el resto de la ropa, se quitó la suya y le besó la espalda, las piernas de Saint tiritaban ansioso por la pronta irrupción de su Amo, lo necesitaba, lo anhelaba y eso lo excitaba aún más.

Saint: Ahora Amo- dijo ofreciendo su cuerpo que comenzaba a sangrar más- por favor.

De una estacada en seco el Conde profanó su cuerpo, primero lento y luego duro, Saint se aferraba como podía a la cama con sus manos atadas.

Saint: Más Amo, por favor, más...

El Conde haciendo caso de las súplicas de su amante fue azotando y penetrando más duro, su piel ensangrentada lo hacía excitar más, lamía y succionaba, un frenesí lo llenaba de éxtasis, el orgasmo de ambos se acercaba, desató sus muñecas y lo tiró en la cama, mirándose a los ojos ambos seguían dándose placer, el Conde rugía y Saint llenaba el cuarto de placer, sudor y sangre, ambos entraban en trance cuando se alimentaban mutuamente, nadie debía acercarse, todos en la mansión lo sabía.

Tomando una muñeca suya el Conde la lleva a los labios de su amante, lo alimentaba y eso los llevó al nirvana, el orgasmo llegaba para ambos, Saint trató de acariciarlo y su amo simplemente se retiró, salió de la habitación, ya lo había alimentado. Sólo en el vacío mismo de aquel cuarto del deseo por primera vez en años, Saint sintió que volvía a morir, pero esta vez, por amor.

"Eres mi cielo y mi infierno" 🧛❤🧛♂️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora