Michael Jackson Xxx; Un momento a solas con Él (Libro #2)

🔥 Deja de castigarme (2/2) 🔥

*Narra Michael (Era Dangerous)*

Hace unos días había echo sentir celos a mi esposa a propósito, pero nunca pensé que era cierto cuando dijo: «Me las pagarás, Jackson»

Ella es una de las pocas personas que me conocen mucho, demasiado diría yo. Les cuento, ¿Cuál es mí punto débil? La hora de mis mimos, ¿A qué mimos me refiero? Bueno, al punto; a la hora de mí placer sexual. Mí esposa lo sabe bien. En esta semana es la segunda vez que no me deja llegar a mi orgasmo cuando tenemos relaciones (y no me permite tocarme), esta semana ha sido muy piadosa, la anterior semana me hacía tener mi erección y me dejaba esposado a la cama, eso si dolió mucho. Hoy sería diferente.

Me dirigi a nuestra habitación, entre y cerré la puerta con seguro, ella yacía en la cama leyendo un libro, la mire por unos segundos y luego empecé a quitar mi ropa, ella bajo el libro de su vista para centrarse en mí. Yo seguí mí camino hasta que me saque la última prenda que quedaba en mí cuerpo, ella se mordió sensualmente su labio. Me subí a la cama y camine en cuatro patas como un felino hacía ella. Me posicione frente suyo y tome el libro para arrojarlo con poca fuerza a la mesita de luz.

—¿Que haces, Jackson? —su vista no se quitaba de mis ojos y de mi cuerpo—

—Quiero mimos, y está vez de verdad —abri sus piernas, un poco brusco quizás, colocándome en medio de estas—

Empecé a rozar mi pene con su intimidad cubierta por la tela del short que tenía, bese su cuello procurando que su temperatura subiera. Baje suavemente su short acariciando con la yema de mis dedos sus piernas suaves, una vez que solo quedo a mi vista su tanga, chupe mis dedos y los pasé por su feminidad haciendo que ella suelte un suspiro placentero

—Oh~Mike

No me permitiria pensar que ese gemido era un aleteo de bandera blanca ni mucho menos, mi nena es muy tramposa. En un abrir y cerrar de ojos mi pene se encontraba dentro de sus paredes, en su centro. Acaricié suavemente sus piernas y seguí subiendo hasta que mis manos se posaron en sus redondos senos, apreté sus apetitosas niñas, bueno... Mis niñas

Levanté suavemente su blusa dejándome ver sus pechos, con su punta rosada, mí boca fue a parar a su pezón derecho y lo chupe mientras me movía firme dentro de ella

—Aah~M~Mike —una de las cosas que me encantaba escuchar era escucharla gemir mi nombre—

Sostenía sus manos, no me dejaría a la mitad de mi orgasmo nuevamente. Pero, ¿Recuerdan que les dije que mi nena es muy tramposa? Bueno, en un movimiento ágil y rápido de dejo debajo de ella, se acercó a mí cuello para dejar chupetones y sus caderas subían y bajaban, mis manos fueron a parar a sus glúteos

—Mmh~E-Esta vez t-te d-dejare correrte aah~p-pero con una c-condicion

—A-Aceptaria cualquier c-condicion con tal de s-sentir esa deliciosa s-sensacion de llenarte d-de leche

Ella sonrió pervertida por lo que dije—: Quiero que d-dejes mí trasero c-con marcas

Me sorprendí por su pedido pero no era tiempo de pensar las cosas—: C-Con gusto —la coloque debajo mío está vez poniéndola en cuatro—

Entre de golpe por detrás, sabía que amaba que hiciera eso y yo amaba hacerla gritar. Me moví dentro de ella y le solté nalgadas fuertes, a mi nena le encantaba que azotara su lindo duraznito, nunca olvidaré la vez que azote su trasero con una fusta, mi nena quizás sea un poco masoquista. Apreté sus caderas al sentir que sus paredes apretaban mi pene y este empezaba a vibrar, le di las últimas nalgadas mirando su trasero, este estaba todo rojo, mordí mi labio y moví en círculos sus caderas

—¡Aaaaah!~ —ese gemido no era otra cosa que su orgasmo derramándose—

—Mmh~Nena —mi pene se puso como loco y chorros con mucho semen empezaron a saltar a su trasero—

Gemi fuerte y saque mí pene de su ano para dejar que lo que restaba de mi orgasmo se derramará en su espalda y glúteos. Salió mucha cantidad, calculo que era todo lo que estaba acumulado desde hace días, ambos caímos rendidos en la cama

—Oh cariño, eres maravillosa —la mire y acaricié su mejilla suavemente—

—¿Y tu te crees que tú no? —me dio un corto beso—

—Perdon por haberte puesto celosa a propósito

—Esta bien, pero prometo no ser tan piadosa la próxima —me miro levantando una ceja—

—Te amo

—Y yo te amo más

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