Como varios lo pidieron, he aquí la parte dos del libro de imaginas. Activen la imaginación y dejenla volar. Dejen que Michael se encargue de todo
~Mmh~ah~si así
~Hazlo como a mí me gusta
~Se mi chica mala por hoy, lindura
~Esta noche te daré ta...
Me hizo quedar mal. Tuve celos, claro que sí, si un poco más y tenían relaciones frente mío. No se iba a quedar sin recibir un castigo.
—¡Amor, ya llegué! —la puerta fue cerrada—.
—Hola, Mike —camine a él sensualmente y lo bese—.
—Mmh~¿Quieres jugar, mí amor? —me cargo en sus grandes manos—.
—Meow~
—Oh, mí gatita.
Empezo a caminar a la habitación y yo le empecé a besar el cuello. Ya adentro de la habitación me tiró a la cama y se subió arriba mío, pero en un movimiento ágil lo puse debajo mío. Lo bese mientras abría el cajón de la mesita de luz para buscar las esposas.
—Sabes bien lo que me gusta, gatita —mordio su labio viendo las esposas—.
Sabía que amaba que lo atara a la cama y lo dominará, pero... Pff... Hoy no sería asi.
Lo espose a la cama y me senté a la altura de su entrepierna. Me movi atrás y adelante en ese bulto hasta que se hizo duro. Quite su ropa.
—Liberame de este calor, cariño —mordio sus labios—.
No contuve la risa y reí, eso hizo que me mirara confundido. Quite mis prendas y quite su boxer para ver su miembro erecto.
—Umm~
—Chupalo, cariño. Haz tu magia.
En vez de seguir su orden, abrí mis piernas frente él y empecé a pasar mí mano por mi intimidad soltando pequeños jadeos.
—Oh~nena —su mirada estaba fija en mi—.
Mis dedos fueron humedecidos con mis fluidos, metí dos de mis dedos en mi centro y empecé a gemir.
—Cariño no me hagas esto —su pene palpitaba—.
—Aah~ —seguia tocándome, ignorandolo—.
—D-Duele.
Yo seguía gimiendo mientras me daba placer.
—¡M-Mi amor, p-por favor! —cerraba sus ojos con fuerzas y sus puños también— ¡D-Duele mucho!
Llegué a mí orgasmo y se derramo en sus muslos y cadera, solté un último gemido y lo mire.
—A-Amor —trataba de safarse de las esposas—.
—Eso te enseñará a que no debes jugar con fuego porque te quemarás
Baje de la cama y tome mi ropa para salir de la habitación escuchando sus suplicas. Eso lo repetí una vez más en la semana.
(...)
Está semana no quería hacer lo mismo, así que subí un nivel; espere a que llegara y como las veces anteriores lo seduje. Lo lleve a la habitación y lo empuje a la cama, él me miraba sonriente, esperando ver cuál sería mi próximo movimiento. Baje a su pantalón dejando besos en su cuerpo, quite sus prendas inferiores y tome su pene en manos, pase mi lengua desde la base a la punta y él solto un suspiro. Luego ya se encontraba en mi boca.
—Aaah~esto se siente tan bien.
—(Disfrútalo porque no llegarás a otra cosa) —pense—.
Seguí chupando su amiguito y pronto mí boca sintió un sabor extraño, sabía que es lo que era.
—Nena estoy c-cerca, ¡Aah!~
Lo saqué de mi boca y lo empecé a masturbar, justo cuando iba a eyacular detuve el ritmo de mí mano y la quite de la zona.
—Mmm~ —hizo un gesto de dolor—
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Sonreí ante su gesto y tome sus manos para que no se toque.
—¡P-Por favor, p-por favor!
—¿Por favor que, Mike? —sonrei maquiavélica—.
—T-Tocame y hazme llegar al o-orgasmo.
Era tan sexy y a la vez tierno verlo así y oírlo suplicar.
Mordí mi labio—: Oh no. Claro que no, travieso.
Una vez más lo hice en la semana, y me encanta escuchar sus: "Deja de castigarme".
