*Narra Michael*
Mi nena es obsesiva compulsiva por la limpieza y el orden, por ende, ahora que andaba cochino por la casa, digamos que me amaba pero de lejitos. Yo quería hacerla mía como muchas veces lo había echo, pero ella se negaba.
Siempre que lo habíamos echo luego nos bañabamos, ella me hacia lavar los dientes y se los lavaba ella igual, luego cambiabamos las sábanas, pero no me puedo quejar por eso, las noches con ella siempre son las mejores y las más deliciosas
—Am...
—NO
—Pero quiero hacerte mía —hice un pucherito–
—Bañate y podrás tocarme
—Pero... Así estoy más cómodo
—No hay trato
Se fue y yo me quedé haciendo berrinche
*–Tiempo Luego–*
Oía el ruido de la ducha. Mi esposa se estaba bañando para ir a dormir. Sonreí; si la montaña no va a Mahoma, pues Mahoma iría a la montaña.
Me desvesti y camine al baño, con mis pies descalzos para no hacer ruido, y abrí la puerta. El sonido de la ducha se intensificó en mis oídos, ella estaba de espaldas; una presa fácil.
Sonreí y camine a ella. Vi su cuerpo desnudo y toda su su fina espalda terminando con sus rendonditas caderas y sus piernas bajando en forma de triángulo invertido. Me aproxime más a ella y puse mis manos sobre sus muslos comenzando a oler el dulce perfume que desprendía su piel
—M-Michael —dijo en tono de sorpresa pero a la vez en un suspiro—
—¿Esto cuenta como que me bañé?
Antes de que pudiera decir algo ataque su punto débil para hacerla caer; su cuello. Se apoyo, con ayuda de sus manos, en la pared. Mis labios se rozaban contra su suave piel, está se estremecía.
—Solo tu y yo, y bueno... El choque de nuestros cuerpos...
Me presione con ella haciendo que sus caderas choquen con la pared haciendo un pequeño sonido.
—... Y también tú respiración agitada...
Suspire contra su cuello y mordí levemente el lóbulo de su oreja haciendo que se encienda algo en ella, ese fuego se esparcía en sus venas y hacia que su respiracion se alterará, al igual que sus hormonas.
—... Y que no se me olvide nuestros gemidos...
Subí mis manos por su abdomen y apreté sus senos juntando mi, casi erecto, pene. Su desesperación.
—L-Limpialo y follame
Sonreí y comencé a bañarme pasando la esponja con jabón por mi anatomía, luego lo enjuague y la acorrale bruscamente a la pared.
—No sentirás las piernas de lo desesperado que estoy
La coloque nuevamente de espaldas y abrí sus glúteos con mis manos para entrar en ella, gemimos alto ambos, ambos lo necesitábamos.
Comencé a moverme tomando sus manos que se encontraban apoyadas con la pared y entrelazando nuestros dedos. Ella era mía.
Era un nectar y una adicción oírla gemir mi nombre. Una y otra vez repitiendo mi nombre en un suspiro o en un jadeo, repitiendome quien era su dueño; Michael Jackson.
Gruñía en su oído y su piel se tensaba, todo su cuerpo se estremecía a mi voz. Todo su cuerpo seguía mis movimientos. Éramos arte.
—Aahh~¡M-Mike me c-correre!
Me acerque a su cuello y gemi contra este unas palabras;
—Correte para mí, dulzura~
Ella soltó un jadeo acompañado de un gemido fuerte y se corrió. El agua se llevó su orgasmo y se hicieron uno, salí de ella y la di vuelta
—No te salvarás de que te deje marca
Tome su pierna y la puse al lado de mi cadera, acomode mi pene y este se deslizo como si fuera hecho para eso. Mordí mis labios y comencé a penetrarla, quería correrme, lo deseaba y lo pedia.
Baje mi cabeza a su seno derecho y metí la punta a mi boca. Comencé a chuparlo como si de un bebé me tratase. Me separé lentamente de su pezón sacándolo de mi boca pero dejando mi rostro tan cerca que la punta endurecida de este se rozaba con mis labios. Yo jadeaba por el movimiento de mis caderas y el sentir su humedad y ella subía y bajaba su pecho respirando entrecortadamente, completamente extasiada
—Te haré un hijo —susurre contra su cuello y dejé una marca antes de correrme y que todo mi esperma se deslizara por su interior— Aaahh~
Ella me tomo de la nuca y me beso con pasión, mi beso de recompensa. Se separó y un hilo de saliva quedó en medio, sonreímos ambos
—Me deseabas —dijimos al unisono y reímos—
Nos bañamos y yo todo el tiempo estuve retuviendo mis ganas de hacerla mía de nuevo, no quería bañarme otra vez
—Por lo menos no tuvimos que cambiar las sábanas
Ella soltó una bella risa
—La mujer que tú me diste
Yo reí está vez, era una frase que usábamos mucho
—Te amo
Ella se dió la vuelta y puso sus manos en mi pecho mirandome sonriendo
—Y yo a ti, mi pequeño cochino
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Michael Jackson Xxx; Un momento a solas con Él (Libro #2)
RomanceComo varios lo pidieron, he aquí la parte dos del libro de imaginas. Activen la imaginación y dejenla volar. Dejen que Michael se encargue de todo ~Mmh~ah~si así ~Hazlo como a mí me gusta ~Se mi chica mala por hoy, lindura ~Esta noche te daré ta...