Capítulo 7

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Ya estábamos caminando un día entero hacia el oeste y hasta ahora no habíamos encontrado nada. Cuando apareció neblina y más y más y más. Así que nos amarramos todos el uno al otro para que no nos perdamos. "¿Cuanto falta, falta, falta?", preguntó Ñoño sorprendido por el eco. "¿Cómo quieres que lo sepa, sepa, sepa?", preguntó Black. "Porque el unicornio se los dijo, dijo, dijo". "Callanse, llanse, llanse", les grité. Los dos me hicieron caso y seguimos hasta que mis patas se mojaron y grité de terror. "Aj,aj,aj". "¿Que pasó, pasó, pasó?", me preguntó Black sorprendido. "Agua, agua, agua". "¿Que tiene, tiene, tiene?", se metió la otra pantera. "Es un tigre. Tonto, tonto, tonto", respondió Black por mi. "No soy tonto, tonto, tonto", dijo Ñoño molesto. "Por Dios callenseeee, seeee, seeee", dije ya harta de sus peleas cuando de repente escuchamos voces agudas: "¿que necesitan?", "¿que quieren?". Unos cuerpos pegajosos y mojados nos acariciaban todo el cuerpo. "Necesitamos saber cómo curar esas manchas que tenemos". "¿Tenemos? Pero solo uno tiene manchas coloridas", Sonó la voz otra vez y empezó a reírse muy agudo. "No, no, las manchas negras y blancas", dijo Black. "No veo manchas negras ni blancas". "¿Qué?", dije muy sorprendida. Miré a Black pero no podía ver nada por la neblina. "Es enserio", dijo la voz de de nuevo. "¿Pero cómo han desaparecido?", preguntó Black muy sobresaltado. "Amor y paz curan todo. Su enfermedad ya se curó, pues Black y Taigara son los futuros guías de sus clanes y se aman lo cual generó paz. En otra generación, el abuelo de Black, el guía de las panteras se enamoró de la abuela de Taigara. La abuela no quería saber nada de Buraí y era la esposa de Fujor. Por eso la pantera intentó conquistarla pero ella nunca quería nada de él. Así que se molestó tanto que la mató. Por eso Fujor le juró al asesino de su mujer, que en otras vidas iba a pagárselo. Pero eso no nos gustó así que les pusimos esa enfermedad para que se unan como al comienzo de su historia estaba pensado. El amor lo cura todo". La mandíbula de cada uno de nosotros tocaba el piso húmedo. "Ewow", dijo Black al cerrar su boca otra vez. "Y tú querido- la ninfa señaló a Ñoño- solo puedes ser curado si te quedas tres años aquí con nosotras", dijo riéndose. Black tuvo que sonreír al ver la cara de asusto de nuestro acompañante. "Está bien", dijo más tarde. "Roaaarrr (chau)", dijo cuando Black y yo nos marchamos de ahí.

Tigres contra panterasWo Geschichten leben. Entdecke jetzt