Seokjin y Taehyung vivirán atrapados en una mentira por cuenta de la ambición e intereses de sus padres y familiares, pues cuando Seokjin conoce a Taehyung cree que es una hermosa chica y se enamora de él a primera vista. Taehyung no puede evitar ne...
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— Hola, mamá — expreso Seokjin impotente a través del vidrio que lo separaba de su madre — ¿Cómo estás?
— Bien. Sabiendo que estas bien. — sonrió con su rostro compungido.
— No tenías que...
— No es tu culpa Jin. Además, haría lo que fuera por tu bienestar. Siento mucho que tenga que ser así. Causarte este dolor sabiendo que soy una asesina...yo...
— De ninguna manera — frunció el ceño. — no pienso eso de ti mamá. Puedo entenderte. Muchas veces quise hacerlo.
— Gracias al cielo que nunca lo hiciste.
— Lo hice en mi mente infinidad de veces. Puedo comprenderlo.
— Prométeme que nunca más atentaras contra tu vida.
Seokjin se puso pálido preguntándose como pudo enterarse su madre.
— Promételo Jin. No sabes el horror que sentí de solo pensar si hubieras saltado de ese puente. Y todo por ese horrible hombre que nos arrebato a nuestros dos ángeles. — dijo con sus lágrimas derramándose por sus mejillas.
— ¿Cómo...— enmudeció sin saber que decir — lo siento.
— Promételo hijo — exclamo llorando — por favor.
— No lo hare. Tranquila. No llores mamá.
— Se que Taehyung y Yeounnie eran tu vida, pero...
— Ellos viven mamá.
— ¿Qué? — pregunto con espanto.
— Si, mamá. — sonrió con lágrimas en los ojos. — Namjoon cumplió su promesa de protegerlos. Están en otro país y estamos evaluando la posibilidad de que viajen de vuelta.
— ¿de que estas hablando Jin?
— Taehyung y mi hijo están a salvo.
— ¿lo dices en serio? — sonrió asombrada y emocionada secando sus lágrimas.
— Si mamá. Namjoon los saco a tiempo del país.
— Pero, él dijo...
— Ya no importa mamá. Los he visto. Hable con Taehyung hace poco y luego me entere que estabas aquí. Por eso vine.
— Oh hijo, no sabes cuanta alegría siento. — dijo comenzando a llorar.
— Te sacare de aquí mamá.
— No tienes que prometerme nada Jin. Se lo que hice y...
— Lo hare. Tenemos el mejor abogado. No te dejare aquí.
— Gracias, hijo. No sabes cuanto alivio has traído al verme y darme esas maravillosas noticias.
