Epílogo:

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Lo intentaron y lo consiguieron. Ahora Ana era parte de él como Sebastián de ella. Ambos tenían lo que realmente querían. Una familia.

Los pequeños se encontraban sentados en los taburetes, frente a la barra de la cocina, cada uno con un plato lleno de cereales de colores. Sebastián se encontraba realmente feliz a lado de aquella pequeña mujer. Habían pasado 6 meses desde su boda y aún no se acostumbraba a ver como Ana se paseaba por la cocina con gracia y delicadeza, mientras cantaba alguna canción que pasaban por la radio. Sonreía cada que la veía y eso era más de lo que algún día soñó. Con paso lento, Sebastián se dirigió hacia Ana que estaba preparando el desayuno, la abrazo por la espalda y le dió un pequeño beso en el cuello. Ana suspiro y sonrió.

-Buenos días, amor.

-Buenos días, cariño. ¿Dormiste bien?

-Más que bien, siempre es un placer despertar en tu cama, Ana.

La mujer sonrió. Aquel encuentro fue tan íntimo. Simplemente era impresionante, por fin encontró su lugar. Era maravilloso el sentimiento de gozo y felicidad que le brindaba Sebastián.

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Por la tarde irían de visita al zoológico. A Sebastián se le pasaron por la mente tantas escenas por la cabeza. Conocía a sus pequeños y sabía perfectamente que a cada lugar al que iban, hacían un gran desastre, sin embargo, amaba con locura a sus hijos; aunque no podía decir lo mismo de sus travesuras. Ana, por su parte, en ningún momento creyó que aquello podría ser posible. Era una fantasía dentro de su cabeza. Sencillamente todo era como un sueño. Él, Sebastián, amoroso y dulce; se dirigía hacia ella como si fuese la criatura más hermosa en este mundo. Amaba todo de él, de su enorme corazón y la fantástica manera en la que la trataba. Y sus hijos, eran la adoración de ella.

Al llegar al zoológico, todo iba de maravilla, los niños se entretenían viendo a los chimpancés, jirafas... Eso hasta que, Patrick, inició una guerra de cacahuates con Mateo. El pequeño Jonathan necesitaba un cambió de pañales y lloraba. Sebastián se puso nervioso, y como la primera vez, no sabía que hacer. Se jalo el cabello y por poco grita de la desesperación. Ana solo reía en la lejanía pero llegó al rescate. Todo esto sería en cada salida, lo sabía y no se arrepentía de formar parte de aquella familia. Sin importar qué, adoraba a aquel hombre y a sus pequeños. Y más aún, sabiendo que llegaría un miembro más a la familia. Porque aquel fin de semana sería el comienzo de más aventuras que serían contadas una y otra vez por los pequeños, que hacían de sus vidas más emocionantes.

FIN...

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Disculpen la tardanza. Sé que tal vez no es lo que esperaban, pero trate de hacer mi mayor esfuerzo, quizás en el futuro, la arreglé. Muchas gracias por todo su apoyo. 🥺🥺🥺💕💕

Les recomiendo mis otras historias, están disponibles en mi perfil completamente gratis para que puedas leer y disfrutar de ellas, agradecería mucho que lo hicieran, votaran y comentaran. Próximamente subiré una novela más (aún no esta en el perfil, creo que un par de meses ya estará disponible, igual si me siguen les llegaran las notificaciones de las actualizaciones), espero que la lean, sera del genero romántico para las empedernidas como yo. Sin más que decir me despido, gracias pos su atención. 


Papá Soltero ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora