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Una de las consecuencias de que sus medicinas estaban siendo tomadas una vez cada semana, era que comenzaba a acumular muchas prescripciones. Incluso podía venderlas, podía ganar dinero fácil. ¿Ser conocido como el dealer de la escuela? No gracias.
Esa tarde la había pasado mal, días de exámenes y el primero fue un ¿¡cuatro!? Había estudiado por mucho tiempo, incluso un día tuvieron que quitarle las propinas de la cafetería por servir mal las órdenes. Su propio pretexto era porque no había dormido bien. Y posiblemente estaba en lo correcto. Había intentado tomar las de ese día pero nada lo calmaba.

Estar por cerrar la cafetería, tenía la idea de hacerlo. Ya no lo soportaba. Aunque en realidad ya no quería ni siquiera esperar. ¿Y si tomaba las medicinas? Gran idea, eran la 1:30 de la mañana, faltaba 30 minutos para el cierre, pero no podía. Su llanto amenazaba con salir, y sentía una gran presión en su pecho. Quizás cerraba el local y luego lo haría.
Así que ahí, estando en la mitad de la cafetería lo haría, tomaría esas píldoras y quizás terminaría todo. Estaba listo, lo iba a hacer, ahora, en ese momento. Sus lágrimas salían con apuro, aún cuando cerraba sus ojos y los apretaba, las lágrimas salían.

Unos golpes en la ventana lo hicieron voltear, parecía apurado, así que seguía tocando y apuntando hacia la puerta para que fuera abierta.
¿Y si estaba en peligro? Bueno quizás la paz podía esperar unos minutos.
Dejo las cosas en el mostrador, limpio algunas lágrimas, inhaló y exhaló, y se acercó a abrir la puerta. El chico entró con apuro y le sonrió. Su respiración era algo anormal así que respiro un par de veces.

—S-sigue abierto, ¿cierto? — Hyungwon asintió. — ¿Estás solo ahora?

—Uhm... — La pregunta le puso sus nervios de punta. Era extraño que estaba apunto de tomar unas pastillas, pero sentir peligro lo hacía estar nervioso.

—No te asustes, no pienso hacerte nada, quería un chocolate caliente. — El chico soltó una risita y carraspeó. — Quizás parezco amenazante pero no lo soy, no te preocupes hombre. Sólo es extraño que esté abierto a esta hora y pues iba pasando por aquí y... — su expresión se relajó pero para cambiar a una con algo de preocupación, tragando hondo. — Vi a alguien intentar algo... ¿contra su vida? — La vista del hombre fue a dar al mostrador, y rápidamente Hyungwon se puso frente a él.

—Creo que estamos por cerrar.

—No lo hagas.

—¿Qué? — No sabía que decir pero con su mano apuntó al lugar que tenía las medicinas. — No creo que te interese mucho.

—Me interesa, no lo hagas. ¿Cómo te llamas?

—Estoy por cerrar, así que si no necesitas nada, me gustaría...

—Claro, te dije que un chocolate caliente, esta frío afuera, ¿no tienes frío? Aunque bueno, a veces sentir frío está bien, ¿no? Es lo bueno de estar vivo...

—¿Qué quieres lograr con eso?

—Una conversación mientras tomamos un chocolate. — El chico estiró su mano esperando ser estrechada. — Wonho, un gusto. — Ya que el más alto no tenía ni intenciones de saludar, supuso que en algún lugar tenía que estar su nombre, así que bajo su mano y camino un poco por la cafetería, Justo al mostrador. — ¿No te da miedo de noche? — Revisó la barra y así es, había una etiqueta que decía "Hyungwon" cerca del bote que suponía era de las medicinas. Este lo tomó, lo abrió y las metió ahí.

—Oye...

—¿Hyungwon, entonces? Es un lindo nombre. — Wonho se sentó en los asientos de la barra y se recargó en esta. — ¿Necesitas ayuda para el chocolate?

Hyungwon negó y camino lentamente hacia la cocina, la cual estaba a la vista, sólo que detrás de la barra.
Luego de un rato, sirvió frente a Wonho una pequeña taza con un líquido caliente en el. El chico lo miró y sonrió.

—Haz el tuyo.

—¿Perdón?

—Si, te dije que charlaríamos mientras tomábamos chocolate.

—No, pero yo...

—Yo pagaré.

—No me gusta el chocolate.

—Entonces prepara tu bebida favorita. — Hyungwon lo miró un segundo y después comenzó a preparar un té chai. — ¿té? — El pelinegro miró de reojo y asintió. — Interesante.

Luego de un rato, Hyungwon había acercado un banco cerca de la barra estando frente a él, quien sólo lo veía y tomaba de su taza a veces.

—Deja de verme.

—Tus facciones son muy lindas. —Hyungwon tosió un poco y luego fingió absorber su nariz.

—No soy gay.

—¿Quién dijo que yo si? Hay que normalizar eso de hacerse cumplidos entre hombres. Quizás entre amigos.

—No somos amigos.

—Podemos serlo.

—No necesito más. — Wonho lo miraba con una expresión neutra y luego suspiro.

—¿Que tipo de amigos tienes que no te apoyan en días como... hoy? — No lo sabe. No quería atormentar a su único amigo con sus problemas. ¿Y si se alejaba? — ¿Estudias? — Hyungwon asintió lentamente.

—Ya veo. Yo también estudio, pero ahora soy conductor de radio, así que si, estoy estudiando comunicación. — Wonho soltó una risita, pero a comparación de él, Hyungwon no reía. Wonho inhaló y luego exhaló. — Creo que debería irme, me llevaré el frasco por si acaso. — Este comenzó a acomodar su ropa y a dejar un par de billetes cerca de la taza. — Un gusto, Hyungwon. No vayas a hacer alguna locura, te lo ruego. — Wonho asintió como despedida y salió del establecimiento.

THURSDAY (2WON / HYUNGWONHO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora