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No podía ser cierto. ¿O lo era? ¿Era normal sentir esa corriente eléctrica cuando Wonho tomó la mano de Hyungwon?
Agradecía que no lo iba a ver hasta dentro de una semana, no quería seguir pensando en eso. Ni tampoco quería seguir pensando en lo bien que lo trataba, ni el apoyo que le brindaba, ni el cómo le pidió que no usara de mala forma su medicamento, ni... tampoco quería seguir pensando en él. Él, él él.

¿Pero que pasaba? Luego de ese día, tuvo que salir viernes y sábado con Hana, sentía que debía hacerlo.
Pero para el domingo, seguía ocurriendo. Extrañaba a su amigo, quizás porque era domingo, según lo que le contó, Wonho no trabajaba, así que decidió cambiar su visita del jueves al domingo, exclusivamente por esa semana.

Cuando llegó, Jooheon iba saliendo, y le aviso que efectivamente, Wonho se encontraba dentro, que si quería podía entrar.
El sonido dentro solo era una regadera, así que decidió esperarlo en la sala. Miraba las fotografías por mientras, aquellas en algunos recuadros, o en estantes. Había de los tres, de los cuatro, de los solos.

—Ah, Hyungwon, me asustaste, ¿qué haces aquí? — El más alto volteó al escuchar la voz del mayor, pero inmediatamente cubrió su cara cuando noto que este solo llevaba sus pantalones y la playera en su mano.

—¡Ah, perdón! —Wonho frunció sus cejas y se acercó a quitar la mano de la cara contraria, pero sus ojos estaban cerrados.

—¿De qué te disculpas?

—Por llegar en un momento inoportuno. — La risa de Wonho retumbó en sus oídos, y luego dejó de sentir la presencia enseguida de él, así que poco a poco abrió sus ojos, solo que luego los volvió a abrir cuando se enteró que seguía sin playera.

—Por Dios, ni que fuera un delito verme sin playera, ábrelos, ridículo. ¿Qué haces aquí? — Hyungwon los abrió, y luego un poco más al enterarse de lo bien formado que estaba su amigo. Eran algo así como una sorpresa que le causaba algo de celos.

—Solo vine a visitar.

—¿No trabajas? — Hyungwon negó, y fue cuando por fin la playera fue colocada. Aún así, seguía pensando en que seguían notándose los músculos que este tenía. — Ah pues que bien. Ahora no estoy ocupado, ¿quieres hacer algo? — Hyungwon negó y elevó sus hombros, diciendo que realmente nada en específico. — Bueno, podemos sentarnos y platicar nada más. — Hyungwon asintió y fue a sentarse a uno de los sillones. — Estaba bromeando, pero bueno. ¿Sabes? Iré a una montaña de lunes a miércoles.

—¿Ah, de verdad? Suena bien. — Wonho asintió luego de sentarse en otro de los sofás y entrecerró sus ojos.

—Si. ¿Todo en orden?

—Estoy procesando en qué si quieres puedes romperme en dos. — Wonho abrió más sus ojos y luego soltó una carcajada. — Bueno, acabó de caer en cuenta de lo mal que eso se puede escuchar, me refiero a que podrías golpearme y...

—Entendí el punto, Hyungwon, detente. — La rosa apenas estaba terminando cuando Wonho tocó su estómago. — Ay, podría incluso dolerme el estómago.

—Cállate, me avergüenzo. — Wonho miró hacia el más alto, ya que por la risa, su cabeza había caído sobre el respaldo del sofá. Noto de inmediato unos destellos rojos en las mejillas del menor entonces suspiro un par de veces.

—No te tienes porque avergonzar, fue algo gracioso. —El mayor subió de nuevo su playera, causando que Hyungwon volviera a cerrar sus ojos, provocando otra pequeña risa del rubio. — ¿Quieres tocar?

—Uhm, c-claro que no, Dios, Wonho.

Wonho, entre risas, se puso de pie y fue a pararse junto al otro, tomando su mano, aclarando que fue sin reclamo alguno, y poniéndola sobre su abdomen. Entonces, el más alto abrió sus ojos, topándose con el bien trabajado abdomen de Wonho. Ni siquiera lo dudo un segundo, su mano se movía sin necesidad de ser guiada.
Su índice remarcaba las líneas que existían ahí, hasta que dio con la de en medio, donde fue trazándola hacia arriba, dando al final contra la mano de Wonho que sostenía la playera. Es entonces cuando sus vistas toparon. Wonho ya no reía, y Hyungwon desde siempre había tenido esa expresión de sorpresa. Volvieron en sí, así que Hyungwon quito con rapidez su dedo y Wonho bajo su playera, carraspeando. Hyungwon comenzó a asentir.

—Me imagino... cuanto haz batallado para eso.

—Si, así fue. — Una risa incómoda salió de los labios de Wonho y se devolvió al asiento. — Entonces, no te veré hasta el jueves, no sé si hay recepción en la montaña, pero espero cuides tus horarios de las medicinas. — Hyungwon asintió.

—Lo haré.

Wonho asintió en respuesta y luego prosiguieron con otros temas diversos, como la escuela, el trabajo. Cualquier cosa que no se tratara sobre ellos.

THURSDAY (2WON / HYUNGWONHO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora