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Al día siguiente, como pudo, Hyungwon salió de la cama. Amaneció sintiéndose mal por Hana, ¿así se sintió ella cuando él la rechazó? Hoy le pediría una disculpa.
Sus pastillas se habían acabado, y como le habían dado de alta, no podía ir por otra prescripción.
Se despidió de su mamá, y salió camino a la escuela.

Caminaba por los pasillos con la intención de buscar a Hana y disculparse y así pasó. Ella iba saliendo de la oficina del rector, así que corrió hasta donde estaba ella y la detuvo.

—Hana, lo siento, tengo que hablar contigo.

—Señor Chae. — El reactor estaba en la puerta de la oficina viéndolos. — Tengo que hablar con usted.

—Hablaremos luego, Hyungwon. Y lamento la situación. — Que Hana se disculpará y esos ojos caídos le indicaban malas noticias. La chica se retiró y el más alto pasó a la oficina.

—Buenos días, Hyungwon.

—Buenos días, señor.

—La señorita Hana, estaba aquí por la misma razón por la que usted está. — Hyungwon tragó hondo y asintió. — Puedo ver que en algunas de sus clases tiene faltas, las cuales fueron justificadas después, pero esas faltas coinciden con faltas de la señorita Hana. ¿Y sabe también con que coincide? — Y recordó aquel rumor de dos personas haciendo cosas indebidas en la sala de audio visión. Cerró sus ojos y agachó un poco su cabeza. Sabía de que trataba la reunión. — ¿Lo sabe verdad? Por eso su reacción. Lo de las conductas carnales.

—Señor, lo que ocurre es que...

—Señor, tanto usted como la señorita Hana, están suspendidos. Comenzará hoy y terminará el miércoles, y agradezca que no le di una semana entera. Sus maestros están notificados así que no podrá entrar a clases. Puede retirarse, por favor.  —Hyungwon se puso de pie, hizo una reverencia y salió del salón. A lo lejos pudo ver a Hana sentada contra los casilleros mirando su celular, así que se acercó.

—Hola. — La chica miró hacia arriba y sonrió a medias, entonces se puso de pie.

—Hola, ¿te dieron ya la noticia? — Hyungwon asintió y resopló.

—No creí que fueran tan inteligentes para revisar eso, lamento orillarte a esos problemas. — Hyungwon se encogió de hombros y negó.

—No es como que me hayas obligado, ¿o si? — Hana soltó una risa y negó. — ¿Necesitas que te lleve a casa? — La chica lo miró unos instantes y luego sonrió asintiendo.

En el camino, recordó porque la busco originalmente. Le daba pena ahora decírselo, pero igual merecía saberlo, merecía las disculpas. Ella era una chica linda, era amable y aunque algunas veces podía haber sido confundida como intensa, no lo era, comprendía las cosas con facilidad y era graciosa de vez en cuando.
Hana miraba hacia la calle mientras sus dedos jugaban entre sí.

—Hana...

—¿Mh?

—Perdóname por... rechazarte. — Ella sonrió y asintió.

—No podía obligarte a quererme, discúlpame por golpearte. — Hyungwon soltó una risa y asintió. — Mejor cuéntame, quien es la afortunada.

—Uhm, que difícil pregunta.

—Dios, no me digas que es una de mis amigas o esta vez si me enojaré. — Hyungwon rió y negó. — Que bueno, solían decirme que ellas te harían más feliz que yo.

—No, no, tú me hiciste feliz.

—¿Verdad que si? — Hana puso una mano en su pierna como para confirmar y luego esa misma mano fue a golpear su cabello hacia atrás. — Es obvio. Ya, dime quien es. — Hyungwon soltó un suspiro y la miró un segundo.

—¿Desayunaste?

—¡Ya, dime! — Hyungwon rió por lo bajo y negó.

—Hana, la afortunada... es en realidad un chico. — La chica comenzó a toser y a poner su mano sobre su pecho mientras Hyungwon le daba ligeros golpecitos en la espalda. —¿Estas bien?

—¿¡Un chico!? —Inhaló con fuerza como si hubiera descubierto algo y tapó su boca. — Por Dios, es el chico que venía por ti a veces, ¿cierto? — Hyungwon suspiro y asintió. — Ay, se ven lindos.

—Si, gracias, no va a funcionar, ya no hablamos. — Hana chasqueó su lengua y se quejó.

—Carajo, me acabo de enterar y ya terminaron. Ay, es aquí, ¿quieres pasar? — Hyungwon se detuvo y negó.

—Tengo que ir a casa. Nos vemos luego, ¿bien?

—Obvio, Hyungwon, quiero saber del chico, porque si no es contigo es con tu novio. — Hyungwon soltó una carcajada seguido de una risita de la chica. — Estoy bromeando, cuídate y deja de meterte en problemas.

—También tú.

Ahora iba la parte más difícil: decirle a su madre.

🐢

El auto de su mamá seguía en casa, así que debía hacerlo rápido e ir a trabajar desde temprano para evitar la pena con su mamá.
Entró y escuchó ruido en la cocina. Por ruido se refería a que su madre solía cocinar con música de la radio puesta.
Su cabeza pelinegra se asomó por la puerta y rápidamente su madre lo vio.

—Won, ¿qué haces aquí tan temprano?

—Hola, ma.

—¿Qué ocurrió?

—Mh, estoy... estoy suspendido. — Las cejas de la mujer se elevaron y su cabeza se inclinó a un lado. — Por algunas faltas en algunas clases.

—Pero si vas siempre... Hyungwon, ¿qué haz estado haciendo?

—No, es que si voy a la escuela, pero hubo ocasiones donde... no entre a clases. — La señora apretó sus labios y asintió.

—Bueno, solo... no faltes más. — Hyungwon asintió. Estaba apunto de irse cuando se devolvió.

— Ma.

—Dime.

—Voy a volver con mi terapeuta. — La mujer no decía nada, sólo lo veía.

—Pero, acaban de darte de alta. — La barbilla de Hyungwon comenzó a temblar y bajo su mirada para que su mamá no lo viera con unos ojos llorosos. Asintió y elevó sus hombros.

—Supongo que... no soporte. — Su mamá camino con prisa hacia él y lo acurruco entre sus brazos, acariciando su cabello.

—Mi pequeño, ¿qué pasa?

—Solo necesito un poco de tiempo. — La señora asintió, seguía abrazándolo y acariciando su espalda y cabello. Dándole ánimos.

THURSDAY (2WON / HYUNGWONHO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora