Cap 4

228 20 18
                                    

Derechos a: Bala-2006

Capítulo 4

Kouga tardó dos semanas completas en conseguir que el médico le dejara salir de la habitación. Aunque al fin había podido despertar, las fiebres no cedieron hasta tres días después. En esos tres días, ella pasó cada minuto a su lado dándole sopa para alimentarse, preparando su medicina, bañándolo y ahuecando sus almohadas. Kouga sujetaba sus manos con devoción en esos momentos y la miraba con tanto amor que perfectamente podría haber derretido el Polo Norte.

Quisiera poder decir que la única razón para permanecer encerrada de ese modo era su marido, pero no era así. Inuyasha era una gran razón para evitar salir del dormitorio. Se había acostado con él que no era su marido; con él que, precisamente, estaba deseando echarle en cara que no era más que una cazafortunas. ¿Cómo pudo cometer semejante error imperdonable con esa horrible persona? Inuyasha querría venganza por dejarlo tirado y tenía el arma que estaba buscando para deshacerse de ella. ¿Quién querría una esposa infiel? En cuanto se lo dijera a su marido, la pondría de patitas en la calle. Lo único positivo que podía sacar de aquello era que regresaría a Francia, a su hogar. Y volvería con el corazón hecho pedazos...

Inuyasha no fue a visitar a Kouga ni una sola vez. Tanto Kaede, como Kagura, Rin y ella tenían un acuerdo silencioso por el cual ninguna había delatado ante Kouga la ausencia de Inuyasha durante su prolongado tiempo de inconsciencia. El problema era que ya no podían ocultárselo. Kouga estaba despierto y había notado que su primo, alguien a quien prácticamente había considerado un hermano, no se había dignado a acercarse para preguntar por él. Cuando preguntaba por Inuyasha, Kaede le decía que este pasaba mucho tiempo allí cuando no estaba despierto. Una bonita mentira piadosa. Su justificación para que no volviera en los primeros días fue que, al pasar tanto tiempo a su lado desatendiendo su negocio, se había visto desbordado de trabajo. Kouga se lo creyó hasta el quinto día. Entonces, preguntó en voz alta por qué no se había molestado ni en pasarse por allí dos minutos para verlo despierto. Solo pidió dos minutos de su tiempo...

Sabía que Kaede había estado hablando con Inuyasha. Se lo dijo una tarde cuando Kouga se estaba echando la siesta. La anciana se había hartado del mal comportamiento de su nieto heredero y le había regalado una buena reprimenda. Tembló de puro miedo cuando se lo contó. ¿Y si Inuyasha le contaba a Kaede lo que había sucedido entre los dos? Sintió pánico, y pasó uno de los más angustiosos momentos de su vida transpirando y respirando dificultosamente ante la cama donde reposaba su marido. Para su sorpresa, Kaede rompió a llorar por la impotencia. Abrazó a la anciana y la acunó entre sus brazos mientras escuchaba su relato. Inuyasha había sido muy desagradable, algo impropio de él frente a la mujer que lo crio, y continuaba negándose a aparecer por allí.

El mismo día que el doctor les enseñó unos ejercicios de rehabilitación para la rodilla rota de Kouga, Kagura anunció su partida. Desde el convento exigían su vuelta. Le ayudó a hacer por primera vez los ejercicios con Kouga y, después, se deshizo en lágrimas mientras abrazaba a su sobrino. Kagura se había llevado un rato horrible hasta que Kouga despertó y dio señales de recuperación. Ya podía marchar en paz.

Acompañó a Kagura hasta la puerta, donde se despidieron. Cuando estaba cerrando la puerta, vio a Inuyasha. Salía del comedor y se cruzó de frente con Kagura. No la vio, no sabía que ella estaba en la puerta y, en vista de lo que sucedió a continuación, Kagura debía creer que ya estaba bien resguardada en el dormitorio. Vio como Kagura abofeteaba a su sobrino. Inuyasha recibió la bofetada sin realizar el menor movimiento para esquivarla, tras lo cual le regaló a su tía una de las miradas más violentas que jamás había visto en su semblante. Ni siquiera con ella había llegado a ese extremo pese a su más que tormentosa relación.

Deseos ocultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora