Capitulo Veinte

800 68 2
                                    

—Gracias por traerme— murmuró adormilada.

Él solo me observa divertido.

—Había olvidado cuánto sueño te daba si ingieres alcohol.

—Por eso no suelo hacerlo, además tu eres él mayor aquí— le reprochó— Así que tú eres el responsable.

—Drea solo te tomaste dos cervezas— él ríe— Vamos te ayudaré a bajar— dice para salir del auto y abrir mi puerta.

Tom me ayudó a bajar del auto y me acompaña hacia el ascensor del edificio.

—¿Quieres subir?— pregunto valientemente sin importarme las consecuencias.

—No creo que Raquel vea eso como una buena idea,no quiero buscarte problemas.

Ay Tom, si supieras lo que mi tía me dice de ti. Ella estaría haciendo una fiesta si ocurre algo entre nosotros.

—Pues que bueno que no está— él solo parece estar pensándolo y suelta un suspiro.

—Subire y bájare en uno minutos ¿Ok?— dice para convencerse más a así mismo.

—Ok— me muestro de acuerdo.

Ambos subimos al ascensor donde apoyo mi cabeza de su brazo resistiendo al sueño, apenas se abren las puertas tomo el brazo del chico y lo guío a mi departamento donde abro la puerta como puedo y lo invito a pasar.

—¿Cuál es tu habitación?— Tom pregunta ganándose una mirada sorprendida de mi parte.

Él carraspea.

—Me iré más tranquilo si se que te deje durmiendo en tu cama— se corrige.

Yo asiento comprendiendo y lo guío hacia mi habitación donde me lanzó sin nada de cuidado en mi cama y me envuelvo con mis sábanas, Tom sonríe y se sienta a mi lado para ayudarme a quitar mis tacones cosa que agradezco.

Él me cubre correctamente con mis sábanas y besa mi sien para marcharse pero es detenido por mi agarre en su brazo.

—Quedate conmigo, solo por hoy— le pido.

—Princesa, no sé si...

Lo interrumpo.

—Solo por hoy— murmuró sintiendo los ojos cada vez más pesados él parece debatirse mentalmente y suelta un suspiro para quitarse los zapatos y recostarse a mi lado.

Yo me acerco a él dejando mi rostro cerca de su cuello, Tom me rodea con sus brazos y besa mi cabello.

—Dulces sueños princesa— es lo último que escucho antes de caer en los brazos de morfeo.

Suelto un quejido por la luz del sol que entra por mi ventana y me levanto cuidadosamente para ir al baño, después de hacer mis rutina diaria busco con la mirada mi teléfono que no tardó en encontrarlo en la mesilla de mi habitación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Suelto un quejido por la luz del sol que entra por mi ventana y me levanto cuidadosamente para ir al baño, después de hacer mis rutina diaria busco con la mirada mi teléfono que no tardó en encontrarlo en la mesilla de mi habitación.

Un sonido en la cocina me alerta y no dudo en tomar un bate de béisbol que tengo para estos casos y salir de mi habitación, al ingresar a la cocina lo primero que veo es a dos figuras hablando amenamente mientras desayunan, al ver al castaño frente a mí me sonrojo al recordar los recuerdos de anoche. Mi tía es la primera en notar mi presencia que me da una sonrisa pícara mientras bebé de su taza.

Lanzo el bate discretamente hacia un lado del departamento, luego lo recojo.

—Buenos días— digo llamando la atención del ruloso.

—Hey, princesa que tal dormiste?

—Como un bebé— respondo haciendo sonreír.

Tomo asiento a su lado en la isla y él no tarda en extender un plato de comida hacia mí.

—Lo hiciste tú?— él asiente—Entonces puedo comerlo, si lo hubiera hecho Raquel sería un envenenamiento inmediato.

La mayor me ve mal y me da un manotazo haciéndome soltar un quejido, ella solo se marcha hacia la sala dejándonos solos.

—Gracias por quedarte anoche— digo tímidamente.

—No fue nada Drea, sabes que siempre tuviste el poder de convencimiento sobre mí— bromea haciéndome recordar que eso era lo que decían nuestros padres.

—Aun lamento la vez que te caíste del árbol porque mi cometa se atasco ahí.

—El lado bueno es que te tuve cada día haciéndome compañía mientras estaba internado.

Yo sonrió.

—Era lo menos que podía hacer por mí culpa te fracturaste el brazo, solo porque yo te insistí.

Él solo niega mientras acaricia mi mejilla.

—Sabes que haría lo que fuera por verte sonreír.

Nuestras miradas conectan y ambos somos interrumpidos por el sonido de su celular.

—Debo irme, tengo que ir al set— dice rápidamente sin dejarme hablar, él besa mi mejilla y se despide de mi tía para salir no sin antes prometer que me llamaría.

Raquel me ve con una sonrisa burlona y se acerca hacia mí.

—¿Entonces.... Al fin hicieron el frutifantastico?— pregunta con diversión.

Yo solo niego y me marcho hacia mi habitación.

—¡No me lo negaste!

—¡No me lo negaste!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Crush- Tom Holland✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora