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Tercera Persona P.O.V.

Aerys cada vez era más irrascible, pero siempre se calmaba en presencia de Lyssandra y con ella de su mano. Él dejó el tema y aceptó que se quedarían como Señora de Invernalia y Príncipe Heredero sin ninguna objeción más tras muchas discusiones. Pero llegó el día en que la Loba-Dragón nació, Lyssandra entró en labor de parto llevando en caos a toda Invernalia

Fue un alumbramiento difícil, los gritos atronadores de Lyssandra se podrían haber escuchado desde Casa Austera hasta Lanza del Sol de los fuertes que fueron. Todos se preocupaban por su Señora, Aeyrs y Rickard daban vueltas en las puertas de los aposentos de la Señora, Rickard le había comentado a su hermana mayor el brillo de locura que veía en los ojos índigo de Aerys bien escondido desde el primer día y sabía que solo era la moneda Targaryen girando hacia el lado de la locura a lo que ella le dijo que no hay nada más terrible que un Targaryen solo en el mundo y ella sería su ancla

Hasta que de repente todo lo que hubo fue un silencio mortal que podrían haber escuchado caer hasta el más fino alfiler. Este se rompió por los fuertes gritos de un bebé, la puerta se abrió para dejar ver al maestre y la comadrona que salieron sonrientes y limpiándose las manos llenas de la sangre del parto dejando pasar a ambos hombres para ver al recién nacido y esposa y hermana

Al entrar ambos hombres se encontraron con una Lyssandra sudorosa y sonriente mirando al pequeño bulto en sus brazos. Cuando ambos se acercaron a ella ambos se sentaron junto a sus lados

R: cómo estás querida hermana? -pregunta mirándolo preocupado mientras Aerys mira seriamente a su esposa

L: esta señorita seguro que dio trabajo, pero eso solo demuestra que Odín le dio su bendición -sonríe a ambos hombres- mirad -baja el manto con el cubre al bebé y rebela en el tobillo izquierdo una pequeña marca conocida por todo el mundo- es una portadora -sonríe al bebé trayendo una sonrisa a los dos hombres a sus lados

A: déjanos verla bien -dice suavemente pero con impaciencia. Lyssandra baja el manto de su cabeza dejando revelados pequeños pelos plateados y negros puros, y en ese instante el bebé abre los ojos revelando uno gris y otro indigo y mira fijamente a su padre hasta que suelta una sonrisa desdentada y trayendo una auténtica al rostro del Príncipe mientras pasa un dedo por la mejilla del bebé- una auténtica Loba-Dragón, la mezcla perfecta entre ambos, Stark y Targaryen -el bebé agarra su dedo y lo lleva mece de un lado a otro- cómo deberíamos llamarla? -se gira a mirar a su esposa

L: Serenys, Serenys Stark-Targaryen -el príncipe va a objetar pero ella desarrolla- querido sabes que yo soy heredera en primer lugar antes que tú por lo que según la tradición norteña es ley. Además lleva la sangre de los Primeros hombres y la antigua Valyria, debe demostrar además de en apariencia y sangre lo fuerte que es su legado -le da una sonrisa que siempre consigue lo que quiere con Aerys

A: de acuerdo, esposa mía -le sonríe y se inclina para besar su frente

Ly: ahora creo que es hora de alimentar a esta señorita -mira ambos hombres y estos entienden y se levantan de sus lugares

R: por supuesto, hermana

Con eso ambos hombres dejaron a Lyssandra a solas con Serenys, ambos sin haber notado el color cada vez más pálido de su cara. Lyssandra acerca su hija a ella y comienza a hablarle en un susurro

L: hola, mi pequeña loba-dragón -acaricia con su nariz la mejilla de su hija que cierra los ojos y sonríe y luego le pone la mano en esta- me vas a tener que perdonar, pero no creo que consiga mucho tiempo mi querida cachorrita -dice mientras suelta una lágrima- pero solo sé que estás destinada a hacer grandes cosas mi amor. Y algún día nos volveremos a ver en el gran salón del Valhalla y tendrás muchas historias que contarme -le da un beso en la frente- solo espero que tengas un larga y feliz vida

En Esta Vida Y En Todas Las Vidas (Elia Martell X OFC G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora