Capítulo 9. Fuera de casa

232 24 2
                                    

Narra Bloody

Jeff me preocupaba un poco, ambos podíamos enfermarnos de algo. Aunque no parecía importarle y sé que le da algo de igual la vida, por lo que tenía pensado ir a robar antirretrovirales del hospital. Así ambos nos evitaríamos alguna enfermedad.

Tenía bastantes dudas desde lo que ocurrió. Estaba tan feliz por haberme acercado por primera vez de manera sexual y amorosa a alguien. Admito que no sabía que sería a él, pero estoy más que feliz.

No sabría cómo explicarlo. Simplemente me sentía como alguien normal en lo que cabe. Bueno, soy un asesino y mi novio también. Un momento...

¿Novio?

¿Podía llamarle así? Digo, no le he pedido nada; él tampoco me ha mencionado algo al respecto. Pero aún así, siento que lo somos. Por mi parte, estoy completamente enamorado. Siento que él también, aunque no lo aseguro. Digo, me mira con unos ojos tan dulces que, es algo que no debería dudar. Pero las inseguridades del pasado me hacen confundirme, crearme preguntas y sentirme mal.

Suspiré acariciándome el seño, lo vi dedicándole una sonrisa, él estaba pasando por el cuarto sonrió devuelta y de acercó para recargarse en el marco de la puerta.

—Voy a salir, ¿Quieres que te consiga algo, grandote?

—La verdad, te iba a pedir que compraras antiretrovirales.-Le mencioné ahora un poco más serio. Alzó una ceja confundido.

—¿Qué es eso? ¿Dónde lo consigo? -Cierto. Me levanté a lo que él rió y negó, sentándome de nuevo en la cama.

—Cálmate, larguirucho; yo te lo consigo, sólo dime dónde y cómo se ve. -Asentí suspirando. Sólo esperaba que estuviera bien y supiera lo que hacía.

—Bueno, son para cuando te sucede una violación. -Se asustó un momento, pero seguí. —O en este caso, por no usar condón. Vienen en un kit con varias cosas que no ocupamos, pero, el antiretroviral evitará que te enfermes de algo. Aunque también lo usaré yo, por si acaso. Trae más. Pero no volverá a pasar lo del condón.

—¿Eso evita que me enferme?-Preguntó maravillado. Asentí.

—Síp, en cualquier hospital lo tienen. Trata de hacerlo rápido, entre más rápido, mejor.

—Bien, vengo más tarde.

Se acercó a un estante, se puso algo en el bolsillo y sólo se despidió.

Bueno, supongo que puedo darle aunque sea una sorpresa o algo. Me puse a limpiar, incluso ordené nuestra cama tamaño queen. Tal vez lo haríamos de nuevo hoy. Suspiré apenado, acariciándome la nuca algo sonrojado.

¿Cómo me acostumbraría a esto?

Antes no tenía ninguna muestra de afecto, y ahora un hombre me pide sexo, cariño todos los días. Bueno, creo que así será. Sé que sólo empezó ayer, pero él es alguien bastante caliente.

Sonreí enamorado, arreglando todo y buscando algunas recetas para hacer de cenar. Tal vez podría hacerle algo antes de que llegara.

(...)

¡Maldición! ¡Tres horas buscando y nada! Jeff es alguien de gustos fáciles, come de todo porque vivió en las calles, le da algo de igual. Pero, por eso mismo yo quiero darle algo especial. Algo que lo haga sentir más ¿Arriba? ¿Especial?

No lo sé. Quiero hacerlo sentir elevado. Ligero. Cómodo. Etéreo.

Encontré una hermosa receta de un volcán de chocolate. Era algo así como un brownie con forma de mini volcán que adentro tenía la masa del chocolate derretida. Sonaba de lo mejor. Tenía una apariencia tan apetitosa que ni siquiera sabía si lo lograría.

Hay que intentar.

Anoté cada ingrediente, incluso los instrumentos de cocina que usó la persona del tutorial para hacerlo y salí con la lista en mano. Estaba algo optimista hasta qué escuché un golpe en la puerta de enfrente.

Cierto. Ahí está Eyeless Jack. Un ente confuso del cual Jeff no me quiere hablar mucho, al parecer está "muerto". Aunque no sé del todo a qué se refie-

¡A-aHh~!-Me quedé pálido con eso. Ese sonido.

Ese... Era un sonido de mi novio.

Cerré mis ojos un momento. No, Helen. Estás alucinando. Jeff está afuera. Él está consiguiéndote cosas.

—M-mierda, debo irme. Ya es tarde.-Se abrió la puerta unos minutos después. Minutos en los que yo esperé con lágrimas en mis ojos, aún con la máscara puesta. Ya que iba de salida.

La madera se movió y pude ver un rostro blanco jadeoso, con un sonrojo. Él ese estaba limpiando el semen de la cara hasta que me notó. No supe qué hacer.

Pude notar que cargaba una bolsa con todo lo que le pedí y empaques de condones usados. La bolsa era transparente, así que podía ver perfectamente los profuctos.

Mis manos temblaron, él ladeó la cabeza confundido. Mi vista estaba nublada por las lágrimas, mis ojos recorrían cada parte de su cuerpo con velocidad mientras las gotas saladas goteaban por mi mentón.

Tenía rasguños, chupetones, mordidas. Lo notaba en su cuello. Veía incluso un poco de sangre pero era obvio que no había sido violado. Se veía la relajación en su ególatra rostro.

No podía ni pasar saliva por el nudo en mi garganta.

Abrí la boca y no me salían palabras, pronto él me miró triste, preocupado.

—¿Bloody? ¿Qué pasa?

Suspiré tratando de calmarme, pero los sollozos no tardaron en salir. Retrocedí un poco, haciendo que tomara mi brazo.

—Suéltame. -Susurré.

—¿Por qué? Oye, ¿Qué sucede?

—¡Suéltame!-Grité molesto, quitándole mi brazo con fuerza. —Yo confié en ti, maldito infeliz de mierda. -Me miró asombrado por eso, confundiéndose.

—Oye, cálmate. Simplemente quiero saber qué pasa.

—¡Pasa que yo estaba enamorado de ti! ¡Pero ya no! ¿Y sabes qué...? Dijiste que sólo podía sacarte si tenía el valor para hacerlo. Adivina qué. -Lo tomé del cuello de la camisa. —Ya no vives aquí.

Me miró con los ojos algo cristalizados. No me esquivó. No evitó que lo tomara así.

—¿Tú sentías algo por mí?-Ladeó su cabeza. —Espera, escúchame. Lo siento, no lo sabía.

—¡Para ti sólo fui uno más! ¡¿No lo entiendes, verdad?! ¡Esa fue mi primera vez! ¡Creí que te importaba! ¡Creí que significaba algo para ti!

—Sí significas mucho para mí. Lo siento, no sabía. Es que, no dijimos nada sobre eso. Según yo no éramos pareja.

—¡Y de todas formas me usaste! Jeff, para mí importó como no tienes idea...-Lloré temblando, no quería ni quitarme la máscara. Sentía vergüenza por caer.

Ya había aprendido que la gente era mierda.

¿Por qué lo olvidé por esa sonrisa?

Suspiré retrocediendo para entrar a la casa.

—Bloody, podemos intentarlo. Digo, no sabía que me veías así.-Se veía decaído.

Yo estaba molesto.

—¡Ni siquiera sabes mi nombre!-Gruñí molesto, pero asustado. —No voy a tener de novio a un promiscuo infiel.-Le cerré la puerta en la cara, cerrando con candado.

Me temblaban las manos, mi corazón se escuchaba en mis oídos, lo sentía en garganta. No dejaba de llorar y comencé a respirar agitado.

Le dije a algo peor que un sicario que era un puto de mierda.

Voy a morir.

Gentle Artist (Bloody Painter x Jeff) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora