Capítulo 19. Romance

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Jeffrey

Nos encontrábamos en una tienda amplia donde habíamos estado robando todas las cosas, estaba muy relajado aunque Otis pensaba diferente.

—¿No crees que pudieron haber mejorado su seguridad desde que literalmente todos en la creepyhouse les robáramos cosas? -Lo pensé un momento. Sonaba lógico.

—Mh, sí; tal vez. Pero da igual~, ¿Qué podrían hacernos? Sólo son unos policías. Podemos con ellos. -Asintió tratando de relajarse y entre los dos llevamos el enorme jacuzzi, nos valió una mierda y salimos por la puerta riendo y corriendo, desaparecimos en los callejones y lo metimos por la puerta de atrás, notando a algunos otros que hacían cosas similares.

Arrastraban cajas goteantes de sangre y limpiaban los restos para no ensuciar el lugar.

Estamos locos, pero no somos sucios.

Entramos a nuestro cuarto con algo de dificultad al tener que mantenerlo muy abajo pero no en el piso para poder entrar por la puerta. Lo dejamos en la sala suspirando y cerramos la puerta para poder empezar a acomodarlo.

—Vaya, eso fue fácil.

—Si ignoramos el hecho de que lo cargamos mucho tiempo y fuimos en zic zac por las calles para evitar las cámaras de seguridad de algunos edificios, sí, fue fácil. -Mencionó Helen riendo.

—Bueno, veamos cómo instalar esta cosa.

Nos pusimos manos a la obra, acomodándolo en el baño, en una esquina. Era bastante extenso y antes estaba vacío así que quedaba perfecto.

Además, todo el piso es de resina, es bastante agradable, parece que está hecho para ser un cuarto completo de bañera. De hecho, cambiamos también la regadera, pusimos dos cuadradas a un lado del jacuzzi pero enfrente de la tina.

Era perfecto todo, veía los lavabos que pusimos con orgullo. Tan sólo un baño me hacía sentir en una mansión.

Nos besamos felices luego de todo el trabajo, observando nuestra obra. Ya estaba encendido el aparato, los sonidos burbujeantes se hicieron presentes, al igual que un poco de vapor por la cálida agua.

—Bueno, qué tal si bebemos, probamos el jacuzzi y luego hacemos un pozo en el suelo para que se vea mejor en la habitación. Regalamos la tina y ponemos un clóset tal vez... ¿Blanco? -Asentí por su idea, dejándome llevar por sus manos que sostenían mi cintura. Me dio unos besos suaves en el cuello, haciéndome sonreír.

—Ah, conque quieres cumplir lo que dijiste, ¿eh~? -Apoyó su cabeza en mi hombro algo sonrojado, le sonreí de lado hasta que sentí que bajaba mis pantalones. Reí suave, relamiéndome los labios y besándole aquella rosada mejilla.

Estaba relajado, dejándome llevar mientras me quitaba la ropa, hasta que escuché un sonido metálico. Miré hacia el suelo viendo las manos de mi novio apretarme los muslos, y también a su pantalón tirado. Pronto también se quitó la ropa superior  y comenzó a pegar su miembro a mi trasero, aún con su boxer puesto.

Mordí mi labio, mierda, se le puso bastante duro y muy rápido.

—Uff~ parece que poco a poco te haces un adicto. -Finfió embestidas mientras me quitaba la camisa y me besaba el cuello.

—N-no es verdad. -Susurró bajando mi boxer y el suyo. Antes de decirle que no lo metiera de golpe, noté como abría un poco mis piernas.

Me quedé callado algo curioso, mirando de vez en cuando a Otis, el cuál estaba muy rojo y con el seño levemente fruncido. Puso su miembro erecto a 90° entre mis muslos y me hizo cerrar las piernas. Oh~ ya veo a dónde va esto. Me mordí el labio, sintiendo aquél erecto estar debajo de mis testículos, haciendo que se frotaran cada que él se movía.

Suspiré excitado, viéndolo embestir lentamente. Mi erección se fue levantando con esos movimientos atrevidos.

—Ugh~ qué calenturiento. -Susurré jadeante. Él gruñó levemente, acariciándome la erección.

—No me molestes. -Respondió avergonzado pero necesitado. Tomando con sus grandes y venosas manos mis muslos. Le sonreí pícaro, sintiendo sus golpes en mis testículos. Carajo, tan caliente.

Me moví al mismo tiempo, bajando mi torso como si fingiera que me embiste otro lado.

—¿Q-qué~? ¿Te calienta verme así? -Mordí mi labio y comencé a jalármela viéndolo, él se puso algo sensible, aumentando la velocidad de su pelvis.

—M-mHh~ J-Jeff. -Jadeaba suave, pero era fácil de escuchar.

—Carajo~. -Mordí mi labio moviendo mi mano derecha más rápido. Respiré un poco pesado, sintiendo la punta de su miembro golpearme con velocidad los testículos, el placer se multiplicó aún más por eso.

—D-dios~ t-tus bolas se pusieron más duras. -Me sorprendí un poco por ese lenguaje. Juntando mis piernas riendo jadeante.

—¿D-desde cuando hablas tan sucio? -Jaló mi torso, pegándome la espalda a su abdomen. Respiré más pesado cuando puso su boca en mi oreja, mordiéndome el lóbulo y quitando mi mano para masturbarme él.

—Desde que te conocí. -Maldito ronroneo más sexy. Rasguñé su brazo un poco y pasé una mano hacia atrás, clavando mis uñas en su nuca mientras me derretía de placer en sus brazos.

—P-puta madre, Helen. Estás tan...~ u-ughH~. -El vaivén se descontroló, cada vez más rápido, sentía que mi pelvis cosquilleaba y el semen se me estaba acumulando. —T-tremendo virgen~, ¿Te v-vas a correr~? -Lo molestaba notando su agitación.

Me mordió y marcó el cuello, llevándome la cabeza hacia atrás y haciendo que la apoyara en su hombro. Sonreí jadeante, viendo un poco hacia abajo de vez en cuando. Podía sentir como su pene se endurecía sobre manera y se inchaba. Ya estaba bastante rojo, no duraría mucho.

Sus gemidos roncos pasaron a ser más quejas y una que otra obsenidad. No estaba seguro pero parecía que le gustaba que lo molestara.

—C-carajo~ ¿E-eres masoquista? -Pregunté jadeante, me calentaba verlo así, me llevaba al maldito delirio. Apretó mis muslos con su mano izquierda con fuerza, rasguñándolos un poco mientras que su glande soltaba escencia en mis piernas.

—¡A-aghHhh~! -Me dio la vuelta con brusquedad levantándome como si nada.

—¿He-Helen? -Me puso con las piernas en sus hombros y me apoyó en la pared para meterse mi miembro a su boca. —O-ough~ m-mierda.

Le miré con dificultad y un fuerte sonrojo. No esperó nada y comenzó a comerme el falo. Me arqueé excitado, lo hacía bastante bien.

—C-carajo~ Ha-has mejorado. -Susurré jadeando más necesitado. Apreté un estante de la pared volteando mis ojos y me quejé con fuerza. —P-puta madre...-Succionó sin ninguna pizca de miedo e hizo un rápido vaivén que me hizo temblar las piernas.

No tardó mucho en meterme un dedo y pronto dos. No sabía que querría hacer todo el paquete, pero me estaba encantando. Demasiado, diría yo.

Me sonrojé más, apretándole el cabello entre quejas de placer. Mis ojos se cristalizaron y mi pelvis se movía con frenesí, golpeándole la garganta con el glande.

—M-mghHh~ m-mierda. Carajo. -Mis ojos estaban llorosos. Mis piernas me temblaban y mi saliva se acumulaba. Me hice hacia el frente respirando por la boca. Sonaron mis jadeos más fuertes y pesados, conviertiéndose en gemidos necesitados.

—R-rápido, m-mhHh~ s-sí~. -Sonreí poniendo mis ojos en blanco pero al acercarme más al orgasmo dejé de sonreír, poniendo una mueca de éxtasis y "dolor".

Los sonidos húmedos producidos por la saliva y el presemen se hicieron más notorios, aunque mis quejas obsenas los cubrían por mucho.

—¡C-carajo~! -Perdí el aire haciendo que abriera más mi boca, con unas pequeñas lágrimas en mis ojos me corrí a chorros en su boca, tratando de arañar la pared.

—M-mHhn~. -Tragó cada gota dejándome caer muy lentamente para detenerme al estar cara a cara con él.

Me besó de lengua con ferocidad, maldición. Amaba cuando se ponía así, aunque cada vez se veía más "libre" y he de admitir que me encantaban todas sus caras.

Gentle Artist (Bloody Painter x Jeff) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora