Capitulo 25.

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Cuando volví a Madrid las cosas pasaron tan rápido que casi no me di cuenta. Los días, las semanas y algunos meses habían pasado dándole paso a septiembre y junto con él: al otoño.

Por otra parte Emma ya era, oficialmente, la novia de Nicolás hacía varias semanas, casi nunca estaba en el departamento ya que se la pasaba con él; y por la otra parte, que esa parte me incluye a mí, con Rubius habíamos salido montones de veces, solo faltaba que alguno de los dos se animara a dar el siguiente paso, quizá con algo de suerte, ahora mismo saldría del baño, me prepararía para nuestra ‘’cita’’ de hoy y mientras tanto armaría valor para decirle que quiero ser su novia, pero, ¿Cómo iba hacerlo? Sería algo como ‘’Oye Rubius, sabes, lo estuve pensando y quiero ser tu novia, espero que tu también quieras porque de enserio me gustas’’ sonaría muy idiota además de que se supone que no es la mujer la que le pregunta a un chico si quiere ser su novio.

Abrí la puerta del baño envuelta en una toalla, solté un suspiro de resignación y me encamine a mi pieza para poder cambiarme, cuando ya tenía puesto mi Sweater gris junto a mis jeans y mis botas de combate, tome mi cazadora verde militar (1) para salir de mi departamento y esperar a Rubius en la planta baja, habían pasado unos cinco minutos y él no aparecía, frote mis manos para darles calor, puesto que se estaban enfriando.

Unas manos frías me taparon la vista, dejándome todo a oscuras.

Muy bien _________ descubriste el gran misterio de que cuando te tapan los ojos no ves, genial

Cállate conciencia.

-Adivina quién soy –Dijo Rubius en mi oído-

-Emmm no lo sé, ¿Mangel? –Saco sus manos de mis ojos y me di vuelta para mirarlo-

-Oye, mi voz no es parecida a la de Mangel –Sentencio, yo reí mientras me acercaba a él y depositaba un corto beso en sus labios- Aunque… Creo que empezare hacer eso más seguido –Reímos-

Después de caminar un poco entre conversación y conversación llegamos a un pequeño restaurante, me gustaba, era pintoresco, y su espacio no era ni muy grande ni muy chico, no había tanta gente como en el centro, por lo que nos daba un poco de espacio a Rubius y a mí; tomamos asiento en una de las mesas de el costado y una mujer de unos cuarenta años se nos acerco a tomar nuestro pedido y después se fue.

Un par de horas después nos encontrábamos en una plaza, caminamos hasta una banca y nos sentamos allí.

-Sabes Issa… Bueno, soy muy malo para esto ¿Sabes? –Me miro a los ojos y soltó una risa nerviosa-  Me preguntaba si… -Rasco su nuca-

-¿Si…? –Lo mire esperando una respuesta-

-Sí, bueno, ya sabes… -Tomo mis manos-

-No, Rubius, no se –Reí y el dio un gran suspiro-

-¿Quisieras ser mi novia? –Dios mío ¿Él acababa de decir eso?, apreté fuertemente sus manos debido a la emoción, ningún sonido proveniente de mis cuerdas vocales salía de mi garganta ¿Qué esperas? ¡Di que si!, lentamente los ojos de Rubius comenzaron a llenarse de lagrimas, pero no las derramaba ¡Reacciona ________Cox! ¡Ahora!-

-¿Por qué vas a llorar? ¡Claro que quiero! –Dije casi gritando con una sonrisa enorme y me tire encima de él para abrazarlo, ambos empezamos a reír, nos separamos y el saco su móvil del bolsillo, lo observe atenta-

-¿Lo hacemos oficial? –Me miro, asentí, posiciono su teléfono frente a nosotros y tomo una foto para después subirla a Twitter con la descripción de ‘’Aquí haciéndolo oficial para que después no habléis mierdasJ’’-

Estuvimos un buen rato en ese parque y después caminamos hasta mi departamento ya que lo había invitado a cenar, antes que nada, ya que faltaba para la cena, jugamos a un par de videojuegos para pasar el tiempo y después cerca de la hora de cenar yo me encamine a la cocina.

Mientras hacía lugar en la mesada para tener espacio libre, unas manos se posicionaron en mi cadera girándome haciendo que me encuentre con mi novio, Rubius unió nuestros labios y lo que era un beso tranquilo y dulce, fue subiendo de tono hasta convertirse en uno de esos besos apasionados.

Me tomo por debajo de los muslos y me subió a la fría mesada sin despegar nuestros labios, preferí dar yo el siguiente paso y comencé a levantar su remera hasta que… Un ruido a metal proveniente de la sala me separo de él, mientras tanto el siguió dando besos desde mi mejilla hasta mi cuello, yo me había quedado estática, escuche la puerta principal abrirse y después un par de voces y alguien que se reía, mierda, Emma había llegado.

-Rubius –No me respondió- Mierda Rubén, sepárate, llego Emma –Él reacciono y se separo, pero demasiado tarde, Emma estaba en la puerta de la cocina mirándonos con media sonrisa y una mirada con un poco de espanto que significaba ‘’¿Iban a hacerlo en la cocina?’’

Me baje de la mesada y Rubius se fue de la cocina aguantándose la risa, Emma que se acercó lentamente a mí, empecé a sentir mis mejillas calientes, lo que quería decir que me estaba poniendo roja como tomate, mi amiga llego delante mío y se empezó a reír.

-¡Deja de reírte! ¡No es gracioso! ¡Fue una situación horrible! –Le pegue en el brazo- ¡Emilia! –Pudo calmarse pero seguía teniendo esa sonrisa de burla en la boca-

-¿Qué querés que haga? Estaban por hacerlo ¡En la cocina! –Rió-

-Baja la voz –Le espete- No íbamos a hacerlo en la cocina, no seas idiota

-Oh, pero admites que iban a hacerlo –Señalo-

-Eres una mala amiga –Le dije y rió otra vez-

-Bien, cambiemos de tema, ¿Ibas a cocinar? –La mire seria y ella estaba reprimiendo las ganas de reírse-

-Sí, iba a cocinar

-Picarona –Levanto las cejas, agarre el repasador que usaba para secar los platos y le pegue con eso en la cara- Bueno, me calmo –Levanto los brazos- Vine con Nicolás, así que… ¿Puedes cocinar para nosotros también?

-Voy a cocinar para Nicolás, vos te vas quedar sin nada

-Bien, olvidemos lo de recién ¿Si? Prometo no volver a reírme –Puse los ojos en blanco y me di vuelta para concentrarme en lo que iba a cocinar-

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Bueno decir solamente que muchas gracias por leer, ya no me voy a gastar tanto en eso de comenten o den like... asi que eso, disfruten el cap!

Muak xx 

El Idiota de las Escaleras [Rubius y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora