Capítulo 1: Potterhead

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Entramos a mi habitación cerrando la puerta tras nosotras, ambas nos sentamos en el suelo frente al portátil y Aledis empezó sacar cosas de su mochila; patatas fritas, refrescos, palomitas, golosinas...

-¿Por qué tanta comida? No vamos de acampada, solo es ver una película.

-Tengo hambre ¿Okay?

-Luego iba a pedir una pizza, supongo que ya no es necesario. -señale todo lo que había traído y esparcido por el suelo.

-Pídela - cerró su mochila una vez estuvo vacía y la tiró sobre la cama.

-Pero si aquí hay comida de sobra.

-Mira -se giró para mirarme- si sobra comida, ya tienes desayuno mañana, todo son ventajas.

Le di una sonrisa y negando con la cabeza agarre mi portátil para poner una película.

La chica sentada a mi lado que miraba las palomitas como Gollum a su anillo era mi mejor amiga, Aledis Denson.
Nos conocimos a principios de secundaria, ella era la típica chica sociable y con muchos amigos mientras que yo era la loba solitaria, siempre callada y en mi mundo, eso si, no era tan reservada como la gente que conocía bien, solo no me gustaba mucho hablar con gente a la que no le tenia confianza.
¿Quién iba a decir que acabaríamos siendo tan unidas? Ella no dejó de ir a fiestas por ser mi amiga, pero ahora me obligaba a ir a mi. Ella era la que me sacaba de mi zona de confort, la que me empujaba a socializar e integrarme con la gente, aunque yo no quisiera, supongo que lo hacia por mi bien.

Vino a casa para distraerme un poco e intentar alegrarme, unos días atrás mi perro se había escapado y aun no sabia nada de el, nadie parecía haberlo visto y cuando salía a la calle para buscarlo no encontraba  ni rastro. El perro llevaba en mi familia desde que yo tenia 5 años, ya estaba un poco mayor pero para nada lo aparentaba, de hecho, parecía un cachorro, le encantaba jugar y no se paraba quieto ni un segundo.
Me daba rabia no saber si estaba bien o si le había pasado algo y sobretodo el no saber si volvería a verle.

-¿Qué vas a poner?- me pregunto mirando la pantalla.

-¿Qué quieres que ponga?

-Ya sabes lo que quiero

-No, otra vez no, es la segunda vez que vemos la saga entera en lo que llevamos de año.

-Por favor- hizo pucheros- si a ti también te gusta.

-Estás obsesionada, que me guste no significa que quiera verla continuamente.

-Ponla

-No

-Que la pongas

-No

Al final acabé poniéndola, Aledis no iba a parar de insistir, era muy cabezota, cuando quería algo lo conseguía, era casi como un superpoder. Así que ahí estábamos, en el suelo de mi habitación, comiendo y viendo desde el principio la saga de Harry Potter.

De nuevo.

𝛀 𝛀 𝛀

-¿No vas a llorar?- me dijo mientras sorbía la nariz- Insensible.

Ya casi estaba acabando la película, llevábamos casi todo el día sentadas frente al portátil, sin movernos, viendo una película tras otra.

-¿Por qué tendría que hacerlo?

-¿¡Cómo qué por qué!?- le dio al pause para mirarme indignada y con las mejillas aun húmedas- acaba de morir Dobby Idiota.

-Pero ya hemos visto la película, ya no me da lastima- alcé los hombros indiferente.

-Se nota que eres Slytherin, si vivieras allí de seguro te hacías Mortifaga.

-Y con gusto, la verdad, ¿tú has visto a Tom Riddle? Que se convierta en Voldemort le quita todos los puntos, pero en su forma adolescente me lo tiraba.

-¡Oye!- me lanzó a la cara las palomitas que quedaban -Ve a encargar la pizza antes de que te tire también el refresco- se seco las lágrimas y miro a otro lado haciéndose la indignada.

Antes de salir por la puerta me gire hacia ella.

-No todos los Slytherin son malos ¿Sabes?

-¿Que dices?, El claro ejemplo está en Malfoy.

-Draco no tenía opción.

-Si que la tenía, pero eligió el mal camino. -agarro la lata de refresco y le dio un trago.

-Eligió a su familia.

-Vaya si el manzanitas tiene corazón- dijo burlona.

- Pues estando en su situación, yo te hubiera elegido a ti.

-Pues yo no.

-Auch -me lleve la mano al corazón dramáticamente. - encima de que te digo algo bonito.

-si pides la pizza, cambio de opinión.

- Claro, escuchar al corazón está sobrevalorado, mejor pensar con el estómago.

Ella se empezó a reír y yo salí de la habitación con una sonrisa.
Aledis y yo nunca solíamos coincidir en opiniones en cuanto a películas y series, a si que solíamos discutir bastante sobre esas cosas. Ella siempre creía tener razón, aunque por lo general yo pensaba igual. Por algo somos amiga ¿no?

Baje al primer piso y con el teléfono fijo del salón llame a la pizzería para realizar el pedido, mi madre ya me habia dejado el dinero sobre la mesilla, como siempre.
Mis padres pasaban la mayor parte del tiempo fuera de casa, así que todas las noches me dejaban dinero para que pidiera lo que quisiera de cenar. No es que no me gustara, es decir, siempre estaba la casa sola, podía invitar a quien quisiera y no había nadie para decirme que tenía que hacer. Pero no estaría mal que por una vez comiéramos todos juntos como una familia normal.

Cuando subí al cuarto Aledis estaba poniendo la siguiente película de la saga. De verdad, estaba obsesionada con Harry Potter, creo que hubiera sido más feliz en ese mundo que aquí. Tenía la habitación llena de pósters y hasta tenía un Ron Weasley de cartón a tamaño real, también tenía un uniforme de Gryffindor y la varita de Hermione y Luna. Sin contar con todos los fundo pops de los personajes...

-¿Enserio vas a poner la siguiente?

-Si- puso una sonrisa de angelito y señaló el suelo para que me sentara a su lado.

En ese momento mi móvil me anuncio un nuevo mensaje. Me acerque a la mesa para mirar de qué se trataba; "Nuevo mensaje, Número desconocido". Abrí el mensaje llena de intriga.

Desconocido: Hola Raven

Raven: quién eres?

Espere unos Segundos pero no me contesto, solo dejo los dos ticks azules. A si que decidí insistir.

Raven: ???

Otra vez los dos ticks azules... Aledis noto mi cara de confusión y me pregunto por lo me pasaba. Yo simplemente apage el móvil y me volví a sentar a su lado.

-Nada, algún idiota intentando gastar una broma, seguramente tu novio.

-¿Por qué tiene que ser Marco?

-Por qué es idiota- dije con simpleza.

-Sé que te cae mal, pero podrías al menos disimularlo un poco, no se.

-¿Sabes que Doby está muerto, verdad?- dije para cambiar de tema.

Aledis me dio un puñetazo en el brazo mientras sus ojos se cristalizaban. Yo empezó a reírme y de seguida le di al play para continuar con el maratón.


Al habla la autora; estoy bastante feliz y entusiasmada por volver con este proyecto, espero que salga mejor que la primera vez y sobretodo que te guste, lector/a. Nos vemos en el siguiente capítulo <3

El secreto de los HedevaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora