No quiero entrar.
Sé que hay allí, pero no puedo, no me siento capaz de verlo. Ya lo comprobé, sé que de alguna manera sigo aquí, sé que soy una especie de fantasma, algo que antes creía absurdo y que de la peor manera confirme como real. Lo sé, sé que estoy muerto, pero necesito mantener una especie de esperanza, para este punto suena estúpido pensar que la fe lograra algo. Aun así, no quiero entrar, no quiero perder lo único a lo que me aferro.
Me mantengo a un lado de la entrada, con la espalda apoyada en la pared, viendo como varias personas entran y una que otra sale. Claro que reconozco las caras, algunas las abre visto miles de veces y otras solo un par, sé quiénes son y entiendo porque hay pesar en sus miradas.
“Debo entrar” me repito a mi mismo, primero mentalmente, luego en voz alta, a modo de susurro, y por último a gritos, esperando encontrar el valor suficiente para que mis pies se muevan, sin embargo, este no llega, parece que la impulsividad que me caracterizaba ya no existe. Me tiembla un poco el cuerpo y al hacer las manos un puño puedo sentir como estas me sudan, estoy nervioso. Me quiero reír de mí mismo ¿Dónde quedo mi serenidad? No me entiendo, no soy yo, esta cosa que existe ahora, donde está mi conciencia, no me representa.
¿Dónde está mi verdadero yo?
“Adentro” me responde una voz en la cabeza. Debo entrar, me repito otra vez, mientras tenso la mandíbula y aprieto mis puños. Entonces empiezo a caminar, cada paso me pesa, mi respiración se vuelve errática, acelero y cierro los ojos con fuerza, no quiero ver sus rostros inundados de impotencia. Paro en seco, llegué a mi destino, bajo la cabeza mas no abro los ojos.
No puedo.
No soy capaz.
No quiero.
No quiero verlo.
“No es cuestión de querer, tienes que hacerlo” Dice esa voz, está en mi cabeza, pero siento como si me lo dijera al oído. “Si lo hago, no habrá vuelta atrás” le respondo con la voz temblando. “Oh, créeme no hay vuelta atrás, abre los ojos y afróntalo” habla de vuelta, la burla esta cargada en sus palabras, una suave risa se le escapa y entonces inicia a insistir.
“Ábrelos, ábrelos, vamos yo sé que quieres, ábrelos, ábrelos, date cuenta, ábrelos, no puedes hacer nada más aparte de eso, ábrelos, ábrelos, ábrelos, ábrelos, hazlo de una vez o te insistiré todo el día, ábrelos y acéptalo ¡Acepta que no hay esperanza! ¡Ábrelos! Y borra esos imaginarios estúpidos ¡Ábrelos! Recuerda que cosechas lo que siembras ¡Abre los ojos!”
Sorprendentemente, hice caso, no quería seguir escuchando, así que accedí y abrí los ojos. Las lagrimas empezaron a nublarme la vista, no me muevo, solo miro y siento como todo se derrumba, parece que uno puede romperse más de una vez.
El Keisuke Baji impulsivo y valiente, el niño que quería tener una tienda de mascotas de grande, que amaba a sus amigos y no quería hacer llorar a su mamá, está ahí, pálido y sin vida, dentro de una caja de madera, rodeado por su familia, amigos y algún que otro conocido. Yo lo estoy viendo, me estoy viendo.
La voz en mi cabeza se ríe, y yo también lo hago, una risa amarga llena de desprecio, la voz y yo nos volvemos uno “Estúpido, creíste que había salvación… acéptalo, acéptalo por favor”. Me quito de ahí, me muevo a un rincón del salón, las lagrimas no han dejado de caer y tal vez nunca lo hagan, reposo la espalda en la pared sintiendo como me voy deslizando hasta quedar sentado.
Si mi corazón latiera estaría como loco, seguro las venas me explotarían o ¿eran las arterias? No sé, no puse atención en clase y distraje a Chifuyu cuando trato de enseñarme, debí ponerle cuidado esa vez. Lo busco en el salón y miro a su dirección, está con mi madre, pero se separa para acercarse a Emma, ella lo abraza y se deshace en llanto en sus brazos, niña estúpida, dijiste que no llorarías por hombres. Mikey está detrás, no hace amago de interferir, me fijo en su mirada, mucho más vacía que antes, intenta esconderla desviándola hacia el piso. Allí están, todas las personas que consideraba importantes, tristes, sintiéndose insuficientes porque no pudieron evitarlo, porque yo ya no estoy con ellos.
Me siento mal, casi enfermo de la situación, de todas las emociones que me inundan, mismas que se me escapan por los ojos para ser remplazadas con la culpa. De repente un pensamiento me llena la mente “Discúlpate” ¿Con quién? ¿Con mi madre por abandonarla? ¿Con mis amigos por hacer algo así? ¿Qué gano haciéndolo? No voy a recibir respuesta, ni hoy, ni nunca.
Duele, duele demasiado, las lagrimas que salen de mis ojos no son suficientes, los gritos que haga tampoco lo serán, ni las disculpas que pida. Nada lo será. Pero no me importa, porque seguiré llorando, no es suficiente, pero si es necesario.
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Holaa 😎
¿Cómo están? Ojalá bien😳
Les traigo otro minicap jsjs les cuento, fue re difícil hacerlo pq no quería😣 tipo yo ya tengo medio planeado lo q va a suceder, pero igual se me hizo denso escribirlo (nosesiseentienda) transmitir este tipo de cosas usgh no sé si lo logre pq era algo muy complicado(?Espero este quedando bien y q les esté gustando uwu
Muchas gracias por leer 😘
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Invisible
FanfictionBaji siempre estará al lado de Chifuyu, incluso después de la muerte. ..................................... Disclaimer: los personajes no me pertenecen, son parte del manga Tokyo Revengers, escrito e ilustrado por Ken Wakui.