Los años habían pasado, algunos más rápidos, otros parecieron tortugas, muchos fueron felices, y por suerte, hubo pocos tristes. El tiempo se le notaba en su lento caminar, en su cabello ya blanco, o en sus ojos desbordantes de sabiduría. Todo en él había cambiado, la madurez no pasa sin cruzar factura, sin embargo, algunas cosas perduraban, como su sonrisa, y el recuerdo de su viejo amor.Había construido una vida sólida, se estrelló contra el mundo demasiadas veces, pero supo levantarse y continuar. Una carrera, un trabajo, varios viajes, aventuras, amores, desamores, entre muchas otras cosas. En resumen, un montón de recuerdos heterogéneos. Su memoria estaba llena de experiencias, su joven yo no se permitió vivir en la monotonía, y ahora, que siente los minutos contados, no duda en agradecérselo mil veces.
El cansancio que lo invade mientras está postrado en esa camilla, no lo aterra ni un poco, por el contrario, le relaja. Sabe que tuvo una buena vida, no debe arrepentirse de casi nada, y ese sentimiento de satisfacción es precioso, tanto que puedo reír un poco, cosa que sorprende gratamente a la enfermera que lo cuida en ese turno.
Suspira al finalizar, y siente cómo las lágrimas se le acumulan en sus arrugados párpados, ha llegado el momento. Sabe que el llanto que produce su agotado cuerpo es una mezcla de todo tipo de emociones, donde las principales son la nostalgia, y la incertidumbre. Es normal tener miedo de morir, la primera vez que lo experimentó aún era un niño, agradece no haber muerto ahí, en medio de la desesperanza y el dolor. Ahora ese sentimiento de “No saber que sigue” le genera curiosidad, y está dispuesto a descubrir la respuesta a esa pregunta, que le llena la mente a todo ser humano antes de dormir.
“¿Qué hay después de la muerte?” Chifuyu lo descubrirá pronto.
Ojalá toda la incertidumbre que siente fuera solo por esa razón, sin embargo, no es así. La otra gran pregunta es “¿Lo volveré a ver?” Ahora que ve su vida pasar frente a sus ojos, es lo único que parece inundarle la mente, el recuerdo de Baji es de lo más persistente, y como no, aún después de muerto el muchacho siguió presente en cada una de sus decisiones. No era una molestia, por el contrario, conmemorarlo le alegraba, al final su primer amor fue quien definió varios aspectos, que atesoro, a lo largo de su vida.
Ahora que su vista es consumida por la cegadora luz de la que tanto hablan las películas, decide hacer una silenciosa petición, y cierra los ojos para descansar eternamente.
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Se siente liviano, como si pudiera levantarse de un salto, y correr una maratón, es sorprendente porque hace un momento todo tipo de fuerza lo abandonó. Tantea un poco el sitio donde se encuentra recostado, el pasto se le mete entre los dedos, y le intriga tanto que decide abrir los ojos. La oscuridad es reemplazada por un despejado cielo azul, cosa que lo desubica aún más, así que se sienta, dándose cuenta de varias cosas. Primero, está en medio de una gigantesca pradera, que no conoce de nada, y lo segundo, que lo hace pararse de golpe, su cuerpo es joven de nuevo. Se la pasa varios minutos inspeccionando con impresión, sus brazos están firmes, su cabello es rubio, y la piel de su cara es super suave. La emoción solo crece cuando alguien se escucha por atrás.
– ¿Sigues haciendo cosas de gente rarita?
Había olvidado cómo se escuchaba su voz, pero la reconocería aún si los siglos pasaran. Se gira de golpe, y ahí está, como lo recordaba algunas noches, como en la foto que tenía colgada en la sala. Su brillante cabello negro, largo y ondulado, digno de un comercial, sus rasgos algo maduros para su edad, su mirada normalmente fiera, que ahora es dulce, y esa sonrisa que, en lugar de arrogancia u orgullo, solo profesa felicidad. Baji está ahí, y no sabe porqué, pero siente que está esperando. Entonces corre, mientras la alegría le baja en forma de gotas, corre con todas fuerzas, y Baji lo recibe con los brazos abiertos.
Permanecen abrazados en el suelo, durante bastante tiempo, podría ser en un silencio cómodo, pero a veces los sollozos de ambos se escuchan. Cuando se calman, deciden recortarse sobre el pasto, uno al lado del otro, con sus manos entrelazadas.
–¿Espero mucho por mí, Baji-san? – Pregunta Chifuyu, esa duda lo tenía algo nervioso.
–No, pero por ti esperaría toda la eternidad.
No hay más preguntas, al menos por el momento, cada uno prefiere esperar a que se les baje la vergüenza que les colorea la cara. Tienen mucho de qué hablar, y por suerte el tiempo ya no es un obstáculo, ahora pueden estar juntos, para siempre.
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Hola😳
¿Cómo están? Espero que bien😘
Este extra está dedicado a Mushu_Ushu gracias por darme la idea jsjs
La verdad yo no quería hacer nada más con este fanfic xd pero luego sí sentí la espinita y aquí está este extra🤑🤑
En fin, muchasimas gracias por todo❤️
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Invisible
FanfictionBaji siempre estará al lado de Chifuyu, incluso después de la muerte. ..................................... Disclaimer: los personajes no me pertenecen, son parte del manga Tokyo Revengers, escrito e ilustrado por Ken Wakui.