Cumplido y Técnica Secreta

31 2 0
                                    

Onceavo  día del reto #Flufftober.
Tema: Primera Vez (No sexo).

Nota: Para este capítulo, escribí dos drabbles y los coloqué juntos en un sólo lugar. Están separados y señalados como "I" y "II". Ambos drabbles tienen un desarrollo e historia que difiere mucho del otro, pero, ambos se relacionan directamente con la temática del día correspondiente del Flufftober Challenger: Primera Vez.

Advertencias: Tomarse ambos drabbles con humor.
.
.
.

I

            Esa mañana, de forma casi inconsciente, Kagome se arregló un poco más de la cuenta. Puso especial esmero en verse bien aun cuando no estaba muy consciente de cuánto se estaba esforzando en ello.

            No estaba del todo acostumbrada al hecho de que ahora Seshomaru y ella estaban en una relación, incluso teniendo ya casi un mes de novios. Era algo completamente nuevo para ella, si señor, algo de otro nivel.

            Cuando acabó y consideró que estuvo lista, se dirigió al espejo de cuerpo completo y echó un vistazo.

            ¡Pero si se veía realmente hermosa! ¿Acaso la chica que estaba en el espejo era ella? ¿En qué momento...?

            Dejó de admirarse y tomó su bolso de una mesita cercana para luego salir de su hogar.

            Una vez que llegó al lugar acordado, notó que ya su novio la estaba esperando en el lugar. Dándole la espalda, el hombre de platinada cabellera estaba de pie cerca de una parada de bus. Parecía estar muy concentrado en teclear algo en su teléfono.

            Alzando un brazo, la chica de castaña mirada lo llamó para que supiera que estaba allí. Al girarse, Seshomaru, como solía ocurrir muy pocas veces, quedó completamente estupefacto.

            Era la primera vez que Kagome veía tal expresión en el rostro de su novio, era la primera vez que lo veía realmente sorprendido.

            Tal vez Kagome si se veía bien, tal vez si se veía condenadamente linda, porque de alguna forma, Sesshomaru tuvo una especie de reacción involuntaria y, cuando la chica estuvo cerca de su persona, dijo:

            —Hoy estas más linda de lo usual.

            Después de haber dicho esto, Sesshomaru quedó incluso más atónito que la propia Kagome quién, ante dicho elogio, retrocedió unos dos pasos con algo de miedo.

            —¿Quién eres y qué hiciste con mi Sessho? —esta reacción parecía exagerada, pero en realidad tenía muy buenos motivos para pensar de esa forma.

            Porque era la primera vez que Seshomaru le decía algo así. Nada de eso, ni la contundente expresión de shock, ni lo de que se veía más linda de lo usual sonarían a algo que diría el más alto, claro que no.

            El chico suspiró al ver que, en realidad, la reacción de Kagome no era precisamente una broma. En fin, pasaría un rato antes de poder calmarla, después de todo, era su culpa por no elogiarla más seguido. Siempre se veía hermosa y, de tanto reprimirse, su mente acabó estallando y haciéndole una mala jugada.

            Sí, señor, ya lo había decidido. De ahora en adelante sería más cuidadoso en esta parte de su relación.
.
.
.

II

            —Espera un segundo... —dijo Kagome y miró al chico de cabello negro con aire sorprendido—. Miroku...es la primera vez que no me lanzas ningún piropo cuando llegaste... y eso que no está Sesshomaru...

            Sango y Miroku habían adoptado la costumbre de visitar, al menos una vez a la semana, a Kagome y Sesshomaru, quienes actualmente, al igual que ellos, vivían juntos.

            Por lo general, siempre al llegar, Miroku, sin perder tiempo ni importarle que Sango lo golpeara con fuerza, le lanzaba uno de sus piropos característicos. Y Kagome, riendo, solo agradecía con una sonrisa. Los únicos momentos en los que no lo hacía —ni que estuviera loco— era cuando Sesshomaru estaba presente.

            Pero ahora, contra todo pronóstico, llegaron y, luego de unos cinco minutos conversando, Kagome cayó en cuenta de que faltaba algo. Estaba tan acostumbrada que no pasó desapercibido para su mente.

            —Je, claro que no. —admitió Sango, inflando el pecho con orgullo—. Y no lo volverá a hacer.

            —¿En serio? —preguntó Kagome.

            —En serio, señorita Kagome. —intervino Miroku y pasó un brazo alrededor de los hombros de su novia—. Aprendí la lección; de ahora en adelante sólo tengo palabras para mi novia. ¡No más comentarios extraños para ninguna otra señorita!

            —Vaya... —Kagome, sorprendida, aún no se lo creía—. Y dime, Sango, ¿qué hiciste para curar a nuestro libidinoso amigo?

            —¡Ey! —se quejó el mencionado—. Señor libidinoso para usted, amiga. —le guiñó un ojo.

            —Oh, fue simple. —respondió Sango—. Le pedí consejos a una persona, cuyo método era tan efectivo, que había conseguido mantener a su persona especial atado a ella. Tanto así que, aunque su pareja actual en algunos casos intentó separarse de ella, al final, volvieron y nunca se ha desprendido ni ha dejado de quererla a pesar de todo. Eso incluye que el sujeto no se voltea a ver ninguna chica en la calle ni emite algún tipo de comentario extraño contra ninguna.

            Asombrada de que existiera una mujer así, Kagome, muy intrigada, preguntó:

            —¿Y quién es esa persona? —preguntó Kagome, interesada—. ¿La conozco?

            —¡Por supuesto! Tú la conoces mejor que nadie.

            —¿Yo?

            —¡Claro! —Sango pestañeó—. Se trata de Kikyo. —dijo como si nada, dejando a Kagome con su mejor cara de "¿Es enserio?". Porque, en realidad la chica si que había entendido la referencia.

Inuyasha: Flufftober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora