CAPITULO 6

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Zayn estaba estupefacto, no podía creer lo que Liam acababa de decirle. ¿De verdad estaba dispuesto a devolver al gato?

La felicidad se le salía por los poros de la piel, quería correr y llenar de besos a su novio, descargar todo la necesidad acumulada.

Guardó su teléfono y sin detenerse a dar explicaciones a sus amigos corrió para encontrarse con Liam en el centro comercial. Si sus cálculos no le fallaban, lo más probable es que llegara antes que Liam al petshop, ya que la casa de Niall se ubicaba en el centro de la ciudad, a diferencia de la vieja casa en la que vivía con Liam que se encontraba a media hora de viaje en autobús.

Debía correr un par de cuadras para llegar, agradeció la buena condición física que le proporcionaban las clases de baile extracurriculares.

Cuando pudo divisar el enorme centro comercial a lo lejos se permitió descansar. Aprovecharía esos segundos para pensar qué hacer cuando viera a su bebé. Tenía ganas de abrazarlo con todas sus fuerzas.

Esperó fuera de la tienda, muy atento a cualquier cabellera castaña con un cuerpo menudo y tierno. Lo vio caminar entre la gente con el felino en su jaula de viaje. Pero para su sorpresa no caminó a la tienda, dobló en una esquina y se perdió en la sección de comida, sin darse cuenta de su presencia.

Zayn le persiguió sigilosamente, escondiéndose entre la multitud de personas que entraban y salían de las tiendas, curioso de lo que Liam iba a hacer.

Cuando el chico de cabellos castaños de sentó en una de las mesas pensó que quizás iba a ordenar algo, pero no.

Liam puso la jaula en la mesa y sacó al gatito gris con cuidado, para luego acariciarlo mientras le hablaba. Zayn no podía escucharle, pero podía ver claramente como su novio movía los labios y le sonreía cariñoso al animal.

El pelinegro exhaló, sentándose en la silla frente a Liam, sorprendiendo al gatito y al menor.

—¿Qué haces aquí Zaynie?

—Estaba esperándote frente a la tienda, pero vi que caminaste hacia aquí.

—Oh... —Liam dirigió su mirada hacia Teddy Bear, acariciándole las orejas—. Yo... quería despedirme correctamente de Teddy Bear.

Zayn estornudó completamente apropósito, era una forma de recordar la emoción que había sentido hace tan solo unos minutos por la decisión de Liam, pero no la encontró. Su bebé iba a extrañar al animalito, y no sabía cómo arreglárselas para que las cosas funcionaran con su alergia.

Era momento de hablar, pero sentía vergüenza de sus quejas.

—Liam —le llamó por su nombre, con voz melosa, pero mostrado seriedad.

—Zaynie —respondió sin mirarle, aun con la atención puesta en el gatito que ronroneaba removiéndose en su mano.

—Necesito que prestes atención a lo que voy a decirte bebé.

—Lo hago.

—No, ¡No lo haces! —levanto la voz frustrado, sus labios temblando por los nervios— necesito que me escuches.

Liam levantó la mirada y asintió con los ojos cerrados. Tenía miedo, miedo de que Zayn decidiera dejarlo.

—Corazón, yo sé que las últimas semanas has estado muy feliz de tener a Teddy Bear en casa, lo entiendo, después de todo lo compré por eso, pero... —se detuvo, notando la angustia de Liam, ambos estaban igual de ansiosos. Continuó— te extraño, y cuando te pedí que fueras mi novio hace cinco años te dije que estaríamos siempre juntos, que nada iba a interponerse entre nosotros. Ya no soporto tener que volver a dormir en mi habitación solo, y mucho menos esperar a que debas ducharte para besarte cuando antes lo hacíamos estando sudados y llenos de barro después de arreglar el jardín —se detuvo de nuevo esperando que el menor dijera algo, pero solo le miraba atento y sorprendido— quiero volver a hacerte el amor, quiero volver a despertar en tu habitación llena de peluches, quiero volver a entrar a nuestro hogar sin restricciones, sin tapabocas, sin estornudos, ¿Eso es pedir mucho?

Entonces sintió unos labios suaves y dulces callándolo, moviéndose despacio sobre los suyos, esperando ser correspondidos.

Fue un toque lento, lleno de amor y ternura. Los labios de Liam al besar, solo podían ser así, como era el portador.

El gatito sobre la mesa miraba a los chicos con curiosidad, sin moverse de su sitio. Si Zayn hubiera prestado atención a eso, de seguro pensaría que Teddy Bear le estaba dando tregua.

Liam separó sus labios de los de Zayn, sentándose de nuevo en su silla con las mejillas rojas y con el corazón acelerado. Zayn solo podía sonreír feliz estando en las nubes, a pesar de que cada vez que besaba a Liam sentía su corazón saltar de alegría, podía asegurar que se sintió igual de maravilloso que la primera vez que tuvieron ese tipo de contacto en la secundaria, cuando se besaron por curiosidad.

Simplemente perfecto.

Ahora solo debían pensar qué hacer con el gatito sobre la mesa.

—Eres mi Zaynie, nada de lo que me pidas será demasiado —dijo Liam con convicción— t-te amo tanto como tu me amas, ¿me crees?

Lo hacía.

Es ese tipo de amor que te vuelve capaz de entregar todo y más.

Zayn ya no se sentía inseguro, ese beso les había dado la confianza que les había faltado esas dos semanas.

ALERGIA / ZIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora