Tensión.
En su mente, donde se escondían sus más primitivos instintos, la poesía se evaporaba a través de sus poros, dejándola sin nada más especulaciones.
¿Dejarla ir o sostenerla unos segundos más?
El poder en sus manos y la vehemencia de sus caderas, como hacer una sinfonía con el cadente vaivén; con ritmo, acompasado, y de pronto, rebelde y desafinado.
Expansión y separación, es lo que su naturaleza le exigía. Sus dedos conquistando y perdiéndose sin ganas de volver.
Crece.
Crece el deseo.
Crece la respuesta.
Crece la intención.
El morbo se convertiría en el titiritero de sus músculos y articulaciones, su boca gritaría pero los chillidos se ahogarían en el espacio cerrado, sabe que es escandalosamente talentosa, lo sabe y lo sentiría mientras limpia su barbilla.
Movimiento.
Movimiento.
Movimiento.
En ese momento es más salvaje de lo que fueron sus ancestros.
La observaría, sin voluntad y rendida, pero aún con vida, aunque su pulso diga lo contrario, aunque sus ojos ya se hayan despedido del mundo. Y ahí seguiría en medio de su duda, dejarla ir o sostenerla un segundo más.
Quiere contemplar, quiere sonreír, quiere dejarla ir, aun sabiendo que el mundo quedará estampado en su espalda. Podría percibir el enredo entre sus cuerdas y la explosión estallando antes de salir del cañón con el surco de sus dedos como combustible, ambos son el eco en medio del silencio. Y ella, con la espalda quebrada y el peso de los astros sobre su abdomen.
Los latidos la traerían de vuelta a la vida, pero su corazón aún no respondería. Volvería a nacer en su mirada y la vida iniciaría un ciclo nuevo en el hilo de sudor corriendo por su sien.
Y ahí permanecería, sin ganas de dejar nada a la imaginación, liberándose de sus fantasmas carnales que no querían ser domesticados.
Pero por lo pronto, seguirían atrapados en su mente, estrangulando sus deseos y controlando su erotismo.
![](https://img.wattpad.com/cover/35756184-288-k305201.jpg)
ESTÁS LEYENDO
disparate en la cafetería.
Poesía« Si la poesía no nace espontáneamente como la hoja de un árbol, es mejor que no nazca de ningún modo. » John Keats ©cmrenxcid