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A PARTIR DE AQUÍ LOS CAPÍTULOS ESTÁN DESACTUALIZADOS


Después de unas horas de análisis, recomendaciones y consultas en el hospital, nos fuimos a mi casa. Papá estaba tan preocupado que le dijo a Isabelle que se fuera a mi casa con la zorra de Alice.

Si soy honesta preferiría que solo mi papá se quedara conmigo.

El camino estuvo con reclamos de que debía comer bien, hacer y no hacer tales cosas, sinceramente me importaba poco.

Llegando a casa, el olor a comida habitaba en cada lugar de la casa. Tenía hambre.

— ¿Todo bien cariño?

Odiaba mucho que ella le dijera así a mi papá, entiendo que deba él hacer su vida, y sí, probablemente yo sea una total y absoluta egoísta pero hubiera preferido que se quedara sólo conmigo. 

Paso de lado de ella y su melosa escena con mi padre y voy a la cocina a servirme un poco de comida.

— Veamos que hay aquí...— Nada mal, pensé que sería un desastre— Al menos es mejor de lo que hace Alice.

Comí y después de una comida no tan gratificante por la presencia de dos personas que no tolero.

Subí a mi habitación y me recosté, no me quité los tenis. Me coloqué los auriculares y puse música desde mi celular.

Miraba hacía el techo, con la música a tope, cerré los ojos un momento tarareando una canción de Get Scared hasta que el tono de notificación me avisó de un mensaje nuevo.

"11 pm, no llegues tarde."
-T

Vi el mensaje y dejé el celular en su lugar. Me acomodaba en mi lugar hasta que un nuevo mensaje llega.

"Y trae lo que está escondido detrás del último cajón del lado izquierdo del armario."

-T

Lo volví a leer, ¿ahora él dejaba objetos en mi casa? Debo preguntarle porque mierda hace eso

Me volví a acomodar en la cama, faltaban horas para poder reunirme con él, bostecé y cerré mis ojos; el cansancio invadió mi cuerpo y caí profundamente dormida.

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Mi celular vibraba a mi lado, con dificultad busqué el dispositivo y vi la llamada entrante de Toby. 

Contesté. No pudo esperar para reclamar.

— ¡¿Qué mierda Dylan?!— Gritó de manera frustrante, haciendo que quitara mis benditos auriculares lejos. — ¡Te dije a una puta hora, es importante!

Reviso la hora, 12:16. Mierda.

— Llego en 10 minutos— me apresuré a decir levantándome rápido.

El no respondió y solo colgó. Tome una chaqueta de cuero negra que estaba en una esquina de la habitación y recordando el objeto que me pidió me apresuré a buscarlo, un simple cuchillo.

Salí por la puerta, para mi suerte la televisión de la sala estaba encendida, Isabelle y mi padre veían una película.

Aproveché eso y salí por la puerta trasera de la casa y le di vuelta al jardín. Caminaba con prisa hasta llegar a nuestro punto de reunión.

Y ahí estaba, sentado en el tronco de un árbol.

Me vio y se levantó demasiado rápido. Antes de decir o poder hacer algo él se abalanzó sobre mí con hachas en mano.

Mi cuerpo chocó con un árbol y su brazo se posó sobre mi cuello mientras con la otra sostenía el hacha.

—Eres una maldita perra Dylan.

No podía respirar y sólo golpeaba todo de él, su fuerza era brutal y su rostro no se podía ver, sólo ese bozal y esos googles.

Sentía que iba a caer, lo que le hacía a él parecía que no le afectaba en lo más mínimo; sentía que el aire no entraba y cuando cerré los ojos él me soltó.

Caí al suelo tosiendo, dejando entrar el aire a mis pulmones. Maldito seas Toby.

—Que sea la última puta vez que me dejas esperando— Su mirada de molestia me penetraba sin remordimiento— Levántate que hay algo que hacer.

Respiraba con normalidad ahora. Él se alejaba entre la maleza y con rabia dentro mío comencé a seguirlo.

Caminábamos en silencio, llegamos a un pequeño lago y luego se detuvo.

—¿Traes lo que te pedí?— Asentí y de la chaqueta saco el cuchillo.

El viento soplaba y la luz no era demasiado buena, él y yo estábamos frente a frente; de alguna manera se sentía como en cámara lenta.

Toby podía observar mi rostro y mis gestos y yo no podía observar nada de su parte.

Ahora que lo pienso nunca lo he visto sin los googles o sin ese estúpido bozal y eso me enfurece en parte.

Sin dudarlo dos veces me arrebató el cuchillo y lo jugó un rato.

—De acuerdo, espero que te prepares para atacar otra vez, te enseñaré a usar esta cosa y será mejor que te acostumbres, el cuerpo a cuerpo no es lo tuyo.

—¿Otra vez? ¿A qué mierda te refieres?

—¿Estás intentando molestarme Dylan?

No dije nada, pero hablaba en serio, no recordaba nada de "la otra vez"

—Olvídalo, solo te enseñaré a usarlo y podrás irte al carajo.

Y eso amigos míos fue la mecha que prendió la puta bomba dentro mío y estoy segura que no tardará en estallar.

Me aventó el cuchillo en los pies.

—¿Acaso no sabes usar las putas manos?— Respondí ante su gesto y él solo se giró.

—Sólo sigues siendo una maldita perra Dylan. Mi maldita perra que viene cada que le hago señas. A decir verdad...— Giró su cabeza hacía atrás mirándome— ...hace rato que no me divertía.

La mecha de la bomba se acabó y sin más estallé.

Tomé el cuchillo y me abalancé sobre él.

Me esquivó y sacó una de las hachas. 

El se movía con rapidez y yo simplemente me dejaba guiar por la ira. Yo no soy la perra de nadie, y él acabará muerto.

Toby se abalanzó sobre mí golpeando con el hacha mi brazo y pateándome hacia un árbol cercano, quitándome el cuchillo de las manos. Alzó el hacha y antes de hacer algo pude esquivarlo. El arma no estaba lejos de mis pies pero tomarlo así como así era complicado.

Miré el cuchillo y Toby siguió mi mirada, ahora la cosa estaba en si podría acabar con el cuchillo en mano o él con mi vida.

La rabia me motivaba a ganarle, fuese como fuese.

Esquivé otro golpe del hacha y corrí para tomar el  cuchillo, hasta que tropecé.

Ahora él estaba más cerca mío  y el cuchillo a  una no tan lejana distancia.

Me levanté como pude y tomé el cuchillo, giré mi vista en el entorno. Toby no estaba, me concentré en el arma que lo olvidé a él.

¡MALDITA SEAS DYLAN!

Me puse en posición nuevamente, la rabia seguía en mí. Tanto que hasta tenía la vista un poco borrosa.

El silencio era desesperante en todos los sentidos de la palabra, no sabía dónde se encontraba el maldito imbécil y mi enojo solo se elevaba más.

A la orilla del lago habían unas piedras, caminé hacia ellas con cuidado y me recargué en una.

De la nada tiran mi cabello para atrás y cuando lo veo ya hay una hacha en mi cuello nuevamente.

– Shhhh 


Anormal (Ticci Toby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora