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Esa noche no pude dormir, el shock era constante y en el fondo me sentía frustrada por no haber podido hacerle otra cosa. Permanecí horas sentada al borde de mi cama en la espera del hijo de perra que quería asesinarme. Cuando vi salir el sol decidí levantarme y limpiar los restos de sangre esparcidos por la habitación.

Miré nuevamente la ventana, no podía creer que hubieran querido asesinarme y al final no pasó. Vi el cielo, gris, como todos los días de esta semana.

Baje ya más tranquila por las cosas de limpieza, no sin antes ver si Alice estaba en la casa. Para mi suerte o lo que fuese ella no estaba, aunque eso era raro, o ahora que lo veo bien, al contrario, debe haber conocido a alguien y probablemente tuvieron sexo como siempre.

Revisé estante por estante en busca de las cosas y nada, la triste de Alice no compro nada, ¿no se suponía que iría de compras?

Gruñí y subí al baño y le abrí a la regadera, volví a salir y tomé mi teléfono, puse algo de música y regresé al baño para continuar con una ducha la cual era más que bienvenida.

Luego de un baño, busque mi ropa interior, una vez lista me coloque mi ropa habitual, unos jeans negros rasgados color negro, unos botines negros, y una sudadera roja, moví de lado mi cabello ya que como es una especie de corte de chico no es necesario peinarlo demasiado.

Tomé mi teléfono, mis auriculares, dinero, llaves y un paraguas dentro de una mochila negra. Imbécil de Alice, esta semana es de ella y se supone debía hacer ella las compras.

Antes de salir, eso volvió, la estúpida sensación de algo acechando, cabe la posibilidad de que el sujeto de anoche esté detrás de esto, para ser honesta me tiene un poco inquieta.

Me puse los auriculares para poder relajarme aunque sea un poco y la capucha de mi sudadera, mOBSCENE de Marlyn Manson se reproducía, caminaba hacia él supermercado algo rápido, aunque, la sensación de que me seguían se acercaba más y más.

Probablemente esto sea efecto de no haber podido dormir toda la maldita noche y ahora estoy con una especie de paranoia, aunque eso sería lo normal, digo, no cualquiera dice que quiere asesinarte y cuando puede no lo hace, es un poco irónico a decir verdad.

Llegué al supermercado y me quité la capucha, me dirigí al pasillo de limpieza y con una canasta los tomé. Fui a la caja y pagué. Estando en la caja del supermercado me di cuenta de un detalle importante, no supe cuando dejé de sentir que me seguían, me centré tanto en mi desconcierto que no me percaté.

Probablemente, al final de todo, era mi paranoia.

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Hacía algo de viento de regreso a casa y de nuevo me puse la capucha. Caminé y luego de varios minutos llegué a casa, cerré la puerta y con la bolsa de las compras aún en manos subí a mi habitación. Alice aún no llega a casa. Maldita, se largó sin hacer sus estúpidas obligaciones.

Entré y mi ventana se encontraba abierta; el aire corría a través de la ventana, esto no es posible, yo nunca la abrí, todo en su lugar, revise toda la casa y nada faltaba. Ahora que recuerdo no puedo estar segura de si en verdad cerré la ventana.

Comencé a limpiar, esto tardará demasiado ya que ha pasado tiempo desde lo sucedido.

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Muero de hambre, y Alice ni sus luces. Se fue desde ayer y no hay que mal interpretarlo, no me agrada en absoluto, pero si soy honesta tengo un mal presentimiento con respecto a su ausencia.

Baje los productos y me fui a cambiar por algo más cómodo y baje con mi pijama roja. Busqué en la nevera y lo único ahí eran vegetales y leche, me centré en mi ataque que olvidé comprar comida en el supermercado.

Anormal (Ticci Toby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora