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—¿Esta cabaña es tuya?— preguntó una pequeña voz.

Lo que se veía era nada, todo se encontraba en una profunda oscuridad.

Poco a poco un sonido de interferencia sonaba cada vez más fuerte y aquella diminuta voz se distorsionaba con el ruido, cuando el ruido parecía subir de intensidad, de la nada se detiene. El silencio era evidente, pero ahora había alguien de traje negro frente a mí.

—Tengo un amigo— dijo una voz rompiendo el silencio pero a comparación de la primera esta era horrible. Desde ahí el hombre de traje desapareció y por el contrario se me mostraban imágenes cada vez más grotescas, y aquella frase empezaba a hacer eco en mi, seguido por gritos y personas muertas, entre ellas mi mamá.

De un momento a otro me encontraba rodeada de todas esas personas muertas se arrastraban a mí diciendo mi nombre, como si quisieran tocarme, el pánico me consumía y la respiración me faltaba poco a poco hasta que una mano tomó mi tobillo mientras hablaba.

"Dylan"

Desperté. Estaba sudando y con la respiración agitada, miré a la ventana, al parecer ya era de día.

Me tranquilicé y después de un rato bajé, papá me dijo que el día de hoy no fuese a la escuela, quería que me quedara en casa para que pudiera descansar de mi ajetreado fin de semana.

Al bajar me di cuenta que Alice seguía acá en el living viendo lo que estuviese viendo en aquella televisión haciendo obvio el hecho de que no fue a trabajar. Me miró cuando bajé de las escaleras y no dijo nada, en verdad espero que no me dirija la palabra.

Entré a la cocina, tomé un bowl y en él puse una gran cantidad de cereal de chocolate y después la leche, con bowl en mano me dirigí a la mesa para comer.

—Estoy castigada por lo de ese día, papá dijo...— Sin previo aviso solté un golpe a la mesa.

—No le digas así, es mí papá y créeme que tu castigo me importa una total mierda, así que sólo cállate.— Dije y como si nada seguí comiendo mi cereal aunque ahora con un poco de enojo.

Después de ello, no nos volvimos a hablar, eso era lo mejor.

Ese día puse en marcha las tareas que tenía pendientes.

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Terminé antes de lo esperado, 6 de la tarde y nada más que perfecto para el momento de ir a comer lo que hizo mi amado padre el día de ayer.

La tarde se pasó volando, y al parecer no había noticias nuevas sobre Alex ni de Toby al respecto de lo que pasó, eso es bueno pero inquietante al mismo tiempo.

Toby. ¿Por qué no lo recordaba?

Para las 8 pm mi aburrimiento estaba a tope por lo que solo me quedaba escuchar música.

Cuando menos me di cuenta el frío se colaba por la ventana, rápidamente me levanté a cerrarla y antes de que pudiera reaccionar una voz habló a mis espaldas.

— Espero que estés lista, necesito que me acompañes.— giro en dirección a Toby, expectante de lo que pueda hacer.

—¿A dónde iremos?— cuestioné.

—Sólo a un paseo nocturno, de todas formas no tienes nada mejor que hacer.

Estar entablando una conversación de él a metros de mi sin darme cuenta de en qué momento fue en el que entró me hacía sentir de lo mas inquieta justo ahora, que solo pensaba en acompañarlo por las buenas o las malas.

Paso saliva e intento disimular.

—De acuerdo. — respondo finalmente.

Salimos con cuidado de que Alice no lo notase y una vez afuera sin decir nada más Toby empezó a caminar en dirección al bosque.

Caminamos un buen rato hasta encontrar una cabaña en un recóndito lugar, una zona donde no todos eran capaces de entrar.

—Espera aquí, debo entrar por unas cosas.— dijo y se metió entre las maderas.

No pasaron ni dos minutos cuando empecé a escuchar las voces de otras personas acercándose a la cabaña decidí esconderme cerca para observar quienes pudiesen ser. Su plática se hacía más fuerte y yo me dispuse a saber de qué era que hablaban.

—Esa estúpida niña, cree que podrá hacer mejor nuestro trabajo.

—Bien sabes porque ella, al final de todo, sólo nosotros sabemos los planes del operador y hasta que eso pase debemos hacer lo que nos ordenan. —respondió otra voz.

Escucho y de pronto sus pasos cada vez más se acercan a la entrada y yo sólo intenté esconderme, eso hasta que después de perderlos de vista decido salir de mi escondite.

Probablemente esta sea una buena oportunidad para poder escapar sin problemas, pero de alguna manera hacerlo sería como si le retara y eso no es lo que quiero si es que aún no quiero morir.

Suspiro y el sonido de algo acercándose nuevamente hace que me concentre en dónde está el sonido. Volteo a ver a todos lados mientras retrocedo, mi intento de mantenerme alerta falla cuando alguien me sostiene por detrás.

Tocaron la puerta, después de un "entraré" un chico desconocido con máscara blanca y delineados negros aparece al pie de la cama.

— ¡¿Qué mierda te pasa?!— grité y antes de hacer otra cosa él me tenía ya en el suelo. Me tomó por el cuello, ahorcándome.

— No te metas en nuestro territorio niñata, puede que el Operador te quiera para sus planes pero no te conviene meterte con nosotros y lo has hecho mal desde que creíste que podías escucharnos y vernos sin que nos diéramos cuenta. —presionando cada vez más fuerte en mi cuello, el aire se me escapa y por más que intento moverme o quitarmelo de encima no puedo. A través de mi vista un poco borrosa logro distinguir una máscara blanca, parecida a la que ví aquel día.

Sentí que llegaba a mi límite y en eso un quejido por encima de nuestras cabezas llama la atención del sujeto haciendo que me soltara. Empecé a toser, el aire me pesaba y solo pude sobar mi cuello, antes de que pudiera decir algo ese sujeto habló

— No tengo tiempo para discutir contigo.— lentamente se incorporó y empezó a caminar, yo intentando tomar compostura pude observarlo mejor alejarse con un chico de pasamontañas detrás de él.

Yo seguía tratando de recuperarme porque aunque fuese un corto tiempo, su fuerza era demasiado para mi.

— ¿Te gustan esa clase de cosas Dylan?— bromeó Toby a mis espaldas.

— No estoy de humor para tus bromas— contesté y sin pensar empecé a caminar olvidando el porqué aún no era capaz de escapar. La ira se apoderó rápidamente de mi y lo peor es que no se como deshacerme de ella. —Estúpido, estúpido, vete a la mierda imbécil.— Susurre para mi y me recargué en un troco.

— Con decirle cosas no hará que te desahogues de la ira. Pero bueno, ese no es el motivo por el cuál te traje aquí, sólo regresa, debes ver esto. — Caminó de regreso a ese estúpido lugar, a decir verdad no quiero estar molesta en una situación como esta así que a regañadientes no tengo más opción de ir de regreso con él.

Lo seguí hasta pasar nuevamente por donde el sujeto de la máscara me tiró y en vez de detenerse continuó caminando pasando por su lado.

— Yo sé que te encantará esto, así que solo trata de no matarme a mí.- Desconozco por que en cierto sigo detrás de él, digo, recordando lo que ha pasado últimamente lo más probable es que necesite internarme en un psiquiátrico.

Caminamos un buen rato, yo ya estaba en mi límite máximo de aguante de ira y lo único que quería era destrozar algo pero rápido. Él se detuvo al ver una pequeña comunidad, y justo por su espalda hice lo mismo

— Mas te vale que corras rápido.— se giro en mi dirección y sacó algo de sus bolsillos, un par de cuchillos de combate. — Alza las manos. — Ordenó y como si nada una vez las levanté me las cedió.



✔ c o r r e g i d o y e d i t a d o

Anormal (Ticci Toby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora